Capítulo 65

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El viaje en avión le pareció de lo más tortuoso. Contaba cada minuto. Le parecía una eternidad. Se pasaba la mano por el pelo nervioso y desesperado. Sus ojos seguían rojos y de vez en cuando soltaba una que otra lágrima. Ya no le importaba el trabajo, solo quería estar con ella. Quizás buscaría un trabajo cerca de ella, y mentiría a sus padres. Haría cualquier cosa con tal de estar con ella.

Miro su reloj, aun faltaba una hora para llegar. Recordó el sonido de su voz cuando le había dicho lo que sentía. Recordó lo triste que se oía. Deseaba que alguien lo golpease hasta quedar inconsciente, eso era lo que se merecía.

¿Que podría decirle en cuanto la viera? La verdad, se dijo. Pero ya le había dicho la verdad, o mejor dicho lo había intentado pero ella no quiso escucharlo. Pero una vez que estuviese frente a ella, ___ tendría que escuchar todo lo que tenia para decirle. Quizás sería mejor que le pagase a ella un vuelo y encontrarse en algún departamento.

¿Por qué no? Así el no tendría que prometer nada y podrían verse siempre. Porque estaba completamente seguro que ella iría. Pero sus padres también era un problema, si en algún momento se llegasen a cruzar eso causaría algo peor que la tercera Guerra Mundial. Hizo una mueca, no tendría que pensar en eso. Solo tendría que dejar que los cosas fluyeran a su manera.

Trato por lo menos de pasar el rato prendió su Ipod que encontró en el bolsillo de su chaqueta colocando inconscientemente Down de Jason walker, se perdió ante aquella melodía. Y se puso triste escuchándola. No, definitivamente se sentía perdido, no estaba dispuesto a dejarla ir aun.

Cerró los ojos llorando en silencio, una y otra vez. Cuando los volvió a abrir, después de quien sabe cuánto tiempo vio a las personas agarrando sus pertenencias para bajar. El no llevaba nada que no fuera, sus llaves, billetera, celular y Ipod. Así que bajo y se dirigió directo a la salida.

Busco con la vista un taxi. Ya era de noche, y ninguno estaba vacío. Se comenzó a desesperar. Pregunto a un guardia donde podría encontrar autos de alquiler y fue por uno. No le importaba cuanto tendría que gastar, no le importaba nada. Solo quería llegar ya y estar con ella.

-¿Que desea señor? -le pregunto la secretaria. Al parecer estaban a punto de cerrar.

-Necesito alquilar un auto -dijo seco.

-Su nombre -tecleo algunas cosas en su computadora.

-Justin, Justin Bieber -ella asintió y frunció el ceño.

-Usted no ha reservado ningún auto -lo miro.

-¿Qué? -la miro confundido.

-En este lugar solo se alquilan por reserva. -el apretó la mandíbula.

-¿No me puede solo alquilar uno y ya? -espetó a punto de explotar.

-Es que.. -un señor los interrumpió.

-¿Hay algún problema?- pregunto.

-Es que no hice ninguna reserva pero necesito con urgencia un auto -explico. Parece ser que aquel hombre era el Gerente del lugar. Este asintió.

-Podemos hacer una excepción por esta vez -dijo tranquilo al ver su expresión. Justin estaba tan destrozado que cualquiera se daría cuenta que no se encontraba bien- solo que nos queda una sola camioneta. Una chevrolet -explico. Justin asintió.

-Lo que sea está bien por mí.

-Marina, puedes tomar sus datos -ella asintió- Tienes suerte chico, estábamos a punto de cerrar. -le sonrió- bueno, me retiro.

-Adiós y gracias.

Dicho eso aquel hombre lo dejo con la secretaria tomo sus datos. Por suerte no tardaron mucho. Le paso su tarjeta de crédito. A los quince minutos ya estaba en camino al departamento de su hermana.

Peligrosa Obsesión{Amor Prohibido}¡TERMINADA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora