La luz de tu Sonrisa

4. Solución

Aturdida Marla dejó el edificio, después de que Santino diera las ordenes, todos se movieron rápidamente; colaboradores y guardaespaldas. Ella solo se dejó llevar, esperando sinceramente no aparecer muerta en algún callejón, lo que mas la desconcertaba de todo, era que Dante desde que había tomado su mano para tranquilizarla no la había soltado, continuaba asustada, pero al mismo tiempo estaba secretamente feliz, ni en sus sueños mas alocados hubiera imaginado que alguien como ella conocería a la banda, mucho menos pensó que el chico mas guapo de todos la tomaría de la mano.

Subió a la misma Van del grupo sin saber a dónde se dirigían, quería sentirse mas asustada, pero la verdad es que estaba emocionada, dejando de lado la extraña entrevista que acababan de tener, ellos seguían siendo Heaven y ella era su fan. ¿Se verá raro que le pida un autógrafo?, pensó mientras espiaba por el rabillo del ojo a Dante, esté se había sentado a su lado mirando su celular para distraerse.

- Marla – la llamo Nathan - ¿Cuántos años tienes? – aburrido de jugar con su celular quiso iniciar una conversación, había notado como Dante la estaba vigilando, y obviamente iba a usar esta oportunidad para molestarlo.

- Casi 18 – respondió ella separándose del asiento para girarse y mirarlo.

Nathan sonrió con deleite, la ver como Dante se crispaba – Valla – dijo con fingida inocencia – Eres seis años menor que Dante... no es mucho -

Las implicaciones de esa frase escaparon de su comprensión, sin entender a que se refería solo acepto con la cabeza, quería preguntarle muchas cosas pero al mismo tiempo le daba vergüenza quedar como una fan impertinente.

Dean que estaba en la parte trasera de la Van se apoyó en el hombro de Eric y le preguntó en voz baja; - ¿Por qué sigue estando tan gris? – Eric miró hacia el asiento donde Marla tranquilamente permanecía sentada en silencio – ¿Nuestra preocupación no debería darle algo de brillo? – insistió Dean.

Eric hizo un sonido con la boca para pedirle que hablara mas bajo – Para que funcione ella tiene que percibirlo y aceptarlo – Eric acomodó el cabello detrás de su oreja, un movimiento sencillo y normal, pero que para cualquiera pasaría como un movimiento sexi y deliberado – Pero parece que ella no lo entiende... no sé que es lo que esta pensando... Tal vez no cree que la vamos a ayudar... O no considera sincera nuestra preocupación – había muchas cosas que Eric pensaba, cientos de razones que se le ocurrían para justificar el que Marla no se iluminará

Suponía que todos sus compañeros se daban cuenta, si incluso el mas joven de todos notó que no había ningún cambio en ella.

Dean no podía entender lo que Eric le decía, pero no se quería ver estúpido al preguntar, fingió comprenderlo y guardo silencio, ¿Percibirlo y aceptarlo? Pensó confundido ¿Cómo es eso? ¿Percibir el amor y la preocupación? ¿Eso cómo se hace?

Eric miró por el rabillo del ojo a Dean, era obvio que no entendía, sonrió para sus adentros, ¿Cómo alguien como él podría entenderlo?, Dean era el menor del grupo y el más consentido, desde antes de nacer fue deseado y esperado, nutriéndolo incluso antes de respirar, sus padres habían sufrido tanto para tenerlo y cuando nació fue amado desde el primer momento, por eso era tan hermoso a la vista, el amor que había cosechado de su familia lo hizo también excepcionalmente talentoso, como podía compararse con alguien como ella, ¿podría acaso imaginar un mundo donde no fuera amado? Eric lo dudaba.

El edificio de la compañía apareció poco a poco frente a ellos, Marla había pasado algunas veces por ahí en el autobús, pero nunca se había acercado realmente, se conformaba por contemplar los brillantes ventanales, que parecía extenderse hasta el cielo. Frente al edificio había un grupo de fans que sostenían pancartas y al ver acercarse a la Van enloquecieron, intentando acercarse, afortunadamente había varios guardaespaldas esperando, con eficiencia formaron una valla humana para permitir el paso del vehículo.