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"No sé tu nombre, sólo sé la mirada con que me lo dices."
Mario Benedetti.
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_____Tus ojosfueron mi condena._____
Pov.______-.
El viento chocaba con mí cara, si mi pelo era un asco y ni hablar de la ropa estaba demaciado sucia ¿Porqué exactamente vestía de blanco? Claro, a mí Dios le gustaba el blanco, pues para el ese color tenía significado de pureza y paz, por fin llegue a los escalones de nubes, metí mis alas y con flojera comencé a subir, mí creador no le gustaba que en el paraíso volarán a menos que fuera necesario, pise la última nube, mí vista captó un gran portón dorado custodiado por dos arcángeles, hice una gran reverencia mientras las puertas me eran abiertas.
-Gracias superiores-. Volví a inclinar la mitad superior de mí anatomía, en forma de respeto, caminé hasta el que era mí hogar, tres chicos ya me esperaban con miradas firmes y llenas de dureza.
-¿Qué son estas horas de llegar?-. Arqueó una ceja mientras me fulminaba con la mirada, solo agaché la cabeza, no era bueno hacer enojar a Hoseok -¿Y bien? Te pudiste encontrar con un leviatán.
-Si Hobi, eso fue lo que paso-. Respondí rascando mí nuca nerviosa, me analizó buscando heridas, encontrando las marcas en mí cuello.
-Mmm, ¿Lo mataste?-. Soltó con miedo, negué inquieta, Jimin suspiro volviendo su respiración tranquila -Eso es bueno.
