;ᴍᴏɴᴏᴍᴀ ɴᴇɪᴛᴏ

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No era nada nuevo saber que tu novio era una cajita llena de sorpresas, a parte de ser una persona peculiar, misteriosa y algo intensa, cuando empezaron a salir descubriste lo calenturiento que podía llegar a ser. Aquella noche habían concordado en hacer una pijamada en tu casa, tus padres estaban fuera y veías esto como una maravillosa oportunidad para poder descansar con tu novio, juntos, a solas.

Bajaste las escaleras de tu cuarto a la sala, saliste con una toalla envuelta en el cabello. Mientras tanto Monoma ya estaba sentado en el sillón, sostenía su celular con una de sus manos, mientras que con la restante acariciaba a tu gato. En tu rostro ya yacía una mascarilla hidratante, volteó a verte, prestó atención a tus ojos, amaba observarlos.

— ¿Ya acabaste de bañarte, cochina?

Bufaste, llevaba un rato llamándote así. Te sentaste sobre sus piernas apartando su celular, el comenzó a retirar la mascarilla de tu rostro con un pequeño algodón, ya tenían todo a la mano para su noche de mascarillas.

— Te envidio, tienes una piel hermosa.~

Hablaste e hiciste un berrinche a lo que él sonrió.

— ¿Qué puedo decir? Tienes un novio hermoso.

Rodaste los ojos y el te sostuvo por la cintura, comenzó a besar tu cuello con suavidad sin dejar de acariciar suavemente tu rostro con aquel húmedo algodón a lo que pusiste tus manos sobre su pecho, le apartarte levemente mientras negabas suavemente con la cabeza, había una torpe sonrisa en tu rostro.

— No, no, tengamos una noche normal.
— Pero es que me excitas tanto, con verte se me-

Ahora pusiste tus manos sobre su boca, simplemente te echaste a reír y pensando en algo un tanto interesante, te acercaste ya con tu rostro completamente limpio y susurraste en su oído.

— Te tengo una propuesta indecente...

El levantó una de sus cejas, te volteó a ver sin luchar por siquiera quitar tus manos, le fascina tu contacto físico. Te acercaste otro poco acercando tus caderas a las suyas, hubo un pequeño frote que le hizo estremecer, volviste a hablar de nuevo.

— Vamos a coger, pero no puedes penetrarme.

Hablaste con una malvada sonrisa sabiendo que de eso a nada, el elegiría la nada, pero fue sorprendente al escuchar su voz.

— Bien, acuéstate.

Jadeaste con fuerza mientras empujabas suavemente su pecho, tus mejillas fueron completamente sonrosadas para próximo ser cambiada boca arriba contra el sofá, se te cayó la toalla del pelo, Dios, no tiene remedio.

— Abre esas piernas.~

Así hiciste, sin problema abriste las piernas dejando que te quitara el short de la pijama, lo tiró por ahí causando que se relamiera los labios. Lentamente se acercó y comenzó a besar tus muslos con suavidad, sin pensarlo dos veces esa parte de ti es su favorita. Después de mordisquear y besuquear por ahí no dudó en apartar tus bragas, moverlas hacia un lado sólo para pasar su lengua por todo tu coño haciéndote estremecer con fuerza, gemiste arqueando tu espalda, el aprisionó tus caderas con sus manos comenzando a follarte con su lengua, cerraba sus ojos y chupaba sabiendo que eso te volvía loca, claro, todo esto sin siquiera introducir su lengua en ti.

Pasados los segundos se apartó relamiendo sus labios, sonrió de manera perversa solo como el sabe hacerlo y su pulgar comenzó a masajearte, el se mordía el labio viéndote estremecer bajo suyo, pasaron los minutos y sin ninguna clase de penetración tuviste el primer orgasmo de la noche, acarició dulcemente tu entrada humedecida, pero jamás entró.

— Espero estes gozando de esto, cariñito.

Se acomodó entre tus piernas, levantó tu cuerpo por tus rodillas mientras comenzaba a acariciar su grande bulto contra ti, es que era difícil verlo de esta forma, el estaba usando una playera de gatitos, ¡de gatitos!

Finalmente se bajó el pants y bóxer dejando salir su grande erección frente a tus ojos, se relamió los labios mientras sin dudar iniciaba a frotar su punta contra ti, tu coño jugoso envolvía con tus labios su glande y tronco, dios, este hombre era impresionante.

Jadeante te removías en tu lugar, todo tu cuerpo temblaba mientras el solo se dedicaba a hacer de las suyas, esto con su característica sonrisa maquiavélica y llena de perversiones.

— Neito, n-neito.~

Gemiste su nombre viendo como el colocaba las bragas nuevamente en su lugar, sobre tu zona y lentamente comenzó a rozarse entre estas pues ya yacían húmedas, llevaste tus manos a su abdomen gimiendo por sus roces y finalmente viste como enterraba su punta entre tu ropa interior y tu coño, comenzó a mover sus caderas de adelante hacia atrás impactando suavemente contra tu clítoris, esto de un segundo a otro te llevó al clímax permitiéndote presenciar por igual el como el también se venía dejando a sus hijos sobre ti, aquel tibio líquido empapando tus bragas cosa que dejó a ambos con la respiración agitada, los dos suspiraron antes de que Monoma se apartara de ti y se quitase el sudor de la frente.

— Me encantas, haría esto una y mil veces.

Estabas exhausta, pero no aprendías tú lección.

— No puedes, no aguantarías una más.

Le gustó tu atrevimiento, se incorporó colocando sus grandes manos en tu culo, te cargó hacia el solo para mover aquellas bragas con sus dientes.

— Te vas a quedar callada por retarme.





Monoma es mi gusto culposo, que me escupa en la cara... ¿y si lo escribo?

𝑶𝑵𝑬 𝑺𝑯𝑶𝑻𝑺-𝑩𝑵𝑯𝑨✦ 【𝑭𝒆𝒎 𝒓𝒆𝒂𝒅𝒆𝒓】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora