𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐈𝐈

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—¿Interrumpo algo?— Taehyung sonrió por la incomodidad y los nervios. El hombre guardó sus manos en los bolsillos de su pantalón de vestir y lo recorrió con una mirada filosa.

Definitivamente estaba perdido.

—Buenas noches— saludó— Yo iba de salida.

Ignorando el dolor en su tobillo, se reincorporó y limpió su ropa del polvo en un intento de verse casual.

—¡Jefe!— Hoseok llegó a ellos corriendo y con una respiración agitada— ¡Tú!— tomó a Taehyung de un brazo y lo dobló detrás de su espalda provocando que este se quejara por el dolor que esto le causó.

—¡Eso duele!— gritó cuando el guardaespaldas lo sostuvo con más fuerza.

Hoseok apoyó su mano libre en su pecho y lo sometió dejándolo inmóvil, quedando él detrás del pelirosa.

—Lo lamento, jefe, esto no volverá a suceder, se lo aseguro— el mayor miró a su jefe sobre el hombro del menor.

Jungkook no emitió palabra alguna, únicamente escudriñó al pelirosa bajo su mirada que, decidido a no mostrarse intimidado, alzó su mentón con seguridad y le devolvió la mirada con firmeza. El azabache quiso reír, ¿Ese chico sabía dónde estaba metido realmente?

Todo indicaba que ese hombre era el "jefe" sobre el que tanto hablaba el tipo colorido. No era el hombre más atractivo que Taehyung haya visto, no lo era, pero transmitía tal confianza, fuerza y superioridad que lo hacía verse más guapo de lo que en realidad era. Su cabello era negro, lacio y estaba perfectamente peinado, era alto, más alto que él, e incluso se notaba que tenía un cuerpo trabajado debajo del impecable traje que llevaba puesto, sus hombros eran anchos y sus manos eran grandes y lucían toscas, también tenía algunos tatuajes en ellas que Taehyung no pudo detallar en ese momento. Tenía una mandíbula marcada, piel blanca y limpia y unos ojos negros inexpresivos, sin nada de brillo en ellos, tenía un rostro muy joven pero eso no era suficiente para suavizar la dureza de sus rasgos.

Jungkook también estudió al más bajo con un surco entre sus cejas.

Kim Taehyung no era nada del otro mundo, un joven con un rostro ordinario, cabello ordinario y ropa ordinaria, todo en él era ordinario, nada que hiciera que Jungkook se detuviera a verlo por más de un segundo, pero luego Taehyung sonrió...

—Soy Kim Taehyung— se presentó a sí mismo. Los ojos de Jungkook se quedaron en los labios del pelirosa por un tiempo demasiado largo antes de que volviera a mirarlo a los ojos.

Su sonrisa, extrañamente reluciente para la situación en la que se encontraba, se mantuvo en su rostro dándole un aspecto aún más hermoso. ¿Cómo es que se mantenía tan calmo y no comenzaba a gritar y patalear como cualquier otro haría en su lugar?, O era un buen actor o no sabía en qué mierda se había metido, quizás era tonto. Jungkook ladeó su cabeza solo un poco intrigado.

—Suena a que serás mi próximo dolor de culo— el jefe finalmente habló, sus ojos volvieron a caer en la boca de Taehyung que se encogió un poco al escuchar su voz, el acento ruso enredado en su lengua lo hacía sonar más mayor de lo que aparentaba ser. Había pensado que posiblemente el hombre sería coreano al igual que su guardaespaldas dado a sus rasgos asiáticos, pero al parecer ni siquiera podía deshacerse del acento característico de los rusos nativos— Vy, voz'mite eto naverkh, vy znayete, chto s etim delat'. A potom prikhodi ko mne v ofis, mne nuzhno koye-chto s toboy obsudit' [tú, llévalo arriba, ya sabes qué hacer con él. Y luego ven a mi oficina, necesito discutir algo contigo].

Hoseok asintió y empujó a Taehyung hacia las escaleras que los conducirían al interior de la enorme casa. El pelirosa bufó y se dejó arrastrar a regañadientes, había estado tan cerca de la salida de ese estúpido lugar.

𝐙𝐚𝐤𝐨𝐧𝐞 | 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora