El principio de la desgracia

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- khun san!

Un pequeño ojidorado corría tomado de la mano de un semi albino.

- khun san, responda, ¿A dónde vamos?

- A un lugar donde nadie pueda tocarte.

- Que?, Por qué, khun san?

- Por que eres demasiado hermoso e inocente para esta torre.

- khun san!

El ojidorado se sonrojó ante la respuesta de su amigo, pues no había esperado algo como eso.

- Qué pasa, Bam?

- Por que dice esas cosas?

- Por que es la verdad, Bam.

- No es cierto...- Trató de excusarse el ojimiel.

- Claro que lo es.

- khun san, usted siempre dice esas cosas sin pensar...

El semi albino se detuvo al escuchar estás palabras.

- Por que lo dices? Te molesta?

- No!, Por supuesto que no, khun san, es solo que...

- Qué?
Es solo que?

- Siento que lo dice para jugar conmigo...

- Bam...- El semi albino lo abrazó y le dió un beso en la frente, para luego disculparse.

- Perdón, no sabía que te sentías así.

- No sé preocupe, khun san, todo está bien.- Dijo el de menor estatura aún pegado a el de pelo azul

- Bam.

Al oír eso, el ojimiel se separó rápidamente de su abrazo con el más alto, e instintivamente se dirigió a dónde provenía la voz.

- Rachel...- Dijo casi en un susurro.

- Shhhh - lo calló la mujer mientras lo atraía a sus brazos.

- Tranquilo, Bam, ya estoy aquí.

- Está bien, Rachel...- Fue o único que respondió el menor.

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que las imágenes No son mías, ni la portada ni los separadores.

Aquella luz en la oscuridad. khunBamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora