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Fue un largo día después de estar aproximadamente 8 horas practicando; faltaban solo un par de días para que terminacen las vacaciones de verano, y junto al grupo de baile decidimos dar un espectáculo de bienvenida, tanto para los viejos estudiantes, como para los que estaban por ingresar a la institución por primera vez.

El baile es una de las cosas que más amo, descubrí ésta vocación gracias a el artista más grande de todos.

Michael Jackson.

Estoy seguro que sigue siendo el rey del pop dónde sea que se encuentre.

Las gotas de sudor empapaban mi frente, pero aún así, me sentía eufórico, y estaba muy ansioso por mostrar mis habilidades para el baile a toda la escuela.

El ensayo ya había terminado, por lo que yo era el único presente en aquel garaje que nos había dejado usar el profesor de baile.

Ya me sentía satisfecho con el tiempo que llevaba ahí, así que tomé mi mochila, no sin antes beber un poco de agua.

Cerré la puerta del garaje y me monté en la bicicleta para ir rumbo a mi casa, deseando llegar pronto justo para la cena, moría de hambre. Además de estar empapado en sudor, necesitaba un baño con urgencia.

El camino no fue tan largo, pero si, agradable.

Al levantar la vista hacia el cielo, podía ser espectador de tan hermoso panorama.

La forma en la que el sol se escondía de a poco en el horizonte me hacía sonreír.

He podido admirar ésto en las últimas semanas al salir de prácticas, y ahora que puedo notarlo, me pone un poco triste con solo pensar que hoy sería mi última vez en captar aquella vista.

Con un suspiro suave alejé mis manos del timón, pedaleando sin detenerme, dejando que mi cuerpo se mantenga equilibrado junto a la bicicleta.

Hacer éste tipo de simples actividades me hacía sentir libre.

La brisa fresca acariciaba mi frente, secando las perlas de sudor que bajaron hasta mi mandíbula y se escondieron al rededor de mi cuello.

Disfruté del viaje en bicicleta mucho más que otras veces.

Y desearía poder disfrutar de algo similar más adelante.

No pasaron más de 15 minutos cuando llegué a mi destino.

Fruncí levemente el ceño al notar un camión de mudanzas frente a mi casa.

Al parecer tenemos nuevos vecinos..—.

Mi curiosidad brotó al observar a un chico algo pálido, de mejillas rosas y esponjosas y una muy bonita sonrisa.

¿Y cómo sé que tiene una muy bonita sonrisa?

Porque justo en ese momento, notó mi presencia, hicimos contacto visual y me sonrió; lo cual provocó que por un acto reflejo, le devolviera la sonrisa.

Movió su mano hacia mí, saludandome antes de entrar a la que; supongo, desde ahora sería su casa.

Me quedé unos minutos, analizando lo que acababa de pasar, aún con una sonrisa plasmada en mi rostro.

Sacudí mi cabeza para volver en sí al escuchar el motor de aquel camión, el cual ya iba a marcharse.

El nuevo vecino es... Lindo—.

Murmuré para, acto seguido, entrar a mi casa, siendo recibido por mi madre, quién estaba algo preocupada por haber llegado un poco más tarde de lo acordado.

—Afortunadamente ese era tu último ensayo; ahora ve a bañarte y cambiarte, la cena está casi lista, cariño—.

Asentí y subí corriendo a mi habitación, cruzandome con mi hermana mayor, Sakura.

Hola, Kura—.

La abracé, sintiendo su rechazo, mientras soltaba una pequeña carcajada.

Hermanito, estás todo sudado—.

Le escuché quejarse antes de adentrarme a mi habitación.

La casa de en frente, y aquel chico que había llamado mi atención en la ventana del segundo piso, al parecer estaba ordenando el lugar.

Nuestras miradas se volvieron a cruzar, y ésta vez le devolví el saludo, recibiendo una sonrisa de su parte.

Le hice una seña con la mano para que me esperara unos segundos; abrí uno de los cuadernos de mi escritorio y tomé una pluma para escribir mi nombre. Se lo mostré a través de la ventana y él sonrió aún más, haciéndome sentir calidéz.

Hizo lo mismo, pero de una forma más inteligente. Sopló aire caliente en el vidrio y escribió su nombre al revés, de manera que yo pueda leerlo.

Sunoo..—

Sonreí en grande, mientras él peinaba su cabello hacia atrás con las yemas de sus dedos, para luego mostrarme una de las tantas cajas que había en su nueva habitación, por lo que entendí; iba a ser una noche larga para él, intentando ordenar el lugar.

Ambos nos despedimos y cerramos las cortinas de nuestras ventanas; me dejé caer sobre mi cama, observando el cuaderno donde había escrito mi nombre; lo tomé nuevamente y escribí su nombre al lado del mío.

—De ésta forma, no olvidaré su nombre..—.

Dije antes de ir a tomar una ducha; y no, no iba a olvidar su nombre.

Ni siquiera sé por qué lo escribí.


























Ni siquiera sé por qué lo escribí

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—Kim JungMin.

🤍Love Sweet Love🤍 。:゚SunKi/Sungsun゚:。[Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora