capitulo 3

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                                                                                PÓV Arael

Me encuentro sentado en el espacio más escondido de mi habitación, si no me equivoco deben de ser entre las 2 o 3 de la madrugada desgraciadamente no pude dormir y todo porque mi querida cabeza no deja de traer a mi aquellos recuerdos de mi infancia aunque ni yo mismo lo crea, soy un ser muy diferente a los demás, no soy humano eso lo aseguro, a veces podría jurar que soy algo mejor, pero sé que para otros no será así sé que si descubrieran lo que soy muchos me mirarían con el mayor desprecio o me utilizarían como ratón de laboratorio porque así son los humanos, lo desconocido para ellos buscan investigarlo o incluso eliminarlo ya que puede presentar una posible amenaza para ellos.

Me mude a puebla de Sanabria con mi madre cuando cumplí los catorce años, ya se, se preguntaran porque entre a la secundaria sin siquiera cursar la escuela, pues eso es fácil mi madre contrato a una tutora para que me dieran las clases necesaria para aprender lo típico de cada escuela, ya que temía que me pudieran ver en mi forma inhumana y la entendía hasta yo tenía miedo. Ese sentimiento de terror era el mismo que viví cuando tenía tan solo 9 años la mirada de desprecio seria la misma que coloco mi padre cuando se enteró que yo no era igual a cualquier ser humano que se cruzara en nuestro camino, recuerdo que esa noche cuando se dio cuenta que era diferente a todos me decía que solo era un error que llego a este mundo yo solo lloraba mientras veía como mi madre lo enfrentaba recibiendo gritos y golpes por mí, cuando las cosas cesaban ella salía en mi encuentro y me llevaba a la habitación mientras me arrullaba y secaba mis lágrimas, eso de alguna manera estrujaba mi corazón de tan solo pensar el daño que ese hombre le hacía a mi madre, cuando cumplí los 11 los dos tomamos nuestras cosas y huimos de aquella casa donde pase la peor infancia de mi vida, no sé lo que soy, pero sé que tarde o temprano lo voy a descubrir eso espero

_-Arael westh en este mismo instante, acomodas tu cuarto parece como que si un tornado paso por aquí—gritaba mi querida madre desde el umbral de la puerta

_- si mamá justamente hoy pasó el puto tornado para arruinarme la vida—supe que ella no entendió a lo que me refería ya que no podía ver mi aspecto por la oscuridad que abarcaba todo el cuarto así que sin más encendió la luz dejando ver lo que crecía en mi espalda adolorido y abatido lo único que podía era agachar mi cabeza ya que no quería ver su mirada de lastima

_-Arael, hijo mío, mírame, no te dejes llevar por el dolor y guarda las, solo imagina como desaparecen de tu espalda —decía ella abrazándome y repitiendo cada palabra acompañado de un sollozo, mi vista se nublaba por la rabia ya que no entendía porque me sucedía esto a mí, solo sé que no permití que mis lágrimas descendieran por mi cara tenía que ser fuerte no solo por mí, sino por ella

_-mamá no sé porque está sucediendo me esto, pero lo voy averiguar, averiguare quien soy—todo a su tiempo hijo mío, las respuestas saldrán a la luz solo dale tiempo fue lo que me supo decir ella antes de pararse y marcharse

_- quiero tu cuarto limpio y te quiero listo para la secundaria hoy es tu primer día y no puedes faltar—dijo ella ya malhumorada y amenazante, solo reí por lo bajo y me puse en marcha ya que el cuarto no se iba a arreglar solo

la suerte de tener a Michelle como mi madre es que ella nunca me abandono además me acepto por lo que era, ella era una mujer perfecta en todos los sentidos buena madre, amiga y consejera , ella es muy atractiva su delicada piel se basaba en un bronceo delicado, sus ojos azul profundo hacia que cualquiera se perdiera en ellos y si yo también los tenia de ese color a pesar de ser más alto que ella no me dejaba engañar, ya que el ser más pequeña significaba amenaza y eso a veces no era bueno ya que en si ella daba miedo, a veces me preguntaba porque no se daba la oportunidad de conocer a alguien más y dejar el pasado atrás pero en fin no era un tema que quisiera discutir con ella

mi angel de alas negrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora