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La vida te puede traer hermosos y placenteros momentos. Puedes vivirlos a tu manera, según te parezca. Todos los días despertar con una sonrisa, alegre y ser en ese momento la más feliz del mundo. Pero así como la vida misma te lo da, también te lo puede quitar con tan solo un abrir y cerrar de ojos. Suficiente con un momento de distracción y cuando reaccionas, te das cuenta del lío que tienes al tu alrededor.

Yo solo buscaba ser libre, sin tener a personas limitándome en lo que debo o no hacer. Quería simplemente alejarme de todo. Dejar todo; algo que hice mal, al escaparme y huir con él. 

Al principio, todo era perfecto. Él siempre fué el primero, mi primera sonrisa, mi primera mirada, mi primer contacto y mi primera patada. Esa fué la primera vez que Min Yee-Jun me golpeó. Eso fué lo que nos unió; jamás me había perdido en la mirada de alguien; jamás me había sentido viva de esta forma, lo nuestro no era algo ordinario. Junto a el me descubrí a mi misma y aprendí donde está el corazón.

En esa primera cita, me dio ese beso que me deslumbró, me puso a sus pies he hizo que mi corazón latiera como nunca. Estaba ciega de amor, pero jamás vi venir el segundo golpe.

-Mi papá —exclamé en un tono audible para ambos mientras miraba en dirección en la que se encontraba mi padre, para luego voltear y ver como Yee-Jun se alejaba de ahí—¡Oye!

No me importó que él huyera de mi padre; eso no significaba que no me amara. Yo lo amaba y él a mí. Si no lo hiciera, entonces ¿porque me pediría que fuera con él a New York?

Vivir en New York; ni siquiera podría haberlo imaginado. 

- ¡Yee-Jun! —grité mientras corría hacia sus brazos y proceder a ser cargada por aquellos, para luego ser bajada y caminar  con las manos entrelazadas hacía llegar al avión.

No me importaba nada ni nadie. Era como si tuviéramos el mundo entero para nosotros solos, éramos libres...

-Atrápalo —comentó para luego lanzar una nuez caliente hacia mí

Y felices, enamorados. Nadie me llamaba para decirme que ya era tarde y tampoco temía que me vieran en la calle mientras caminaba con mi novio. Mi amor me puso completamente a sus pies. Era muy feliz y en verdad sentía mariposas en el estómago. Era como si estuviéramos en las nubes. 

Y entonces toqué fondo, más rápido de lo que llegué a las nubes. Estaba embarazada. 

-Lo lamento; disculpa no puedo casarme—contestó a mi declaración que había hecho hace un momento—Solo no puedo criarlo.

-¿Qué dices?—respondí anonada por su respuesta a mí declaración de mi embarazo—Puedo decir que estoy lista para ser madre, pero ¿tú no estás listo para un compromiso así?¿Eso es?—no obtuve respuesta de su parte así que decidí hablar nuevamente—Debes saber que tengo 3 meses de embarazo.

-Entonces aborta—contestó fijando su mirada hacia el mar que se encontraba frente a nosotros. Su respuesta no me la esperaba.

Por supuesto que no iba a hacerlo.

-¡T/N!—gritó al ver que me estaba alejando de ese lugar—¡Seung T/N!—lo oí gritar por ultima vez

...

-¡Ah!—gritaba mientras daba todas las fuerzas posibles por dar a luz

-Bien, bien—comentó la enfermera que sostenía una de mis manos—Lo haces bien

-Más fuerte—exclamaba el doctor, hasta que el llanto de un bebé se hizo presente—Es un hermoso niño—comentaba el doctor con una sonrisa que aunque no se podía ver por la mascarilla quirúrgica era notable.

Tal vez este bebé lo cambiaría todo; y nos daría a Yee-Jun y a mí un nuevo comienzo. Con este bebé podríamos tener un futuro lleno de esperanza, y el hombre al que amo regresaría a mí porque sabía que era lo correcto.

Esperé que llegara; esperé, y esperé...pero jamás llegó.

-El número que usted a marcado no está disponible—se escuchó a la operadora nuevamente, mientras me encontraba fuera del hospital—¡ains!—solté un suspiro al ver que no contestaba

Ese fue el último y más fuerte golpe que recibí de mi primer amor. Estaba sola con mi pequeño, los dos solos. Pero no me dí por vencida. En este país, muchas madres solteras pueden salir adelante solas. ¿Por qué yo no podría hacerlo? Sería muy fácil para mí, servir café y tomar ordenes.

-Su café—comenté mientras le servía un poco de café en la taza de aquel chico de apariencia asiática—¿Café?—pregunté hacia la chica que se encontraba con él

-No—contestó de forma amable mientras sonreía—gracias—pasé a retirarme hacia la otra mesa

Ese era el momento ideal, para demostrar que no me había dado por vencida y que no había fracasado.

-¿Qué?—pregunté confusa al ver a mi bebé con la chica que la cuidaba

-No puedo—respondió después de entregarme a mi niño en la  cesta portátil y señalar su muñeca como si tuviera un reloj en aquella

-¡Por favor!—insistí mientras veía como se alejaba—solo 2 horas—volví a insistir—Ana por favor ¡Ana!—grité finalmente para que me oyera pero no me hizo caso.

Pero no pude hacerlo. No estaba lista para aceptarlo y tardé un año hacerlo

-No, No—respondió cuando notó que sostenía al bebé

-Por favor yo...estoy desesperada—contesté una vez que me acerqué a hacía el jefe pero lo único que obtuve como respuesta fue un grito

-¡Largo!—gritó mientras señalaba la puerta

...

-Está bien. Está bien, tranquilo—trataba de calmar a mi hijo de tan solo 10 meses—ya no llores—insistí mientras me encontraba en el baño del avión que viajaba a Corea.

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ᴀᴍᴀʀ ᴘᴏʀ sᴇɢᴜɴᴅᴀ ᴠᴇᴢ | Jimin y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora