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Kim no sabe cómo demonios terminó abrazado a la espalda marcada de un omega, hombre. Peor aún, no sabe dónde carajo está. Sus recuerdos alcoholizados han sido bloqueados por su propia mente como si se tratara de alguna broma de pésimo gusto.

SeokJin puede sentir su brazo sobre la curvatura de la cintura ajena, y trata de llevar su mano hasta el bicep del omega para despertarlo. Mal movimiento. El hombre desconocido al sentir un tacto caliente de una mano gira entre sueños, y decide que es viable hacerse bolita contra el pecho de Jin, aspirando las feromonas concentradas en la piel desnuda. El alfa se congela, debatiéndose entre abrazar a su compañero y volver a dormir como si nada pasará, ó aprovechar la oportunidad para fugarse lo antes posible. Kim no es un cobarde, así que corresponde el gesto del omega: sus manos se mueven ágiles entre el cuerpo desconocido y el colchón para envolverlo cómodamente.

Se relaja. Su cerebro adormilado no procesa bien las cosas como habitualmente lo haría.

Poco antes de cumplir dos horas desde que volvió a dormir, SeokJin es lanzado de la cama por una poderosa patada en las costillas. Se asoma desde el suelo frío para encarar al perpetrador; su cabello está aplastado contra una de sus mejillas -cortesía de la almohada- y sus ojos luchan por no cerrarse ante el escozor repentino.

──¿Despertaste?── es lo primero que escucha decir.

No sabe qué carajo quiere decir '¿Despertaste?'. Es hilarante porque niega con la cabeza mientras emite un sonido amorfo y desganado.

──Si lo necesitas, puedo patearte otra vez── la sonrisa adorablemente diabólica del omega le hace reaccionar. Casi puede jurar que encontró al jodido conejo 'Snowball' humanizado.

Gruñe, pero se levanta mientras se soba el culo por encima del boxer negro.

Cuando ha conseguido que su cerebro entiendo una oración coherente se encuentra con el hombre-patea-alfas sentado en lo más parecido a una posición 'W' con las palmas sobre las sabanas revueltas. El suéter tejido de lana blanca que lleva puesto sobre una camisa le queda extrañamente grande, pero SeokJin no puede evitar pensar que es adorable comparado a la fuerza de sus piernas. ¿Cuándo se vistió? No lo sabe ¿Porqué el cabello del hombre bonito se ve fabuloso comparado a él? Nunca lo sabrá; Kim recuerda claramente tenerlo semi desnudo antes de que amaneciera.

──Si no te importa, ¿Podrías ponerte algo de ropa?── el omega no parece incómodo, de hecho puede sentir su mirada desvergonzada analizando la piel expuesta. Kim se gira en busca de sus pantalones, pero la misma voz le interrumpe──. Aunque, si quieres tener una ronda matutina no haría falta.

Y realmente quiere tomar ésa oferta, pero se obliga a pensar con la cabeza de arriba. Está casi desnudo en la habitación de algún hotel que posiblemente no conoce, con un omega potencial y son más de las diez en una mañana de martes. Su padre le arrancará la cabeza por saltarse el almuerzo con su inversionista extranjero.

──Disculpa los inconvenientes...

──JungKook── se presenta el omega.

──Disculpa los inconvenientes, JungKook.

Risueño, JungKook se encoge de hombros antes de levantarse de la cama para ir al sanitario. Unos segundos y sale enfundado con el pantalón blanco de corte recto y los zapatos con gruesa plataforma marrón.

Jin sigue su ejemplo e intenta verse medianamente decente con el traje negro de tres piezas que uso la noche pasada. No tiene tiempo para volver a su apartamento -independientemente de que no sabe dónde diablos está- si quiere seguir siendo competente para manejar la empresa de los Kim. Busca su celular y lo encuentra cercano a la entrada de la habitación, es funcional aún con la pantalla estrellada. Las notificación llegan una a una mientras el alfa rememora vagamente el momento justo cuando se estaba comiendo a JungKook y una llamada le estaba jodiendo la inspiración por lo que arrojo el aparato en un intento salvaje para descartar interrupciones.

Los primeros dos mensajes no le sorprendieron.

«Cariño ¿dónde estás?» su dulce madre se preocupó por él.

«Si no apareces en los próximos diez minutos juro que te quito el apellido» su dulce padre también se preocupaba por él.

Todo están en orden, excepto por JungKook que desapareció del cuarto en cuanto Kim se distrajo. Seok sale de la habitación para encontrar al omega llevándose dos bolsitas de fideos instantáneo que no sabe de dónde demonios salieron.

──Me llamo SeokJin, olvidé mencionarlo── si descarta la patada, el omega fue bastante cortés, así que Jin busca ser recíproco.

──Descuida.

Es lo último que formula Jeon para volver a su tarea de saquear fideos.

Jin sonríe breve.

Y aún si no lo parece, el alfa está un poco decepcionado por la casi nula interacción que consigue con el hombre de rasgos bonitos. Quiere felicitarse porque aún sin estar sobrio tiene buenos gustos.

Vuelve a la recámara principal solo para asegurarse de no olvidar nada, sin embargo, antes de retirarse desvía la mirada al suelo en busca del clásico látex atado. No lo encuentra. La cartera está intacta dentro del bolsillo de su pantalón, pero aún conserva esperanzas al abrir el compartimiento de cuero. ¡Sorpresa! Palidece cuando los dos empaques de aluminio están ahí sin una huella digital. Mierda.

Oh, no, es un buen momento para asustarse.

No estaría a punto de una crisis nerviosa si JungKook fuera un hombre beta o incluso alfa, pero jodidamente es un omega. Sale apresurado para saber si Jeon se deshizo del condón antes de que él despertara, pero es un poco tarde: Algunos pisos abajo, JungKook se está despidiendo de la recepcionista mientras atiende la llamada de su padre histérico.

Husband Donde viven las historias. Descúbrelo ahora