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Hope's POV.

Enrollada en mi manta azul, bajo mi cama, puedo escuchar los gritos desesperados de una mujer en el piso de abajo. No sé qué sucede, pero el constante olor a sangre y algo más me hace querer ser un humano para dejar de olfatearlo. "¿Qué está sucediendo allá abajo, mamá?", intento contactarme a través de nuestro lazo madre-hija, pero solo recibo un gruñido por parte de su loba cortando cualquier comunicación. Eso sucede casi siempre, Kenia, la loba de mi madre, a pesar de aceptarme como su cachorra nunca ha querido tener una conexión conmigo.

Suspiro frustrada y entierro la nariz en la gruesa tela, esta tiene el olor característico de mi hermano mayor, quien me la regaló una vez llegado el momento de transformarse. Como en ese tiempo apenas podía retener información, nunca supe a qué rango fue asignado ni cuando regresaría; sé que esto sucedió hace dos años. Ahora, teniendo cuatro, aún espero a su regreso para mostrarle lo bien que he cuidado su manta.

— ¡Vamos Anesa, solo un poco más! —Exclamo alguien, nunca fui buena reconociendo voces. Seguido a ello, un grito de la tal Anesa hizo que mis tímpanos lamentaran su existencia.

"Anesa, en algún lado he escuchado ese nombre...", pienso mientras me tapo hasta la cabeza con la tela, no ayuda de mucho contra el tono agudo de la mujer, pero imaginariamente me siento a salvo de lo que sea que esté ocurriendo allá abajo. "Un momento, ¿Para qué cosa falta poco?", frunzo el ceño y olfateo el aire en busca de algún aroma más allá de la sangre, pero esta es tan fuerte que tapa todo. "Debí poner más atención al entrenamiento sobre olores y esencias...". No era ningún misterio que a pesar de ser un cachorro ejemplar, puedo distraerme con mucha más facilidad que los otros con cualquier ruido o movimiento a mi alrededor.

Un último grito casi me termina de dejar sorda, seguido de un chillido molesto; uno de lobo. Me levanto al instante aún con mi manta y corro escaleras abajo para ver qué rayos sucede, solo para encontrarme con una escena extraña y para nada usual. Una mujer en su forma lobuna, de costado sobre la alfombra y sangre entre sus patas traseras, donde también está mi madre sosteniendo una bola de pelos bicolor. Algo en mi cabeza hace click y comprendo que estuvo pasando todo este rato, pero mi razonamiento se ve cortado cuado escucho la puerta principal ser abierta repentinamente, apareciendo por ella un hombre con algunas heridas recientes. "¿Qué le habrá sucedido?".

— Dua... —Pronuncia tomando a la cría entre sus manos, la pone en alto para que admiremos su pelaje. Es un tono entre marrón oscuro y negro, probablemente si no estuviera cubierta de líquido amniótico, tendría cierto brillo natural. La baja con cuidado hasta dejarla con su madre, quien se remueve inquieta y profiere un gemido de reclamo hacia mamá. "Espera, ¿Por qué puede escuchar sus gritos como si fuesen humanos?. Los lobos no gritan..."

— Tranquila, Anesa. Te traeré ropa en un momento —Sonríe mi madre hacia ella y luego de tomar mi mano nos dirigimos hacia su habitación—. Escucha cachorra, necesito que te quedes aquí en lo que transforman a la niña, tú no estás lista para ver eso.

— ¿A qué te refieres? —Murmuro molesta, no me gusta cuando los adultos dicen eso—. ¿Por qué no puedo ver como lo hacen? ¡Yo quiero saber! —Reclamo con un pequeño gruñido provocando una mirada de desagrado en ella, decido callarme en ese momento.

— Stunning, no me reclames —Dice con tono firme, muerdo mi labio y agacho la cabeza, ella no dice mi nombre a menos que esté molesta. Supongo que la mayoría de las madres hacen eso—. Ya te expliqué las reglas de la manada, cachorra. Solo quédate aquí hasta que yo te llame y luego hablaremos sobre esto.

Sin nada más que decir toma una muda de ropa y se va a paso veloz, cerrando la puerta al salir. Me trepo a su cama y con el agarre bien puesto en mi manta trato de dormir; una sensación molesta ha estado impidiéndome el sueño los últimos días, es como una presión en el pecho que aumenta a cada minuto provocándome inquietud y coraje. ¿Será que mi lobo se está creando? Sí, debe ser eso. ¿Qué más podría ser?...


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723.

RASTRO PROFUNDO || dua lipa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora