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Pacífica

Las pesadillas llegaban sin avisar. Recordaba vagamente cuando habían comenzado.

Hace poco más de un año había ocurrido la primera, la recordaba con lujo de detalle, maldecía a su mente por ello.

Se encontraba en medio de la oscuridad, no había luz, no había nada, excepto ella. Intentaba hablar, pero no salía sonido alguno de su boca. Intento moverse solo para descubrir que sus piernas no le respondían y que sus pies estaban pegados al oscuro suelo.

De pronto, una masa negra comenzaba a envolverla y a succionarla, primero fueron sus piernas, luego su torso, sus brazos y, cuando apretó su cuello, por fin pudo gritar. Fue un grito de auxilio, de terror. La masa negra no la consumió completa, dejó solo su cara expuesta. Ella sollozaba y gritaba cuanto podía. No había nadie. No había nada. Se estaba convirtiendo en nada. En el vacío.

- Por favor... ayuda. – suplicaba con lágrimas en los ojos, ya no sentía su cuerpo, como si todo lo que le quedara fuese lo que estaba expuesto de su cara.

No hubo respuesta a su llamado de ayuda. Solo había negro en todas partes.

- Pero, Llama, ¿porqué estás llorando? – dijo una voz, una horripilante y conocida voz.

Habrán pasado años, pero ningún habitante de Gravity Falls podía borrar esa voz de su mente.

De pronto, un ojo enorme apareció frente a ella, brillaba tan intensamente que comenzaba a quemarle la poca piel que le quedaba expuesta.

-Oh, Llama, - dijo y el eco resonó – esto apenas empieza.

Un chasquido de dedos se escuchó y la masa negra terminó de consumirla.

Ya no existía.

Después de haberse levantado de esa primera pesadilla, Pacífica fue al bosque a ver la estatua de Bill, necesitaba ver que seguía ahí, asegurarse que no se había movido. Pero verla solo fue aumentando el nivel de terror que vivía en su mente durante las noches.



Esa noche como mucho escuchó el eco de la risa de Bill. No despertó tan alterada como de costumbre, tocó su cara y se frotó los ojos antes de mirar alrededor. Dipper seguía profundamente dormido en su sofá. Suspiró y fue a su baño para cepillarse el cabello y ponerse una sudadera limpia. Miró la hora en su teléfono y vio que eran apenas las 6 de la mañana. Probablemente estaría preocupados en la cabaña.

Lo miró desde la puerta de su baño, estaba hecho un ovillo y dormía plácidamente, su cabello estaba considerablemente despeinado, pero parecía estar cómodo pese a haber dormido en un sofá y no en una cama.

Pacífica soltó una risita al ver su posición y se preguntó si despertarlo, pero luego miró la puerta de su habitación y se dio cuenta de que si su padre o su madre entraban de pronto estaría en graves problemas. Así que, tomo un par de calcetas de su cajón y se las arrojó a la cara al muchacho. Le dio en la nariz, el punto perfecto para que notara la molestia y se despertara lentamente. Abrió los ojos, estiró los brazos y las piernas, luego se sentó en el sofá aún con la sábana en las piernas. Ella se había sentado a la orilla de su cama, mirando el aspecto mañanero de Dipper.

- Buenos días. – Dijo él con tono simnoliento.

- Buenos días. -Respondió ella con una sonrisa.

El muchacho exploró su entorno, segundos después pareció acordarse de que no había dormido en su cama en la vieja cabaña.

- No puede ser... - dijo llevándose las manos a la cara y dejándose caer en el sofá. – Mis tíos deben de estar preocupados...

- Pues... te iba a preguntar si querrías comer algo antes de ir a la cabaña.

Él se levantó de inmediato negando con la cabeza y poniéndose los zapatos.

- Si tu idea de desayuno son los muffins de Linda Susan, olvídate.

- ¡Ey! – dijo ofendida. - ¿qué tiene de malo un desayuno a escapadas?

- Que lo comes sola. – se puso de pie y caminó hacia Pacífica. – No me malentiendas, también disfruto de mi soledad muchas veces, pero – se giró para tomar su sudadera – creo que disfrutarías de tener compañía, una buena compañía. – le sonrió y miró hacia la ventana de su balcón.

- ¿No prefieres salir por la puerta?

- Le quitas la diversión.



Acabaron saliendo por el balcón. Pero Pacífica acabó llevándose la mejor parte, al ser su balcón tenía más experiencia bajando de él que Dipper, a quien se le atoró el pie mientras bajaban. Ninguno de los dos supo como fue que terminó bajando, pero agradecieron que no hicieron tanto ruido y que Dipper no se puso a gritar.

El camino a la cabaña fue tranquilo, bromearon, charlaron. Pacífica por fin tenía alguien con quien conversar tranquilamente y se sentía aliviada por eso.

Al llegar al lugar fue Dipper quien llamó a la puerta, ella no sabía como sentirse en aquella situación ¿emocionada', ¿nerviosa?, ¿con ganas de vomitar? No lo sabía. Escucharon pisadas y luego el crujir de la vieja puerta de la cabaña, quien les abrió fue Mabel, llevaba una camiseta rosa, shorts blancos, y calcetas con sandalias, su cabello estaba recogido en una desordenada coleta y todavía de frotaba los ojos, probablemente había despertado recién.

La castaña dio un bostezo, parpadeo un par de veces hasta reparar en que era su hermano quien llamaba a la puerta. Los ojos se le abrieron con sorpresa, para luego darle un golpesito en la cabeza a su gemelo.

- Ay, sí eres real... ¿dónde estabas? ¿fuiste a caminar?

Parecía que no se había dado cuenta de que Dipper no había dormido allí anoche.

- Eh, buenos días, Mabel. ¿Y los tíos?

- Están preparando hot cakes, ¿quién está detrás de...? – dejó de hablar al ver a Pacífica. La rubia solo hizo un gesto con la mano, pero solo eso bastó para que Mabel sonriera de oreja a oreja. - ¡Pacífica! Tanto tiempo, ¡pasa!

Mabel pasó su brazo por los hombros de la chica y le dio un mini abrazo para llevarla a través de la sala de estar hasta la cocina, donde sus tíos ponían la mesa.

- ¡Tenemos visita! – dijo Mabel alegremente. Ford y Stan se voltearon hacia ellas y se quedaron sorprendidos.

- No quisiera incomodar... Dipper me invitó, pero si ya tienen la mesa llena yo... -comenzó a decir nerviosa Pacífica. Ford sonrió y le tendió un plato con hot cakes.

- ¡Para nada! Siéntense los tres, estarán saliendo constantemente.

Pacífica tomó el plato y se sentó, Mabel a su izquierda y Dipper a su derecha. Conversaron y rieron mientras comía, ella se sentía soñada, nunca había tenido una comida tan... cálida.

Cuando terminaron, ella ayudó a recoger los platos para ponerlos en el fregadero, cuando Ford la detuvo.

- No te preocupes, yo lo hago. – le dijo con una sonrisa. Pensó en levantarse y subir con Mabel a su habitación a seguir charlando o jugar algún videojuego con Dipper en la sala, Stan había salido cuando terminaron. Pero algo invadió a Pacífica, un deseo de hablar.

Ford era conocido en el pueblo por haber sido el genio al que se le ocurrió como derrotar a Bill, ¿podría él ayudarla a saber que significaban sus pesadillas? ¿le estaría pasando a alguien más en Gravity Falls?

- ¿Señor Ford? – el hombre se dio vuelta. - ¿Puedo comentarle algo sobre... Bill Cipher?





nota: sé que en un principio dije que habría capítulo los jueves pero siempre lo acabo subiendo entre viernes o sábado, y fue mi error haberme comprometido con un día cuando apenas mantengo cuentas de en qué mes vivo. Habrá capítulo cada viernes/sábado. Gracias por sus lecturas y comprensión <3 

atte. ag

Aún En El Bosque [Gravity Falls Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora