mi angel de alas negras

capitulo 1

El aire me faltaba en los pulmones mientras que recorría con la vista la oscuridad que me rodeaba. Mi corazón latía a un ritmo furioso contra mis costillas resonándome en los oídos, estaba lloviendo lo sabía, porque en mi cara no paraba de caer gotas y los relámpagos rugían muy fuertes en el cielo me causaba pánico ya que con ellos se acompaña una risa un poco escalofriante, quería gritar pero no podía, algo trancaba mi garganta ya que no podía emitir ni un sonido lo único que podía era llorar y que él me salvara

Aquí estoy, iré por ti—fue lo último que escuche antes de caer por ese precipicio junto con aquella risa que lograba erizar los pelos de mi cuerpo

Me incorpore en la cama de un salto respirando con un poco de dificulta, el sofoco que sentía era tan agobiante que el sudor bañaba mi frente y la nuca. Di un suspiro de puro alivio mientras la somnolencia se disipaba logrando así reconocer cada mueble y objeto entre la negrura de mi habitación, dejando caer el rostro en mis manos me convencía a mí misma de que solo había sido un sueño, no obstante, ya llevaba casi una semana desde que llegue a este pueblo tratando de convencerme de lo mismo, de que nada de esto era real, que no eran más que unas simples pesadillas, pero las vivas imágenes de esos sueños me instaba a creer lo contrario

Siempre se repetía lo mismo una y otra vez me encontraba en una especie de acantilado sin salida alguna y lo único que escuchaba era su voz,  una voz dulce y cálida y luego estaba aquella  risa amenazante antes de ser empujada por este, como no pude conciliar el sueño me puse a mira películas y a esperar a que este se dignara a llegar.

La alarma de mi teléfono sonó logrando traerme de vuelta a la realidad, si señores esa donde tu madre empieza golpear tu puerta en 3, 2, 1

_Alexa Garcia!!!!! Abre la puerta en estos instantes-gritaba mi mama desde el otro lado.

Como aún estaba medio dormida podía escuchar el sonido de su chillona voz, sin articular ni una palabra me levante con la gran flojera del mundo, ya que no pude dormir bien

_- ya voy Ariele—dije antes de abrir la puerta.

Sin pensarlo dos veces ella entro malhumorada al cuarto reprendiéndome que porque aún no estaba lista para ir a la secundaria.

_-Pues me quede dormida madre, anoche no pude dormir muy bien así que me desvele viendo película - dije sin mirarla ya que si lo hacía mínimo me pondría una de esas caras que te dicen lo tan decepcionadas que estaban de ti –así que sin más rodeos entre al baño para asearme y darme una buena ducha mientras mi mama buscaba entre mis maquillajes algo de su gusto para poder aplicarse.

cuando me termine de duchar me mire al espejo notando las ojeras que se empezaban asomar por los pómulos de mis ojos, si me ponía a detallar todo de mí, podría decirte que,  el color de mis ojos son grises y aunque a veces no parezca son únicos ya que tiran a un color medio azulado soy de una estatura en mínimo 1,60, y mi cabello color negro caía en cascada hasta llegar al extremo de mi cintura dando así una leve combinación con mi piel blanca, al salir a mi cuarto mi madre ya había salido así que fui directo a mi armario por un ropa súper cómoda, después de 5 minutos por decidir, opte por llevar una falda negra con una camisa blanca manga larga y mis botines negros para hacer combinación con mi ropa una vez lista baje a la cocina encontrando me con mi mama en el umbral de la puerta de la cocina.

 A pesar de que mi mama tuviera 40 años se veía como una muchacha de 25 años era demasiado bella su cabello negro amarrado en una cola que le llegaba al extremo de su cintura era casi inigualable, sus ojos color azul claro y su piel blanca la hacían relucir realmente hermosa, que cualquier hombre que la viera no dudaría en enamorarse de ella no solo por su físico si no por su hermosa personalidad a pesar de que mama era muy estricta, era una mujer de buenos ejemplos y muy buena educación, sabia ser justa con las personas que lo merecían, cuando papa murió ella no quiso relacionarse con más nadie, creo que era por miedo de enamorarse y  perder a otra persona importante en su vida o por miedo a que no me supieran tratar como debía ya que ella dice que por encima de cualquier hombre primero estaba yo.