Prólogo

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- ¡Debe elegir ¡No podemos limitar el legado real, él debe elegir a alguna mujer ¡Es imposible que ninguna de ellas capte su atención!

- No podemos obligarle Señor. Él debe escoger una cuando sea el momento. Por favor, le ruego se relaje un segundo, respire...Ya vendrá él a presentarnos una muchacha en el momento adecuado.

- ¡Es mi hijo y debo yo ser quien decida por él y le guía el camino correcto con la mujer correcta! En pocos días será rey y aún no existe reina. Es indignante.

El padre de este futuro rey aún no podía con la presión. Su hijo sería coronado, debía cumplir con la tradición y embarazar a su esposa ese mismo día, sin embargo, el muchacho no amaba a ninguna de las princesas que se le presentaron en fiestas anteriores con el mismo propósito. Todos en el castillo se encontraban aterrados y colapsados con la tensión, no se podría aplazar la coronación, pero tampoco podía llevarse acabo si el príncipe no escogía una dama.

Como si los gritos de su padre lo llamaran. El príncipe entra al cuarto donde los dos hombres discutían, junto a una mujer. Ambos callaron en fracción de segundos y miraron a los muchachos con impresión.

- ¿Qué sucede hijo mío? ¿A qué se debe tu entrada sin aviso a mi oficina y por qué traes a tu lado una corriente sirvienta...? – Libera el rey sin importarle sonar grosero frente a la chica e intentando disimular el haber estado discutiendo con su hombre de confianza sobre él.

- Papá, me disculpo por mi entrada y la interrupción a lo que discutían. Pero viene al caso... llevas tiempo exigiéndome elegir a una joven princesa para hacerla mi esposa, sin embargo, no he tenido la arrogancia que todos esperan para fijarme en una mujer adinerada y de buena familia. En su lugar me he enamorado de esta chica, Elizabeth... la sirvienta encargada de la cocina.

El rey en su desespero y enojo por lo que acababa de escuchar comenzó a lanzar cosas en todas direcciones sin importarle provocar daños o asustar a las personas que se encontraban con él. Estaba decepcionado, sentía la deshonra y no cabía en su orgullo ver a su brillante y bien educado hijo con una chica corriente. No después de haberle presentado las doncellas más despampanantes de diversos reinos. No después de haberle advertido y criado sabiendo que algún día sería rey y no cualquier persona podría acompañarle.

- ¡Padre, detente! No necesitamos este tipo de liberaciones, entendemos tu enojo y me disculpo sinceramente y he llegado a decepcionarte. ¡Pero Elizabeth y yo nos amamos! Realmente nos queremos y llevamos ya un tiempo juntos, no había querido decirte por temor a que reaccionaras justo como acabas de hacer. Pero me he visto en la obligación... Ella está embarazada...

Ya el padre del muchacho no podía más de indignación y se veía incapaz de razonar. Envió a los enamorados y a su compañero a discutirlo y solucionar el asunto por términos propios mientras él se encerraba en su oficina, solo, a meditar la situación. Dejó dos órdenes

- Mi hijo no se va a casar con esa mujer y ese bebé no será considerado de la realeza. – Así de directo expresó sus condiciones antes de ceder al descanso y cerrar su puerta.

Después de varias horas de discusión entre el duque, compañero del rey, y los jóvenes, se concluyó que ambos debían mantenerse ocultos durante el embarazo. Se declararía como desaparecido al príncipe y la chica, al ser empleada común, nadie notaría su ausencia. Por lo que el embarazo podría mantenerse el tiempo necesario. Se cancelaría la ceremonia de coronación, el compromiso que nunca llegó y ambos junto al bebé se esconderían hasta que se encontrase una mejor solución.

***

Pasó mucho tiempo, varios meses... Elizabeth dio a luz una niña realmente hermosa a quien llamaron Alice. Los padres esperaban, algún día, pudiera ser heredera al trono como princesa y luego reina. Se deseaba lo mejor para ella y querían ya salir de ese encierro y de esa tormenta que los mantenía ocultos del mundo. No querían privar a todos de una belleza tal como la de la niña nacida.

Entre las infinitas sombras (En proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora