— ¿De verdad vas a usar eso?
Yeonjun no podía cambiar su mirada, tenía el asco reflejado en todo el rostro, su esposo estaba vistiendo un traje azul marino demasiado sencillo para la importante cena a la que acudirían.
—Cuando me lo probé en la tienda habías dicho que me quedaba bien —contesto con una voz suave, intentando calmar el ambiente.
—Te queda bien si vas a quedarte en casa pero ahora vamos a ir a una cena con mi jefe ¿Entiendes? —negó con la cabeza—. Van a pensar... Mejor no te diré lo que pensaran, solo péinate y vámonos, te espero en el auto.
Soobin se quedó con las palabras a punto de salir de su boca, no se veía informal, a su parecer estaba perfecto para la ocasión. Dejo salir un suspiró cansado, Yeonjun llevaba semanas comportándose extraño y dejándolo atrás cuando parecía frustrado de estar cerca de él. Su cabeza llegaba a doler después de pasar horas pensando si es que hizo algo mal.
Termino por arreglar su cabello e intento calmar su respiración, sentía una presión espantosa en su pecho y cabeza pero no quería llorar, si lloraba y sus ojos quedaban rojos Yeonjun también se enojaría por eso.
—Demonios te tardas demasiado, espero que no seamos los últimos en llegar.
Lo observó mientras conducía, tenía un reloj plateado, se veía sencillo pero seguramente valía más que el propio automóvil, usaba un traje negro, en la solapa de su saco había un bordado dorado brillante y debajo un chaleco que le ayudaba a remarcar su cintura. Su camisa blanca lucía impecable al igual que la corbata de un azul precioso, todo en él parecía hermoso.
A lo mejor si iba muy sencillo a comparación de su marido.
—Listo, no hables con mucha gente por favor, se dan cuenta de lo perdido que estás en este tipo de reuniones —recomendó dándose un último vistazo en el espejo.
Soobin apretó sus puños y los oprimió suavemente contra sus piernas, su ambiente entre colegas era más agradable en la panadería gourmet donde trabajaba, en la empresa de Yeonjun todos parecían estar en una competencia y odiaba la tensión que se formaba entre ellos.
Ambos entraron tomados de la mano, pero no podía sentir nada más que la fuerza de Yeonjun, ni siquiera notaba la calidez de su palma.
—Bienvenidos, señor Choi luce espectacular —el hombre parado en la puerta observo a la tímida pareja que lo acompañaba—. Y su esposo tan lindo como siempre.
—Gracias —contesto Soobin sonriente antes de alejarse de ahí.
Yeonjun lo dejo solo después de unos minutos, estaba con sus colegas demasiado sumergidos en una plática trivial de negocios y Soobin miraba los bocadillos como lo único entretenido del lugar, tomo asiento en una mesa solitaria y decidió disfrutar los postres en silencio.
—Deberías contratarle un asesor de imagen a Soobin —Yeonjun escucho la voz de su asistente Heeseung.
— ¿Tú crees? —volteo a verlo, en realidad Soobin se veía increíble a pesar de lo sencillo de su vestimenta, el porte y la clase era algo que demostraba en sus acciones, ni siquiera sabía por qué le había dicho tan duras palabras en casa.
—Si lo creo, además míralo, acaparando la comida no me sorprendería si en unos días sube de peso.
El veneno en sus palabras Yeonjun no lo notaba, por qué confiaba mucho en su mano derecha.
— ¿Puedo sentarme?
Soobin levanto la miraba viendo a un chico con un plato lleno esperando la aprobación de su parte y poder comer cómodo.
—Sí, adelante.
—Estas cenas me enferman, solo es hablar de quién tiene el mejor puesto y juzgar al resto, lo mejor es el buffet, nada como la comida gratis —le sonrió—. ¿Tú no perteneces a Minisode cierto?
—No, ahí es donde trabaja mi esposo, Yeonjun.
—Eres casado... —dijo—. Si yo fuera tu esposo estaría pegado a ti todo el tiempo, por cierto soy Choi Beomgyu.
—Mi nombre es Choi Soobin —contesto ignorando lo demás.
—Soobin ven —Yeonjun sonaba enojado y se quedó mirándolo de una forma rígida mientras balanceaba levemente su copa de vino—. Mi jefe quiere saludarte.
✨
Espero que les guste.
🌠 TalesOfHueningPrince
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No te avergüences de mí ➣ Yeonbin
FanfictionSoobin estaba demasiado enamorado, tanto como para soportar el despreció constante de su esposo. Y Yeonjun tenía a una persona cerca que era similar a un diablillo que lo estaba aconsejando para guiarlo a su desgracia.