Espero que entiendas porqué te llevé al baño. No es que sea cutre, si no que sabía que lo que había dentro te iba a gustar. Cuando lo viste ya se había reducido de tamaño, pero seguía allí, engañándonos a todos. No dijiste nada, simplemente me diste un abrazo, como ese que llevaba meses esperando.
La iridiscencia solo me recuerda a ti.