𝐏𝐫𝐨́𝐥𝐨𝐠𝐨

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Taehyung no se arrepentía de haberse acercado a ese tipo en el club, y no se sentía culpable bajo la mirada filosa que Jungkook le estaba dando mientras él colgaba de cabeza sobre el agua helada que esperaba su caída, ¡Él solo había querido ayudar!, ¿Por qué estaban castigándolo de esa forma?

—¡¿No piensas soltarme?!— Taehyung bramó en dirección al azabache que estaba parado casi al borde del muelle con dos hombres fornidos parados detrás de él— ¡Yo no estaba haciendo nada malo, solo quería ayudar!

El pelirosa se retorció cuando las cuerdas alrededor de sus brazos comenzaban a apretarlo más de la cuenta. Jungkook no estaba bromeando. Taehyung escuchó al hombre, con el que anteriormente había estado en el club, quejándose al igual que él, sabía que el solo hablar le atemorizaba. Perdedor, pensó.

—Ya te lo he dicho, ¿No es así?— por primera vez Jungkook habló, sostenía un cigarrillo entre su dedo corazón e índice, ¡Él ni siquiera fumaba!, Solo estaba actuando y Taehyung comenzaba a perder la paciencia— Te he dicho que te quedaras quieto y no te movieras del lugar donde te dejé, y te he dicho que si te atrapaba deslizándote en los regazos de otros hombres te mataría.

No era el mejor momento para que Taehyung recorriera a Jungkook con la mirada desde el alto lugar en el que colgaba. El mayor, con su mano izquierda en el bolsillo de su pantalón de vestir y su mano derecha sosteniendo un cigarrillo que ni siquiera había llevado a su boca, se veía increíblemente atractivo. Jungkook vestía un traje negro de alta costura, que Taehyung estaba seguro que ni trabajando un año entero podría comprarlo, y sobre sus hombros caía un tapado gris oscuro que lo cubría de la fría brisa de la noche, todo lucía elegante, fino y hermoso en Jungkook. El pelirosa dejó escapar un suspiro vergonzoso antes de volver a escuchar lo que el azabache le decía.

—¿Y que haz hecho?, Exactamente todo lo que te ordené— su tono de voz endureció— que no hicieras.

—¡Yo no accedí a eso!— se jactó el menor.

—Tú— Jungkook le disparó una mirada al hombre que colgaba junto a él— ¿Quién se acercó primero?

—Y-yo solo e-estaba jugando al poker cuando él se sentó en mi r-regazo— habló entre titubeos— ¡Yo no hice nada, lo juro!, ¡Él fue quién se acercó!

—¡Cállate!— Taehyung le gritó y volvió a mirar a Jungkook— Bien, lo hice, ¡Pero quería ayudarte!— dijo con desesperación— Él es quien maneja las tarjetas de las habitaciones del hotel, yo solo quería que me diera la de noona y así poder encontrar algo de ella.

Jungkook lo miró fijamente sin ninguna expresión en su rostro, dejó caer lo que quedaba del cigarrillo al suelo y lo apagó con la suela de su zapato para luego meter su mano restante en el bolsillo derecho de su pantalón, Taehyung lo observó con el ceño fruncido y más impaciente que antes, él detestaba que Jungkook hiciera aquellas pausas largas antes de tomar una decisión, a él no le gustaba esperar y el azabache lo sabía.

—Hoseok— Jungkook giró sobre sus propios talones y le dió la espalda a Taehyung.

—Dígame, jefe— el nombrado dió un paso al frente listo para acatar cualquier orden que Jungkook dictara.

—Tira a ese arrastrado al agua— dijo comenzando a caminar con tranquilidad lejos del borde del muelle, el rostro de Taehyung se iluminó.

—Sí, ¿Al señor Bogdánov?

—No— el azabache alzó su voz para que lo escucharan mejor mientras se alejaba— A nuestro cachorro.

Taehyung comenzó a entrar en pánico.

—¡¿Qué?!— se removió con insistencia pero ni siquiera pudo aflojar un poco el nudo de las sogas— ¡Jungkook-ah!, ¡¿No puedes confiar en mí?!, ¡No hagas esto!

𝐙𝐚𝐤𝐨𝐧𝐞 | 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora