Yo y Leeyung siempre hemos sido amigos, desde la infancia prácticamente, ninguno de los dos tenía amigos así que ambos nos hicimos buenos amigos.
Las vacaciones de verano llegaron y muchos niños eran felices de ser libres del sistema educativo, podían ser por tres meses libres de hacer lo que quisieran hacer, sin embargo a mí me daba igual, nunca hacia nada interesante en vacaciones, Leeyung solía irse a la casa se verano con su familia así que no lo vería en tres meses y como no luego está el intento patético de mis padres para hacer cosas ridículas e innecesarias en vacaciones como ir a la playa, a pescar, dar estúpidos paseos por la montaña... Todos los años era igual, la misma rutina, los mismos sitios.
Eso fue lo que pensaba de camino a mi casa pero cuando quise darme cuenta delate de mi casa estaba aparcado el coche de los Han, una sonrisa se formó en mi rostro ya que seguramente Leeyung se encontraba en mi casa. Leeyung no solía asistir con regularidad a clases conmigo ya que a veces se tenía que encargar de la empresa de su padre en el sector de inteligencia, Leeyung era muy listo y se le da bien la tecnología.
Rápidamente entre en casa y allí los vi, todos reunidos en la sala pero mis ojos se posaron en Leeyung y lo abrace el más rápido que me dejaban llegar mis pies hacia él.
— ¡Leeyung!—. Le mostré mi mejor sonrisa. — ¡Ya era hora de que me dejaras verte el pelo!—. Le doy un suave golpe en el hombro.
—Jaja yo también me alegro de verte enana— Me dijo en tono burlón.
— ¿Y qué hacen por aquí señores Han?— Dije dirigiéndome a sus padres.
—Leeyung siempre se queja de que nunca puede verte ni en verano ni en ningún otro momento, así que pensamos que tal vez te gustara venir con nosotros de vacaciones a la casa de verano—. Mis ojos se iluminaron al instante y con una rápida mirada mire a mis padres esperando aprobación para poder acompañarles.
— ¿Por qué nos miras así? Si ya hemos aceptado—. Di un brinco de alegría al enterarme.
—Sois los mejores—. Le di un beso a cada uno en las mejillas
—Anda ve y haz las maletas rápidamente ¿entendido?—. Asentí repetidas veces antes de subir a mi habitación como una estela de luz.
Hice mi maleta a la velocidad de la luz y de un momento a otro ya tenía tres maletas de ropa y una para abrigo, nunca se sabe cuándo el frio atacara, baje por las escaleras con todas las maletas y fue un milagro no haberme caído rodando por ellas...
—Ya estoy lista— Leeyung me ayudo con el equipaje.
Cargamos mis cosas el coche de los Han y me despedí de mis padres, poco después pusimos rumbo hasta nuestro destrono, una casa en la montaña cerca de un acogedor pueblo. Leeyung me conto que en el pueblo hay rumores de seres misteriosos, yo no me lo creía mucho la verdad pero una de las historias me llamo la atención, iba de un lobo negro enorme, que merodeaba la zona.
—Esa historia me recuerda a la película Crepúsculo—. Le dije riéndome. —Solo te falta meter a los vampiros por en medio jajaja—.
—Tu ríete pero ya veras, nosotros probaremos su existencia—. Lo dijo muy seguro de si mismo.
—Si si, lo que tu digas jaja—. Seguí riéndome un poco hasta que llegamos al pueblo, resulta que se parecía al de la película, Fo un lugar que al parecer siempre esta nublado, hasta en verano. —Me va a gustar esto, esta nublado—.
Leeyung sonreía ya que sabe que me encantan los días nublados y lluviosos, a muchos no les gusta pero a mi me encanta. Llegamos a la grande casa que tenían y vaya, era enorme. Me sentía alguien rica aunque no lo fuera realmente. Bajamos del coche, que tras 6 horas de camino hacia falta estirar las piernas.
—Mmm... Que agradable olor a arboles, me encanta este lugar—. Fui a descargar mis maletas del coche para entrarlas dentro de la casa, Leeyung me muestra un poco la casa y luego la habitación donde dormiría. —Te he dicho ya que adoro tu casa?—. Leeyung se ríe por mi admiración a la casa.
—Bien, te dejó ordenar tus cosas mientras yo ordeno las mías y luego visitaremos un poco el pueblo si?— Asiento con la cabeza.
