Swan Lake [VKOOK]

Prólogo

Cuenta la leyenda que un día Dios dividió su corazón en dos. Por un lado, se encontraba la pureza, inocencia y valentía; por el otro, la tenacidad, sinceridad y humildad. De ambas partes sacó un pequeño pedazo. Fue ahí donde creó a él y a él.

Dios estaba dispuesto a entregarle otro tipo bendición al mundo. Estaba seguro que sería muy bien recibido.

Sin embargo, Dios no predijo lo que el Diablo estaba planeando.

"Mis dos hijos, vayan y expongan su amor ante el mundo, será muy bien visto", dijo la divinidad.

Las dos criaturas bajaron al mundo. Los años pasaron y cumplieron su destino, estaban juntos. La bendición de Dios salió a luz, uno de ellos estaba encinta.

La deidad había otorgado más vida. Más amor.

Fue pronto el actuar del maligno, deslizándose como serpiente bajo los pies de los oyentes. Escogió su víctima: un hombre debilucho, de poca fe, pero de gran incertidumbre.

Comenzó seguro, luego con pequeñas dudas y después cayó en el abismo. Ya era suyo.

Prosiguió con revolver sus creencias; explicaba de manera atractiva, explicaba de manera 'lógica'.

"Es un pecado", repitió el hombre.

"Así es, mi fiel seguidor. No permitas que el ser malévolo extienda su pecado a mis amados hijos. Te lo dejo en tus manos". Finalizó el demonio satisfecho. Había cumplido su misión, engañar a un engendro haciéndose pasar por su rival, ya estaba hecho.

Como plaga se tratase, el concepto de Satán se expandió a todo rincón.

"Dos personas del mismo sexo no pueden estar juntos, va contra la moralidad de Dios. Todo el que realice este pecado, será desterrado y despreciado. No tienen derechos como seres humanos", declaró el sacerdote.

Bajo él se encontraban las dos creaciones de Dios. Ambos maltratados y heridos. Uno sosteniendo el bulto de su abdomen y el otro protegiéndolo con desespero.

No sería de esperar la gran tristeza que sostenía la Deidad. Sus dos criaturas estaban siendo aniquilados a piedrazos, con gritos y miles de insultos; ambos murieron junto a la bendición que otorgó Dios.

Fue así.

—Durante décadas el tema de la homosexualidad fue vista como algo despreciable, inmoral; cuando en realidad era algo que Dios nos permitió adaptar. Él nos dio un regalo. —Dijo la mujer mayor. No pasaba de los setenta años, poseía un atuendo hecho con trapos y alguno que otro material humilde. Estaba preparando la cena mientras le relataba a su hija gestante.

—Pero aquí no acaba. —Siguió la señora—. Dios nunca se rindió, está dispuesto a continuar hasta lograr un mundo lleno de amor, lleno de aceptación. Por eso el destino nos persigue. Tú hija mía, concebirás al originario de toda está historia, el que otorgará la bendición al mundo. Nuestro señor te ha elegido —finalizó con entusiasmo.

La joven muchacha la observaba con pavor: una sonrisa forzada y los ojos muy abiertos. —Claro, madre... —Contestó la fémina.

La comida ya estaba servida, ambas mujeres comieron de manera silenciosa.

La noche se tornó fría, los vientos resoplaban advirtiendo que una gran tormenta se acercaba.

—Gracias por la cena, madre. Mi marido ya debe estar esperándome. —Procedió a levantarse y darle un beso como despida.

—Hasta luego, hija... Cuídate, te amo. —Sonrió con pena la pobre señora. Sabía lo que iba a suceder.

Los segundos, minutos, horas pasaron y el reloj había marcado la media noche. La tormenta ya estaba en su resplandor y los guardias ya habían llegado.

—Señora, usted queda...

—No es necesario. —Interrumpió—. Iré con ustedes. El diablo me ha sentenciado.

Los señores de uniformados trajes la tomaron con fuerza y se la llevaron sin misericordia alguna.

Todo ser que hable en contra de la moralidad de Dios e incluso manche su nombre, será arrestado u cuestionado, dependiendo del delito que ha pecado. Esa es la Ley.

Su hija la ha acusado.

Ella ya lo presentía, su mirada la delató por completo.

Aún así, el tiempo avanza, nadie puede detenerlo. Ya está predestinado a efectuarse.

El primogénito había nacido.

¡Holaa! Bienvenidos a Swan Lake. Muchas gracias por estar aquí y darle una oportunidad a esta historia. ^^
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