Tiré de ti, y fuimos corriendo bajo el puente. Todo estaba oscuro, pero mis ojos ya se habían acostumbrado a ello.
Ese puente era asqueroso. El asqueroso puente bajo el que me besaste. Me besaste, Cuatro. Aún sabiendo que no podías.
Espero que no te hicieses demasiado daño cuando te tiré al suelo.
Volvió el arrepentimiento.