Empecé sacando toda mi ropa para ponerla en el gran armario que había en mi habitación, luego le puse las sábanas a la cama y limpie un poco la habitación, ya que había un poco de polvo, por no decir mucho. Estaba cansada, de todo, del viaje largo en coche y de ordenar la habitación que me habían dejado.
Me acuesto un rato en la cama para descansar pero termine por dormirme, empece a soñar, pero no era un sueño normal, más bien parecía real, como si estuviera pasando en ese mismo instante. Me encuentro en el bosque, corriendo o más bien, huyendo de algo que me esta siguiendo a mucha velocidad. Corro y corro, pero por mucho que corra no consigo despegarme de la cosa que me sigue y termina por atraparme.
De repente un aullido me despierta rápidamente de mi sueño o más bien mi horrible pesadilla, estaba sudando y me dolía el brazo. Mire hacia la fuente del dolor y unas marcas se encontraban en mi brazo, obviamente me asuste al verlss.
—¿Pero que?—. Estaba confusa, voltee para tomar mi teléfono y sacarle una foto pero cuando volteo la marca de garras ya no estaba. —Esto es muy raro... —. Me dije a mi misma.
Después deseo extraño incidente decidí bajar a la planta de abajo y allí me e contre con Leeyung.
—Buenas tardes bella durmiente, o mejor dicho buenas noches—. Como no, el siempre burlándose de mi.
—Jaja muy gracioso, mira como me río jaja—. Le digo en un tono sarcástico—. Estaba cansada, por eso me quedé dormida ¿vale?—. Le digo sacándole la lengua.
—Bueno, aún tenemos unas horas de luz para ver el pueblo, ¿vamos?—. Dice extendiendo su mano hacia la mía, la cual tomó. —Bien, ahora ruta hacia el pueblo pasando por un pequeño camino en el bosque—.
Me estremeci un poco al saber que íbamos a ir por el bosque para poder llegar hasta el pueblo, debo admitir que tenía un poco de miedo al principio, pero cuando llegamos al camino no daba tanto miedo, prácticamente era un camino de cemento que cruzaba el bosque. Al cabo de un rato Leeyung y yo llegamos a nuestro destino.
—Ven, será una pequeña vista rápida antes de que anochezca—.
Caminamos por el pueblo, mirando todo tipo de tiendas y parques, preguntado sobre las costumbres de allí y como no, de las leyendas, Leeyung le preguntaba a casi todo el mundo, y la verdad es que todos tenían algo que contar, era curioso la verdad. Se veía muy lindo con esa sonrisa de bobo que pone cuando se emociona, o en este caso cuando le cuentan las historias y leyendas del pueblo.
—Leeyung, se hace esta haciendo de noche, deberíamos volver—. Lo saco de su convención y me mira.
—Oh, cierto debemos volver—. Se despide del hombre y ponemos rumor a casa, no sin antes comprar algo de comida para poder cenar en casa.
Cargados con compras emprendimos el camino de regreso a casa, no se porque pero el trayecto se me hacia más largo que cuando lo bajamos anteriormente, bueno ta vez eran cosas mías ya que iba cargada con bolsas al igual que Leeyung.
Me detengo un momento para retomar el aire y descansar un poco, los pies me estaban matando de dolor, pero de repente oi unos pasos entre los árboles, iban muy rápidos.
—¿Hay alguien ahí?—. Que tonta de mi por presentar eso, los pasos se acercaban cada vez más así que empece a correr escaleras arriba.
Los pasos cada vez se escuchaban más cerca y los gruñidos de un animal también, empece a tener miedo, era como en mi sueño, más o menos.
Mientras corría pude ver una gran silueta a cuatro patas de color negro y unos ojos rojos como la sangre misma, temía lo peor pero no me detuve, seguí y seguí corriendo hasta que visualice a Leeyung a pocos metros de mi, pero no podía gritarle nada ya que apenas podía soltar palabra alguna.
Pero torpe de mi, tropiece con uno de los escalones.
—Auch...—. Que bien una cosa negra gigante me persigue y yo voy y me caigo, pero me recompuse lo más rápido que puede para volver a correr pero... Cuando me di cuenta delante de mi había un enorme lobo negro con ojos rojos, este me miraba mientras se acercaba hacia a mi. Yo temía lo peor no tenía escapatoria ni fuerzas suficientes para empujar al animal y salir corriendo de allí.
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Lost
RandomDos amigos de la infancia los cuales deciden irse de vacaciones a una casa moderna en las montañas, el pueblo se cuentan todo tipo de leyendas, pero una destaca sobre otras. "Un lobo negro que deambula por las montañas en plena noche, se dice que es...