𝑷𝒂𝒓𝒕𝒆 𝑼𝒏𝒊𝒄𝒂.

474 68 48
                                    





Esta historia está inspirada en la leyenda del Sol y la Luna de la mitología griega.

╭ ✧ ~ ✧~ ✧~ ✧~ ❍ ~ ✧~ ✧~ ✧~ ✧╮

Cuenta la leyenda, que dos jóvenes apodados Luna y Sol, se enamoraron perdidamente, el uno del otro y empezaron a vivir un gran amor.

—¡Ven aquí!-se escuchó un grito.

—Trata de atraparme-el chico río suavemente y siguió corriendo.

—Oh, así que lo haremos así, ¿eh?-el chico aceleró sus pasos.

—¡Oye!,eso no...¡Wah!-grito al sentir unos brazos rodearlo.

—¡Te atrape!-dijo, e hizo que ambos cayeran al suelo.

—Jajaja, San Lang, eso fue trampa-rio para después mirarlo tratando de tratando de regular su respiración después de correr por tanto tiempo.

—No, no lo es, te di un minuto de ventaja Gege, un minuto-el chico también lo miró con una sonrisa.

El mayor bufo por lo bajo pero luego sonrió. Aparto la mirada y miró el cielo, observando las nubes, sintió como una mano tomaba la suya entrelazando sus dedos.

—Sabes, eres hermoso.

—¡San Lang!, no digas eso así de la nada-el chico tapo su rostro con su mano libre, totalmente avergonzado.

—Solo estoy diciendo la verdad-el menor se inclinó y escondió su rostro en el cuello del otro.

—Dios...-murmuró para después acariciar su cabello.

Entonces, Afrodita, una diosa de la belleza y el amor, sintió celos de aquella pareja, por tener un amor tan intenso y llamativo. Bajo del Olimpo, para demostrar que su amor no era sincero, decidiendo seducir al menor de ambos jóvenes.

Un chico de túnicas rojas se encontraba tomando algunas frutas para llevar a casa, cuando alguien se acercó.

—Disculpe joven, ¿podría ayudarme?-pidió en un tono amable.

El chico volteo y miró a la chica frente a él, tenia unos hermosos ojos verdes, cabello largo de color negro, llevaba un vestido color turquesa, y sonreía de forma amable.

—¿En que puedo ayudarla?-pregunto.

—Llevo días viajando, tratando de llegar al pueblo más cercano y estoy agotada, ¿podría darme un poco de agua y decirme donde se encuentra el pueblo?.

—Por supuesto, por favor sígame-el chico puso la última fruta en la canasta y camino seguido de la mujer.

—¿Vive cerca?-pregunto la chica mientras se situaba a su lado.

—Si, no es mucho camino hasta llegar a mi hogar-contesto verificando si recogió todas las frutas pedidas.

—Oh, de acuerdo-dijo mientras apretaba los puños debajo de las mangas de su vestido.

Más el chico no noto nada en absoluto, después de todo, no le estaba prestando la más mínima atención. Pasó alrededor de una varita de incienso cuando llegaron a una pequeña cabaña, el chico se acercó y abrió la puerta.

Luna y Sol (Hualian)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora