Resulta que el chico tenía por nombre Emilio Colins y se veía demaciado callado ni siquiera quiso presentarse ante la clase, la maestra lo comprendió y no lo obligó como a otros chicos, por lo que Joaquín intuyo que tenía un pasado misterios y por eso cambió de escuela.
Para su mala suerte a pesar de que Emilio era muy callado los chicos populares lo atrajeron como imán valla que tener un físico lindo atraía a más de uno.
—Bien Colins ahora como todo alfa estarás con nosotros, dime te gusta el fútbol?— y ahí estaban los alfas alardeando con sus omegas porristas, había dos chicas que se veían demasiado bien juntas la Omega era extremadamente dominante y su chica alfa le cumplía todos sus caprichos eran la pareja del momento en la escuela de Joaquín.
Se perdió tanto en su mundo, que no se dió cuenta que el chico nuevo se sentó a lado suyo Fueron pocos segundos de contacto visual, pero los lindos ojos achocolatados del joven Colins movieron algo dentro del pequeño Joaquín, y ni hablar del fuerte y rico olor a alfa que desprendía....
Suerte que no estaba en su semana de celo, normalmente en esa semana faltaba a la escuela, ya que no tenía los recursos para medicinas, y solo podía saciar se con sus juguetes e imágenes de alfas famosos.
—oye Colins ¿que es lo que te gusta?, ¿Chicas chicos.. ambos? Sabes no importa por qué tanto chicas como chicos siguen esta cuenta, es un Omega, súper sexy y tierno al mismo tiempo, sabes de lo que hablo...— El chico no dijo más y le dejo el celular a Emilio, para que observará el perfil de Instagram, las caras que hacía al deslizar la pantalla eran indecifrables más por qué casi no hacía gestos lo único que hizo fue ponerse su mochila en su regazo y se reacomodo en su asiento, Joaquín solo pudo observar esa acción de reojo y sonrió con malicia, valla! Que chico tan malo:).
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La hora de deportes había comenzado y Joaquín la odia con toda su alma, normalmente fingía ataques de tos par no correr en los entrenamientos y le funcionaba muy bien, en la hora de deportes se la pasaba en el baño checando su celular y leyendo los mensajes que a diario recibía muchos de estos acompañados de fotos degeneradas, —tontos si supieran que me prende más la imagen de una mano— se empezó a reír al ver las fotos de un chico que le envío su chorizo como en 30 fotos diferentes.
Poco después noto que tenía una solicitud de mensaje para trabajar con una agencia pero al momento de abrirlo y leerlo noto que la fecha límite ya había pasado y habria sido una increíble oportunidad de trabajo tan solo la suma de dinero que le ofrecían era exorbitante —No!, Es encerio?, No me jodas!— comenzó a gritar de frustración y después de tanto coraje comenzó a llorar recargado del lavamanos haciendo fuerza con sus puños Esta era una de las razones por las que se frustraba, el no poder contarle a nadie su doble vida, y tener que pasar esos ratos de coraje solo, la verdad es que a veces si necesitaba un hombro en el cual llorar.
—Estas bien!?— preguntó extrañamente el chico nuevo Colins
—o carajo!— Joaquín maldijo bajito pero aún así fue audible —perdón no sabía que había chicos creí que estaba solo— rápidamente guardo su celular y abrió la llave del lavabo para lavarse la cara, aún así su cara estaba inchada y sus ojos rojos, la escena que estaba haciendo era bastante vergonzosa y ver al chico a la cara iba a ser una tarea difícil
—No— dijo Emilio, sonaba enojado e imponente —¿disculpa?— Joaquín contestó, estaba confundido... —No estás bien créeme, está última semana fui más lágrimas que persona, y no es lindo ver llorar a alguien— Emilio se acercó y Joaquín tuvo tres orgasmos imaginarios...
Con un pañuelo que Emilio saco de su pantalón comenzó a secar las lágrimas de Joaquín, mientras que a este solo se le derretía el corazón por la acción, y por ese motivo lloraba más —ya no sigas basta!, Ven aquí— el alfa tomo el pequeño cuerpo de Joaquín y entonces solo así pudo tranquilizarse, con el olor tan lindo que desprendía Emilio, pudo calmarlo
—Gracias— logro decir Joaquín con dificultad
—no es nada, a y por cierto el pañuelo es tuyo— ante esto Joaquín sonrió, y fue a sentarse al sofá del baño de nuevo
—es evidente que es horario de clases, ¿Por qué estás aquí?— pregunto Emilio
—no me gustan los deportes, ¿Y tú?, También estabas matando el tiempo aquí—
—mi mente está tan llena de líos que no tengo cabeza para la clase de matemáticas, igual el tema ya me lo sé, siempre me han gustado las matemáticas pero bueno— Joaquín ya no dijo más su puso que era lo mejor
—los chicos son un fastidio— dice de la nada Emilio
—que¿?—
—los que dicen ser populares—
—ooo, si bueno suerte con eso— soltó una risita burlona
—quiero amigos reales, ¿Tu no?—
—Bueno, yo no hablo con nadie normalmente mis malos ratos me los trago yo solo—
—bueno cuando tengas otro arranque de coraje, aquí me tendrás—
Joaquín sonrió y asintió en agradecimiento
Sonó el timbre que indicaba el cambio de clase y Emilio fue el primero en querer irse —adios chico que le prenden las manos— y se fue, claro Joaquín se quedó más rojo que el carmín por la vergüenza, se había olvidado de eso, pues Emilio había escuchado todo por qué también está ahí, pero luego se empezó a reír.
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