♡《𝑳𝒂 𝒊𝒓𝒂 𝒅𝒆𝒍 𝒍𝒐𝒃𝒐 𝒏𝒆𝒈𝒓𝒐(𝑶𝒏𝒆-𝒔𝒉𝒐𝒓𝒕)-𝑷.𝑬》♡

ÚNICA PARTE

El fuego consumía todo a su paso, los llantos, gritos de agonía y olor a sangre y cenizas era lo único que se encontraba en todo el imperio, sin embargo, aquella persona hacía oídos sordos a esto, su cabellera negra atada en una coleta se mecía por el viento y su flequillo cubría levemente sus ojos que ocultaban un gran pesar y rencor, siguió con firmeza su camino hacía el palacio imperial, lugar en donde se encontraba la razón de su ira. Al llegar hizo un movimiento con uno de sus dedos y destrozó la entrada principal, los guardias trataban de detenerlo, pero con un simple chasquido el hombre los asesinaba.

Se encaminó por los pasillos del palacio hasta que pudo divisar dos hombres, uno llevaba el uniforme de los guardias imperiales, sus cabellos eran rojizos y sus ojos grises mientras que el otro vestía como un noble, su cabellera era plateada y sus ojos dorados, los reconoció al instante como el guardia personal del emperador, Claude Day De Alger  Obelia, Félix Robain y el primogénito del duque Roger Alfierce y prometido de la hija mayor del emperador, Kiel Alfierce.

-Sir Lucas...-habló el pelirrojo, su voz, a pesar, de escucharse calmada podía vislumbrase tintes de rencor y tristeza.

- ¿En dónde está? - habló el pelinegro, sus ojos tan rojos como rubíes no mostraban brillo alguno, solo eran fríos e inexpresivos.

-En su habitación, recientemente sus dolores de cabeza aumentaron, por lo que, la princesa Zenith estuvo cuidando de él desde...ese entonces. - mencionó Félix.

-Entiendo. - respondió el mago. - si no quieren acabar como el resto, lárguense ahora. - finalizó para dirigirse hacia el lugar antes mencionado.

- Espera, solo me gustaría saber algo. - habló, esta vez, el peliplateado dirigiendo su mirada hacia Lucas.

- ¿Qué quieres? - respondió con frialdad.

- ¿Por qué te fuiste? - incriminó el Alfierce más joven. - ¿Por qué permitiste que le hicieran esto? Si no te hubieras ido por ese maldito fruto...- apretó sus puños. - ¡Esto nunca habrìa pasado! - espetó el de ojos dorados liberando su ira acumulada y reteniendo las pocas lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos. Y es que, su cólera no solo era hacia el mago, sino también, consigo mismo, si no hubiese sido tan cobarde, hubiese logrado sacar a la olvidada princesa de esa fría celda y llevársela lejos consigo, pero no pudo, y ahora esa se había convertido en su carga eterna mas no esperaba en lo absoluto, la respuesta del mago.

Lucas dirigió su mirada hacia el de ojos dorada y con una voz fría habló.- Joven duque,usted...no tiene derecho a juzgarme.

-¿Eh?.- emitió el Alfierce en confusión.

-Culparme de todo y decir qué yo  permití esto cuando fuí YO, quien ha cuidado de la princesa Athanasia todo este tiempo y velé por su seguridad mientras usted hasta el final se limitó a desviar la mirada de todo lo que sufrió la princesa...-Su rojiza mirada no se apartaba de los ojos de él.- No eres muy diferente a esa quimera y el emperador.-habló con voz fría dejando a Kiel en shock y sin poder responder de alguna forma, Lucas al notar que no diría nada, sentenció para darle fin a esa tan molesta "charla".-Lo vuelvo a repetir: Si no quieren acabar como todos los demás, larguense en este instante. -finalizó dándoles la espalda y escuchando como Félix con una voz firme sacó a Kiel de su estado de shock para posteriormente ambos dirigirse hacia la salida.

->>De haber sabido que esto acabaría así, me hubiese ido con ella para nunca más regresar<< . - Cuando ese pensamiento cruzó por su mente, su corazón se estrujó y apretó levemente los puños para continuar su camino.

Al llegar al lugar indicado, destrozó la puerta y entró, lo primero que viò al poner un pie en la habitación fue a un Claude presa del dolor postrado en el suelo tomando su cabeza con expresión agonizante en el rostro y a Zenith de rodillas frente a él tratando de calmar los dolores de cabeza de su padre.