capitulo 3

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En el segundo reino

Adentro del palacio había más movimiento de lo habitual, los guardias como sirvientes se movían de un lado a otro. El futuro rey, alex, la hija mayor del actual rey jeremiah, y de la reina eliza, trataba de apaciguar su enojo, pero el rey jeremiah no cedía ante el enojo te la desaparición de su hija menor, la razón del tal enojo, la princesa kara, hija menor del rey

A- padre, cálmate, ella debe de estar bien - hablaba entre lo bajo del trono -

J- esto es imperdonable - golpeo el lado izquierdo de su reposabrazo del  trono, haciendo un ruido hueco - como es posible que los guardias asignados perdieran de vista a mi hija - sentado en lo alto del trono se encontraba el rey

A- Los guardias que bedian de haberla  cuidado, ya fueron castigados severamente - subió uno por uno los escalones, hasta llegar a un costado del trono, junto a su padre, se encontraba parada, agarrado su hombro derecho, dando un apretón suave - ya verás que aparecerá, va estar sana y salva

Antes que el rey jeremiah pudiera hablar de nuevo, las puerdas de la sala Real fueron abiertas. Mostrando a la reina eliza, entrar entre ellas, con un hermoso vestido azul marino, decorado con un platiado brillante alrededor, su cabello rubio estada suelto, callendo alrededor de sus hombros y espada, sus ojos azules, daban una mirada penetrante, y a cada paso que daba sus tacones resonaban por toda la sala, haciendo eco a caminar. Su andar se frenó una vez que llegó junto a los culpable del alboroto que había afuera, mirándolos con una expresión seria y calculadora, se les quedó mirando fijamente, para ver quién se atrevía, a ser el primero en hablar, pasaba los minutos y ninguno hablaba, solo desviaban su mirada para otro lado, para haci no verla, ya que ninguno se designaba a ahablar, ella tuvo que ser la primera en hablar entonces

E- Bueno, alguien me explica porque esta todo ese alboroto afuera, veo pasar a guardias y sirvientes de un lado a otro, y ni hablar de las damas de compañía - el tono de voz que usaba era normal, ni muy tal, ni muy bajo, era tranquilo, o al menos eso busca parecer, ya que su hija y esposo sabían que detrás de eso, se esconde, la demanda de una repuesta clara ante esto, y la ira del enojo sobre el problema causado -

Pero jeremiah y alex preferían callar, ya que sabían muy bien, que el que hablara, metería más leña al fuego, haciendo crecer la ira y enojo de su madre/esposa. Pero lo que no sabían, era que por mientras más tiempo se quedaban callados, la llamas de la ira y del enojo crecían lentamente más, convirtiéndose en furia, que en cualquier momento se podría convertir en un volcán en explosión

E- Por lo visto, ninguno piensa en hablar - Su expresión ya había cambiado, su furia ya se reflejaba en su rostro, y sus ojos eran un azul fuerte, demostrando ver la tormenta que se avecinaba -

Pero fue alex la que decidió hablar, antes que la tormenta se pusiera peor, y que el volcán extrañará en un erupción

A- Lo de los sirvientes, es por el preparativo de esta noche, las damas de honor, es por la ayuda extra que se ordenó, y los guardias por la desaparición de kara - su mirada en todo momento se mantuvo abajo, temiendo que si miraba a su mamá, la solicitud de hablar que pidió y exigió, no serviría de nada contra lo que se venía

Fue en ese momento que la reina se sintió sin fueras, ayudada por su esposo, que reaccionó rápido, evitando que callera por los escalones, haciendo que se sentara en su trono, su ira, fue remplazada por preocupación, a enterarse de la desaparición de su hija

E- ¡JEREMIAH, EXPLICARRE! - grito la reina, con una expresión de tristeza y decepción en su rostro -

J- Lo siento, no queríamos preocuparte - se arrodilló junto a ella, tomándole de la mano -

E- Como crees que estoy, no puedo creer que me allas echo esto - saltándose de la mano de su esposo, escondió su rostro en tres sus manos, llorando, mientras que su voz se cortaba, y se desgarraba por tal noticia - ¿hace cuando? - hablo con dificultad, por el echo de su llanto

J- Desde ayer temprano, fue al pueblo con guardias, pero por lo sabido la perdieron de vista - abrazo a su esposa, siendo como su cuerpo temblaba por el miedo, miedo a que su hija le allá pasado algo, compartiendo un momento de silencio - Lo siento, debimos avisarte pero-  - se quedó callado, buscando las palabras adecuadas, para calmar a su esposa -

A- Pero no lo hicimos - hablo por fin alex - no lo hicimos, por miedo a encontrar una verdad desgarradora, miedo a saber que ella este en peligro o-  - frio callar a terminar esa oración, volteando la vista hacia otro lado, apretando su mandíbula, hasta doler -

Unos ruidos por la puerta, hicieron saber que pasaba algo, dejando entrar al responsable de tocar, sabiendo la orden del rey de no interrumpir

S- Su majestades, el príncipe-

No pudo terminar de hablar, ya que la puerta volvió a abrirse, estaba sin permiso del paso, se mostraba 9 personas con capuchas, una enfrente y por los lado, a cuadro de ellos, cuatro a su derecha y a cuatro a su izquierda. A llegar por lo bajo del trono, a donde las escaleras comenzaban, hizo una reverencia ante los reyes, mientras que los otro ocho se arrodillaron

?- Es un placer verlo de nuevo su majestad, espero que mi humilde presencia no sea sorpresiva, su majestad - incorporándose, no fue un echo sorpresivo, que el rey lo viera de mala manera, no después a tal entrada

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