Maggie:
El sol golpea mi cara mientras "21 Guns" de Green day suena por el parlante de mi teléfono, el cual reposa en mi pecho, tarareo la canción, ya falta poco para las 18:00 de la tarde.
Escucho desde lejos una voz que me llama incansablemente, la reconozco, pero como cada día decido ignorarla, se lo que quiere y es otra botella del almacén.
Sigue y sigue llamando hasta que cedo, me levanto y camino al interior de la casa. Esta oscuro y sucio como de costumbre, apesta a alcohol, tristeza y soledad, se respira el desamor y abandono.
Me dirijo a la habitación de mi progenitor para responder a sus histéricos llamados.
- ¡Maggie! – Me continúa gritando, juro que si no se calla de una vez le romperé la cabeza contra la pared.
- Aquí estoy.
- Te has tardado - Dijo en un tono amargo, como cada vez.
- Estaba en el patio delantero.
- Vaya novedad, no me interesa; solo quiero que me traigas una botella de whisky, el más barato que encuentres.
- Ya le debemos mucho al de la tienda, no querrá fiarte esta vez.
- ¿Acaso pedí tu maldita opinión?, limítate a obedecerme y mueve tu horrible trasero a la tienda.
- Claro, como digas – Dije en un suspiro.
Me dirigí a la tienda con las manos vacías, ya que el dinero de la cena lo gaste en la botella que yace vacía en su habitación, cuando llego el dueño del lugar me mira y niega con la cabeza, sabe a lo que vengo ya que no es la primera ni será última vez que me vea por aquí.
- Hola John, necesito una botella del whisky mas barato que tengas – Le digo consumida en la vergüenza.
- No puedo fiarte de nuevo Maggie, ya seria la sexta botella que me debes y tu deuda cada vez aumenta más, aunque sean botellas baratas – Me dice con cara de compasión, odio esa mirada que me dedica la gente al saber mi situación.
- Lo sé, te prometo que al final de la semana te traeré el dinero.
- No me mientas Maggie, la semana pasada me dijiste que la señora Miller te había despedido de ser su niñera ya que se entero de lo de tu padre.
- Conseguí un nuevo trabajo, comienzo hoy; es en un bar en el centro, la paga es buena y no es hasta tan tarde – le digo apresuradamente - Por favor John, sabes como acabaran las cosas si no llego con esa botella, te juro que traeré tu paga.
El me mira con las cejas enarcadas, le da pesar mi situación y no lo culpo, a mí también.
- Esta bien, pero es la última – Me apunta con su índice – Y espero mi dinero el sábado por la tarde.
- Lo tendrás, lo prometo.
Se da la vuelta y busca entre los estantes la botella, cuando la tiene me la entrega. Le agradezco y me marcho con la cabeza gacha y roja de vergüenza.
Odio que esta sea mi rutina de cada tarde.
Cuando llego a casa le entrego la botella a Andrew y le digo que me iré a duchar y vestir para irme a trabajar.
- Te dejé comida en el refrigerador, solo había arroz y salchichas, así que es todo lo que pude hacer, si sientes más hambre hay unas galletas en la despensa – Le informo desde el marco de la puerta.
- No me gustan las galletas, y vete de una vez que se te hará tarde, ya era hora de que consiguieras un nuevo empleo - Abre la botella y se la lleva a la boca.
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Un último intento. (En proceso)
Roman pour AdolescentsDicen que cuando intentas algo y fallas debes seguir luchando hasta lograrlo. ¿Será posible tener una última oportunidad?, ¿Un último intento?.