Tenía miedo.
Mucho miedo. La mano de su hermano Fenrir se aferró con fuerza a la suya y a su vez intentaba esconder a Hela detrás de si.—¡Loki, esto ha sido demasiado lejos!— rugió furioso un hombre mayor, sujetaba una lanza y la mirada del ojo que conservaba era ciertamente fiera, tanto que se aferró con fuerza a la mano de su hermano mayor , quién la mantenía semi escondida tras de si junto con otra niña, mientras Loki estaba adelantado a ellos.
—Odín, ¿tengo que recurrir al juramento de sangre? Me tratarías igual a un hermano ¡a un hermano no se le arrebata a sus hijos!
—¡Silencio embaucador!— nuevamente la niña apretó la mano de su hermano tan fuerte que sus nudillos se pusieron blancos. Nunca podría olvidar aquella mirada llena de temor, aquella resplandeciente sala rodeada de personas que miraban con infinito desprecio y temor a aquellos tres niños asustados que solo querían volver a su hogar en Jötunheim junto a su madre.Despertó de golpe solo para encontrarse con la total oscuridad. La oscuridad y el frío junto con la presión sometida en su escamoso cuerpo era algo a lo que por desgracia la criatura estaba acostumbrada a sentir, por eso muchas veces prefería quedarse dormida durante largos periodos de tiempo, pese a que en contadas ocasiones se veía obligada a despertar y dejar las profundidades del mar para cazar pues su titánico cuerpo exigía comida. A veces odiaba ser tan enorme en esa forma.
Había despertado no solo por la pesadilla, si no porque había notado un cambio en las aguas, algo traía consigo la corriente, pudo notar incluso que en la profundidad del océano que algo había cambiado, no sabría explicarlo, pero decidió ignorarlo, pese a ser una criatura tenía consciencia y pensamiento racional, aunque eso no impedía que muchas veces actuase por instinto. Unos instintos peligrosos.
Perezosamente desenroscó su cuerpo, otra vez aquella manía de morderse la cola.....siglos viva y no se la quitaba, pero en fin le daba igual ahora, solo quería cazar, necesitaba alimentarse urgentemente. En las aguas abismales podría encontrar comida ya fuese de seres que ni la imaginación humana podía concebir que existiesen ahí abajo, además de numerosos cadáveres, bueno más bien restos de cadáveres, que se hundía en las profundidades en una tumba de agua por lo que hacía parte del fondo oceánico como un gran cementerio de restos de animales o incluso humanos. Pero no estaba de humor para carroña ni cazar a animales, le apetecía otro tipo de presa.....una fácil y a la vez complicada de atrapar per hacía mucho que no degustaba su carne.
Comenzó la ascensión hasta la superficie, un trayecto que a otros habría reventado debido a los cambios de presión en el cuerpo pero no a la enorme serpiente, además que conforme emergía su tamaño menguaba a la voluntad de la serpiente y no solo su colosal tamaño, cuando por fin iba alcanzando una profundidad aún considerable solo llegado para buzos profesionales su cuerpo empezó a cambiar la mutación de tamaño a una totalmente humanoide: una mujer hermosa y desnuda, sus cabellos negros como el azabache se mecían al compás de la corriente, solo sus ojos eran diferentes pues eran de un azul imposible, brillantes cuales pálidos zafios y sus pupilas eran alargadas como las de las serpientes, aquello la ayudaba a adaptarse a la luz cada vez más presente. De hecho de no ser porque solía salir de la superficie pensó que a la larga iba a quedarse ciega debido a dormitar en aguas abismales, pero no estaba de humor para pensar en su propia biología, pues incluso a esa profundidad y distancia pudo escuchar el sonido de respiraciones y de corazones acelerados por la emoción.
Se ocultó en una cueva marina divisando a sus presas: eran dos, macho y hembra, dos buzos que estaban explorando el fondo marino. Nada mal para un bocado.....fue cuando bien oculta el buzo pasó cerca de aquella entrada que su tobillo fue atrapado por algo, algo que tiró de él para introducirlo en el interior de la cueva y lo que vio lo dejó embelesado, una hermosa mujer con un rostro bello casi como el de un ángel marino, sus ojos, la desnudez de su torso mostrando unos pechos femeninos bien formados. Ni se extrañó al ver a alguien a esa profundidad sin equipo buceando. Pero la erótica fantasía cambió cuando vio que de cintura para abajo aquella mujer no tenía piernas, si no que estas se unían en una cola, no era una sirena, era una serpiente.
—¿No te gusta la marea roja?— aquella voz era tranquila y calmada pero con un toque venenoso que aterraba. El monstruo arrancó las gafas y la bombona de oxígeno pero antes de que muriese ahogado, el monstruo abrió la boca mostrando unos afilados colmillos que crecieron hasta clavarse con furia en su cuello desgarrando y arrancando carne, haciendo que todo a su alrededor se tiñese de rojo. La criatura no alcanzó a tomar una probadita cuando vio por el rabillo del ojo a la mujer que acompañaba a aquel hombre, soltó su presa y nadó rápido hacia ella.
Jörmungandr salió por completo de las agua y ahora estaba sentada, ya con una apariencia totalmente humana sustituyendo la cola por dos piernas, en el barco donde aquella pareja y un hombre que los llevó hasta ahí, que poco tardó en caer al agua con el cuello roto.
No había matado a unos simples buceadores y su guía, si no por lo que vio en el barco eran cazadores furtivos, traficantes de especies exóticas pues encontró arpones junto numerosos peces ahí atrapados entre los que se encontraba un tiburón boreal que no tardó en devolver al mar mientras un programa musical sonaba en la pequeña televisión. ¿Lo que había hecho era cuestionable? Puede ¿Lo hizo sin saber que era una buena acción? Si y no se arrepentía, no era la primera ni sería la primera vez que mataba humanos para salvar a animales marinos.
Cotilleó entre las pertenencias de la mujer, ahí vio ya que bajo el agua ni se fijo, que la mujer y ella tenían cierto parecido físico de morenas de ojos azules además de una constitución física parecida, además encontró un periódico de habla noruego, ahí supo que seguía en Noruega, sobre no se que había pasado en Rusia, lo leyó muy por encima pero le llamó la atención un poco pues al parecer no se que de extraterrestres, ¿tuvo que ver algo la caja madre de los atlantes?
—"Atlantes"— pensó con furia, les tenía un profundo rencor pero negó con la cabeza cuando leyó algo sobre un tal Aquaman. ¿Aquaman? ¿Era aquel tipo que a veces llevaba comida en un pueblo de allí?
—Voy a tener que ir con ojo sobre ti.....quizás seas un bocado apetitoso.
ESTÁS LEYENDO
Wrath of Jörmungandr
Fanfiction𝑁𝑜 𝑠𝑜𝑙𝑜 𝑙𝑜𝑠 𝑎𝑡𝑙𝑎𝑛𝑡𝑒𝑠 𝑣𝑖𝑣𝑖́𝑎𝑛 𝑏𝑎𝑗𝑜 𝑙𝑎𝑠 𝑎𝑔𝑢𝑎𝑠. 𝑈𝑛 𝑚𝑜𝑛𝑠𝑡𝑟𝑢𝑜. 𝑈𝑛𝑎 𝑏𝑒𝑠𝑡𝑖𝑎 𝑐𝑜𝑙𝑜𝑠𝑎𝑙 𝑑𝑒𝑙 𝑛𝑜𝑟𝑡𝑒 𝑠𝑒 𝑑𝑒𝑐𝑖́𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝘩𝑎𝑏𝑖𝑡𝑎𝑏𝑎 𝑙𝑜𝑠 𝑜𝑐𝑒́𝑎𝑛𝑜𝑠. 𝑈𝑛𝑎 𝑏𝑒𝑠𝑡𝑖𝑎 𝑐𝑜𝑛 �...