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Iruma observaba la rutina de su amante mientras este colocaba gel en sus rebeldes mechones y los acomodaba hacia atrás dando el característico peinado que siempre observaba cuando caminaba cerca de la sala de profesores.

- ¿No piensas ir a clases? –

-sabes que me gusta observarte Kalego-sensei-

El chico hablaba confiado ya que se encontraba en su ciclo de maldad, y aunque el mayor ya se había acostumbrado a ello todavía le ofuscaba un poco; a parte que no fue hasta hace poco que admitió que muy dentro de su ser amaba a ese chico que llego a poner su mundo de cabeza, Iruma se levanto de la cama todavía medio desnudo mientras su torso estaba lleno de marcas que la noche de pasión anterior le había dejado; se observo en el espejo mientras sonreía amaba sentirse marcado pese al dolor que le causaban los colmillos de su sensei.

Empezó a vestirse mientras recordaba la primera vez que ellos se habían acostado, estaba fresco en sus recuerdos, había sido aquella vez que Ari lo indujo en el ciclo de maldad cuando ganaron la Royal One después de todo el esfuerzo puesto en ello lo había logrado gracias al giro inesperado de ultimo momento cuando todos los demás trabajadores del plantel habían traído sus permisos.

Sus compañeros estaban emocionados mientras veía la cara de frustración de su profesor, ya que su plan no había salido como esperaba. Había olvidado que la gentileza de su alumno hacía que los demás demonios lo siguieran, suspiro mientras caminaba por los pasillos de la escuela después del evento para inaugurar el aula se había quedado a hacer papeleo.

-Kalego-san-

La voz confiada lo hizo voltear mientras miraba a Iruma el chico estaba solo sin sus pegostes Clara y Azz mientras caminaba hacia él con esa aura confiada que lo hacia rabiar, lo miro sin interés mientras el chico suspiraba.

- ¿No deberías estar en casa? –

-El abuelo me pidió que lo esperara, es un fastidio, pero prefiero ahorrarme sus lloriqueos; aunque ya me aburrí –

El chico froto su cabello en un gesto de hastió mientras observaba a su sensei de modo insistente una idea cruzo su cabeza mientras un leve sonrojo marcaba sus mejillas provocando que Kalego alzara una ceja.

-tal vez, profesor Kalego podríamos jugar algo interesante en lo que espero al abuelo-

- ¿y porque debería servir de entretención para ti? –

-vamos profesor, no sea malo; ¿no tiene nada que perder o sí? Además, si usted gana podría vengarse de mí por haber obtenido la Royal One-

Una sonrisa bailo en sus labios ofuscando al mayor mientras sopesaba la situación dio un suspiro derrotado mientras la sonrisa de Iruma se ensanchaba, entraron a un aula vacía mientras el de cabello azul explicaba un juego del mundo humano.

¿Cómo habían llegado a eso? Ni siquiera sabía, solo podía ver las cartas en sus manos y sentir la pequeña brisa en su pecho al menos podía sonreír al ver al más joven de los dos con menos ropa que él.

-gané-

Un pequeño sonrojo apareció en las mejillas de Iruma mientras se quitaba los pantalones, Kalego trajo grueso mientras miraba el delgado cuerpo del 15 añero y sentía como su ciclo de maldad se activaba, pero diferente mandando calor directo a su entrepierna, se levanto mientras buscaba su ropa apresuradamente.

-bien terminamos, vístete-

-sensei-

Miro su rostro sonrojado mientras lo veía acercarse dio un par de pasos hacia atrás topándose con la pared algo en el aura rebelde del chico lo atraía como un imán; su respiración se corto al sentir las manos de Iruma en su pecho y un roce superficial en sus labios.

Mi amado y odiado alumnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora