𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐈𝐈

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Su rutina se repitió a la mañana siguiente, April la acompañó hasta la escuela y después se fue hacia su trabajo

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Su rutina se repitió a la mañana siguiente, April la acompañó hasta la escuela y después se fue hacia su trabajo. La misma rutina en la escuela se repitió, tuvo sus clases, estuvo en el recreo con sus dos nuevos amigos, todo fue normal y se alivió cuando dieron las dos en punto y sonó la campana, indicando que la jornada escolar había acabado.

Empezó a guardar sus pertenencias y cuando levantó la mirada se encontró con Ana y David, que tenían sus mochilas puestas sobre sus hombros.

—¡Marrie! David y yo íbamos a ir a jugar a un arcade de una plaza que está cerca de aquí, nos preguntábamos si querías acompañarnos. —Le comentó Ana con una clara emoción en la voz.

—¡Claro! Solo tengo que pedirle permiso a mi prima, ¿me permiten un segundo?

Los dos adolescentes asintieron y Marrie sacó su celular, empezando a buscar el contacto de su prima y al encontrarlo rápidamente la llamó.

—Hey April. —La saludó en cuanto la llamada fue contestada.

—Hola Marrie, justo también te iba a llamar, ¿sucedió algo?

—Sí bueno, me preguntaba si podía ir con unos amigos a una plaza cerca de la escuela...¿me dejarías ir? —preguntó casi en súplica.

—¿Estás segura? Casi no conoces la ciudad Marrie... —dijo April con un tono de preocupación.

—Estaré bien, juro que regresaré al departamento por el metro de siempre, así no me perderé...¿por favor? —volvió a suplicar, esta vez haciendo su voz un poco más aguda.

Escuchó como la mayor suspiraba y ella miró a sus amigos asustada, no sabía si le terminaría dando el permiso o la mandaría a comer pepino.

—Está bien, puedes ir. Pero te regresas por el metro de siempre, yo no regresaré hasta la noche, tengo que ir a un evento de Industrias Sacks.

—¡Bien! Me parece perfecto, nos vemos en la noche entonces.

—Esta bien, pero por favor cuídate, el Clan del Pie está ahí y no quisiera que algo te sucediera.

—Lo haré April, no te preocupes.

Sonrío y a su vez colgó. Miró a sus amigos con una gran sonrisa y estos se emocionaron, por lo que rápidamente salieron del aula y se dirigieron a la salida de la gran institución. Marrie estaba muy emocionada, esta sería la primera vez que saldría con personas de su edad y no con su prima.

. . .

Los tres adolescentes venían riendo fuertemente por las calles de Nueva York. Los dos más altos acompañaban a Marrie al metro por donde ella volvía a casa, ya que como April había dicho en la llamada, ella no conocía muy bien la ciudad, así que querían asegurarse de que regresara a salvo y sin problemas. Al llegar a la entrada del metro, pararon y se miraron con grandes sonrisas.

𝐍𝐄𝐖 𝐘𝐎𝐑𝐊 | 𝐥𝐞𝐨𝐧𝐚𝐫𝐝𝐨 𝐡𝐚𝐦𝐚𝐭𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora