VIII

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L.

La noche pasó como nubes blancas en verano.

Harry y yo nos envolvimos en una felicidad muy cómoda y relajante, nuestras mentes estabas tensas y nuestros músculos cansados.

Me puse sobre él, y el sonido de latidos firmes de su corazón y las suaves mantas y almohadas mullidas me acurrucaban.

Los grandes brazos de Harry estaban envueltos alrededor de mí de manera protectora, como si me estuviera protegiendo del mundo y sus peligros.

Era la primera vez que nos habíamos dormido en una cama de verdad juntos, y era la mejor forma en la que había dormido en mucho tiempo.

A pesar de nuestra situación, yo estaba completamente contenido con un extraño sentimiento de felicidad y los sueños agradables. Así que la pregunta era ¿por qué entonces tengo horribles pesadillas?.

Mi mente inconsciente no dejaba de pensar en Wickendale o en el bosque como me esperaba. Y para no ser suficiente pensaba en la mujer con las piernas deformes o la Sra. Hellman o James o Norman.

Era sólo yo.

Yo estaba de pie en la cocina con el sol brillando a través de las ventanas, la habitación pintada de un color amarillo pálido.

El mostrador era una madera blanca brillante con un fregadero de metal construido en él.

Gabinetes de madera que hacían juego con el contador en fila toda la habitación, por lo que era muy feliz. Era mío y de Harry, era nuestra casa.

No había nada que me lo dijera, solamente lo sabía.

Y en esa casa estaba lavando un plato.

La acción se sentía muy similar a la de un esposo, un delantal atado alrededor de mi cintura mientras yo hacía las tareas del hogar.

Era como si fuera parte de una rutina diaria, lavar los platos. En primer lugar lavar los platos, a continuación, una cuchara, y luego una sartén que yo puse en un estante para secar.

Pero de repente algo rompió mi concentración.

Fuera de la ventana sobre el fregadero vi a Harry.

Él estaba en un camión rojo, conduciendo más allá a través del patio trasero.

Y entonces me invadió una sensación de temor, como si en mi sueño supiera que algo desagradable estaba a punto de atacar, pero se mantuvo en secreto de mí.

El sol cesó y nubes oscuras surgieron al exterior. Se había ido de mi visión, pero yo todavía estaba consciente de él.

Él no estaba y se supone que ésta es su casa.

Esto se me hizo curioso, pero era una curiosidad que no estaba en el hambre de aprender o de asombro pero que quería revelar el oscuro secreto que yo sabía que mentía por delante.

Así que puse abajo el plato que estaba fregando. Estaba limpio. Cerré el agua y salí por la puerta corredera en el comedor que se encontraba junto a mí.

Pude ver su camioneta a la distancia hasta el borde de la propiedad, casi en el bosque. Y de nuevo con esa extraña sensación que sólo tenía en sueños, un mal presentimiento se revolvió en mi estómago.

Él estaba aparcado junto al cobertizo. Yo nunca había ido allí antes.

Harry me había dicho que ese lugar estaba estrictamente prohibido, alrededor de mil veces me había dicho que no podía entrar.

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