12. Minghao

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Ahí está de nuevo Seungkwan revolviendo nuestra habitación, hace unos días perdió un sobre con un té de hierbas que le compró a una anciana en una feria a la cual me obligo a acompañarlo y desde entonces anda desesperado buscándolo, no sé qué tien...

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Ahí está de nuevo Seungkwan revolviendo nuestra habitación, hace unos días perdió un sobre con un té de hierbas que le compró a una anciana en una feria a la cual me obligo a acompañarlo y desde entonces anda desesperado buscándolo, no sé qué tiene de especial ese té ¿acaso no puede simplemente tomar de otro té? ¿Tiene que desordenar todo para encontrarlo? Y después quien es el idiota que tiene que ordenar todo... El chino, por supuesto, el extranjero que no entiende una palabra de coreano.

Lo que él no sabe es que entiendo perfectamente bien lo que dice, tengo que admitir sin embargo que a la hora de hablar me cuesta un poquito, en realidad me cuesta mucho, todo lo que digo suena extraño y les cuesta mucho entender lo que digo, por eso ellos asumen que si hablo mal por obligación no puedo entender lo que hablar, claro que les entiendo no soy idiota, pero prefiera no hacerlo, que crean que no les entiendo es divertido y tiene sus ventajas.

-Tú, chino- mueve sus manos exageradamente como si así le fuera a entender mejor- A-yú-da-me a bus-car- Ahora habla más lento y cortado, como si eso ayudara.

Me apunto a mí mismo y digo:

- ¿Yo?

-Si, tú. Ayúdame a encontrar el té- mueve sus manos de nuevo.

Me quedo mirando con cara de póker por unos instantes, o sea, con cara de no entender ni una palabra de lo que habla y el asume de inmediato que no entendí nada de lo que me dijo, me rio disimulado, no tengo ninguna intención de ayudarle a buscar nada. Seungkwan suelta un bufido fastidiado por mi falta de entendimiento y sigue en su tarea inútil, yo por mi parte poco a poco me acerco a la puerta y sin que él lo note salgo de la habitación, cerrando la puerta despacio detrás de mí.

Camino hasta el living y para mi mala suerte me encuentro a la parejita de Asia, tal vez estoy exagerando al decir Asea, como sea, el Seoksoon está sentado juntito en el sofá viendo no sé qué película. Estos son tan ingenuos que creen que nadie se ha dado cuenta de su relación, las carat se volverían locas si supieran que el Seoksoon es real.

Me siento en un sillón cerca de ellos y están distraídos con sus cariñitos, yo los miro de reojo, que fastidiosos son ¿No pueden ver una película tranquilos?

-Ejem...- carraspeo mi garganta para que dejen de toquetearse.

Seokmin se pone rojo, pero no saca sus manos de pulpo del cuerpo de Soonyoung. Soonyoung esta extrañamente tratando de zafarse de las garras de Seokmin y se ve que le preocupa algo, no deja de mirar hacía la cocina.

Después de unos minutos de ver al parcito, ya no aguando más, me podría dar un coma diabético si sigo cerca de estos dos, mejor voy a la cocina a ver que prepara de comer el pequeñín de Jihoon.

Entro y lo primero que veo es a Jihoon asesinando unas verduras sobre una mesa de picar carne, mientras murmura maldiciones contra sí mismo.

- ¿Te ayudo? - le pregunto en mi chancado coreano.

En otro cuerpo [Seventeen][Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora