El resto del camino se había hecho corto mientras escuchábamos las canciones de Queen que sonaban. Creo que eso era lo único que tenía en común con él, a ambos nos encantaban las canciones de Queen y eso era genial, ningún viaje en auto era bueno si esas canciones no sonaban.
Llegamos al pueblo después de unos minutos, estacioné el auto cerca de la farmacia. Apagué la radio y eso llamó su atención.
- Allí, esa es la farmacia - le indiqué con mi dedo índice - iré a un par de cuadras, estaré de vuelta aquí en - miré mi reloj - treinta minutos
- Está bien, gracias
Regulus abrió la puerta y se bajó del auto antes de caminar unos metros hasta la farmacia. También me bajé y fui caminando por la acera. La biblioteca no quedaba muy lejos así que no era necesario llevar el auto.
En el camino me crucé con algunos conocidos de mamá y me vi obligada a parar e intercambiar palabras con ellos, lo que no me alegraba mucho, siempre decían lo mismo cada vez que nos veían a mí o a mis hermanas. "Cómo han crecido estas niñas" "¿Para cuando el novio?" "Cada vez estás mas linda" ¿No tenían otras cosas menos comunes para decir? Ya me las se de memoria.
Llegué a la biblioteca, me paré frente a la enorme puerta y luego entré, dando un respiro profundo. Enseguida que puse un pie dentro sentí que me quedaba sin respiración, las mesas y los pasillos estaban muy poblados de gente, algo que no me hacía muy feliz. Desde pequeña siempre había tenido problemas con los lugares en los que había muchas personas, pero Abbie confiaba en mí para que le llevara sus libros, así que no podía fallarle.
Fui hasta el pasillo que tenía los libros de fantasía que le gustaban a Abbie. Al parecer la suerte estaba de mi lado en ese momento, no había casi nadie en ese pasillo, solo dos personas. Saqué una lista de mi bolsillo, eran los libros que debía llevar.
Me tomó bastantes minutos encontrar los primeros tres libros, de los cuales solo encontré dos. Seguí con el cuarto, que era uno de romance, y luego fui a donde la bibliotecaria para que me los anotara. Cuando ya estuvo listo los cargué con cuidado de no romperlos y caminé a la salida.
Ojalá no encuentre a nadie en el camino.
Pensé. Mis ganas de seguir saludando gente que apenas conocía no eran muchas, y en mi cara podía notarse eso.
Salí de la biblioteca caminando con la cabeza baja para evitar el contacto visual con cualquier persona. Mientras que nerviosa empecé a jugar y girar uno de los anillos que tenía puestos. Mientras más me acercaba al auto más relajada me sentía. Regulus estaba parado a un lado, sentado en la parte delantera del auto, con las manos en los bolsillos y una pequeña bolsa a su lado.
Levanté bien mi cabeza y mi mirada se cruzó con la de Regulus, inconscientemente sonreí, de forma que él se vio obligado a sonreír también.
- ¡Hannah! - gritó alguien a mis espaldas.
No hizo falta que me volteara para saber quién era el que me llamaba. Marco, el hermano menor de Nicholas, vive a un par de casas de la nuestra y ha estado enamorado de mí desde que nos conocimos en el primer verano que pasamos en esa casa, lo que quiere decir que nos conocimos a los seis años.
Apresuré el paso como pude, mientras lo escuchaba gritar repetidas veces mi nombre y caminar detrás de mí.
Me acerqué al oído de Regulus y susurré - Abrázame o voy a molestarte todas las vacaciones tanto que querrás huir de aquí cuanto antes - amenacé.
Confundido Regulus obedeció, ambos respiramos profundo y el procedió a pasar sus fuertes brazos por mi espalda baja, abrazándome con fuerza y escondiendo su cara en mi cuello.
¿ok? Debí pensarlo primero.
Más nerviosa que nunca en mis diesisiete años de vida también lo abracé, deseando no haberle pedido que me cubriera pero prefería eso antes que tener que soportar otra declaración de amor de Marco.
—...Oh.. — dijo en un susurró.
Regulus levantó su cabeza y miró a Marco sin emitir ni un solo sonido o expresión. Me separé de él rápido y me giré para ver al chico tras nosotros.
— Hola. — dije yo sin ganas.
Fingió una sonrisa — Hola Hannah, quería... — volvió a ver a Regulus, que ahora tenía las manos en los bolsillos — ¿Podemos...hablar en otro lugar?
Me volteé a ver a Regulus, que estaba tratando de no reírse. ¿De verdad tenía miedo de él? Es decir, si era algo espeluznante pero se veía tan inofensivo que ni Abbie sentiría miedo de él.
Asentí con la cabeza y camine con Marco un par de metros, alejándonos del auto y del pelinegro "intimidante".
— Bien, como te decía, quería invitarte a la fiesta que dará mi hermano hoy en la noche — sonaba más tranquilo.
¿Por qué Nicholas no me lo había dicho?
— Claro, ahí estaré — no tenía ni idea se iba a ir, pero tuve que decirle eso — tengo que irme ahora, adiós.
Me despedí con un movimiento de mano y volví a donde estaba el auto. Regulus ya se había subido - para suerte mía - así que no tendría que decir nada.
Deseando no haber vivido los últimos diez minutos me subí al auto y con mi mano temblorosa intenté encender el auto, lo que obviamente no logré.
— ¿Sabes? No tengo planeado morir hoy, yo conduciré — dijo bajándose del auto.
Me pasé al asiento de acompañante, dejando la llave sobre el asiento. Regulus se subió, tomó la llave y con éxito encendió el auto, me miró presumiendo que él si lo había logrado y yo solo lo ignoré. Hizo marcha atrás para desestacionar y emprender el camino de vuelta a casa.
— De nada — dijo mirando al frente.
— ¿"De nada"? ¿Por qué? — la confusión me calmó los nervios.
— No lo sé, ¿tal vez porque te salvé de ese chico? — su sarcasmo en ese momento fue irritante.
— Bueno, gracias entonces.
Sonrió de lado y no volvimos a intercambiar palabras en todo el resto del camino, que parecía eterno a propósito. Bajé la ventanilla de la ventana y apoyé mi brazo ahí mientras disfrutaba del viento en mi cara, haciendo el viaje menos incómodo para mí.
___________________
No creo que haya valido la pena la espera pero se hizo lo que se pudo.
ESTÁS LEYENDO
Vacaciones con mi primo ‹‹ Regulus Black ››
FanfictionEn un pequeño pueblo de américa del norte, Hannah y sus dos hermanas están pasando las vacaciones con su madre, cuando Regulus va - obligatoriamente - a quedarse con ellas y pasar el resto de sus vacaciones ahí. En ese poco tiempo, Hannah y Regulus...