Abrir los ojos por primera vez fue tan importante como respirar y tuvo tanto valor para mí como acariciar los pétalos de una rosa. Escuchar cada día una palabra y luego pronunciarla fue tan valioso como aprender su significado y colocarla entre mis primeras oraciones. Reír y llorar han sido dos de los grandes momentos que más han estado presente en mi vida. Reía debido a la felicidad y lloraba debido a la tristeza, a veces en mi rostro estaba plasmado lo que mi corazón sentía y la mayoría de las veces mis actos demostraban quien era yo realmente. Percibir lo que sucedía a mi alrededor sin ser capaz de emitir un juicio me llevó a la frustración de mis ideas.
Dando pasos por el difícil camino de mi existencia logré más de lo que imaginaba y fracasé incontables veces pero supe levantarme y superar cada derrota. Siempre tuve en cuenta sueños : los que nunca fueron míos, los que eran míos y los que tenía Dios para mí; sueños que me llevaron a la depresión por no poder lograrlos para orgullecer a quienes esperaban lo mejor de mí. En cambio, mis sueños eran ansiados y profundamente deseados pero no siempre cumplidos debido a que no habían sido redactados por la mano de Dios, y reflexionando comprendí que los planes del Señor para mi vida eran divinos y perfectos, aún sin conocerlos me llevaban por un camino justo y correcto. Todo era cuestión de esperar, tener fe y no perder la esperanza, esa que iluminaba con su luz cada entraña de mi ser, mientras que el amor que recibía del Creador del universo me daba fuerzas para continuar, ese amor tan incondicional que siento desde el amanecer hasta el atardecer de cada día sumado a los años de mi alma, y ¿ qué son estos años comparados con los que viviré eternamente en el otro mundo? Simplemente he llegado a pensar que cada suspiro es tan débil como un recuerdo que está latente pero que forma parte del pasado. Y cierto es que el pasado me enseñó con duros golpes, pero quedó atrás con inolvidables memorias. Hoy, precisamente hoy he recorrido por lo que fue, es y continuará siendo el propósito para el cual estoy aquí en la Tierra, para el cual tengo un llamado tan importante como lo son mis canas. Canas que demuestran que aún soy útil para los que me quieren como para los que han dejado de hacerlo, canas que cuentan que vivir y amar son los dos verbos que más he conjugado a lo largo de mi paso por la vida. Canas que reflejan el propósito de mi existencia.
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"El Propósito de mi Existencia"
SpiritualEl texto a continuación es dedicado a la vida, a todas aquellas personas que amamos reír y llorar, que creemos en Dios, y que sabemos que venimos a cumplir un propósito divino. Es una pequeña reflexión acerca de nuestra existencia, y también mi pri...