D O S

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Un ruido molesto y desconocido obligó a Jimin a despertar. Miró a todos lados tratando de hacer memoria sobre en  dónde estaba y sonrió tiernamente al acordarse de la noche anterior.

Se levantó de la cama de Jungkook y bajó a la primera planta para encontrarse con su amigo y sus padres terminado de guardar sus pertenencias en cajas de cartón. El miedo se apoderó de él al entender que la noche de ayer no cambiaría los planes de mudarse, aunque tenía la leve esperanza de que los padres entendieran y lo dejaran  quedarse en su casa, su madre lo ama, perfectamente dejaría que Kook viviera con ellos. 

La madre de su amigo lo vió de pie en las escaleras y una expresión furiosa apareció en su rostro.

- ¿Qué hace este aquí? - preguntó fulminado al rubio con la mirada -

Rápidamente Jungkook dejó lo que hacía y corrió hasta Jimin alarmado.

- ¡Largo! - gritó la mujer -

Jimin se estremeció miedoso ante la actitud de la que también considera su madre.

¿Qué hice para que esté molesta conmigo?

Se preguntó el rubio aferrándose a la baranda de las escaleras.

- Mamá por favor - suplicó angustiado el azabache -

- Señora Jeon...

- ¡Largo niño! - gritó eufórica la mujer -

- Mamá de lo suplico, para - Jungkook insistió adolorido -

- Vas a ver Jungkook... - lo amenazó su padre -

- Por favor, solo denme cinco minutos, se los suplico - Jungkook temblaba -

Jimin miró con miedo la escena, podría jurar que Jungkook estaba a punto de arrodillarse a suplicar y sus padres de asesinarlo.

- Cinco minutos y contando - habló su madre con ferocidad -

Rápidamente Jungkook tomó de la muñeca a Jimin y lo arrastró hasta la salida de su casa. A pesar de sentir las miradas de sus padres desde la ventana, tomó valentía y le sonrió al rubio intentando trasmitirle  tranquilidad.

- Kook... ¿Qué pasa?

- Solo están de mal humor por la mudanza - mintió -

- Y...

- ¡Ah! Por cierto, ten.

El más alto interrumpió a Jimin para sacar de su bolsillo derecho un pequeño cordón color rojo. Lo miró unos segundos y se lo estiró a su amigo.

- ¿Es una promesa? - preguntó Jimin con ilusión -

- ¿Promesa?

- Por lo de ayer...

Jungkook sintió romperse, su Minnie lo recuerda.

- ¿Te prometí algo ayer? - preguntó JK -

Ante la aparente desconcierto del azabache, Jimin apaciguó su sonrisa. Se esforzó en recordar la noche anterior y entendió la actitud de Jungkook.

"No Jimin, estás soñando y es hora de irme..."

Fue un magnífico y doloroso sueño. El beso, el abrazo, las caricias y las bellas confesiones. Todo fue producto de su inconsciente destrozado y cegado por el miedo y tristeza de la soledad, por el vacio de perder no solo a su mejor amigo si no tambien al chico de que está enamorado.

Nunca lo olvidesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora