Capítulo 15

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-¿Pasamos a la mesa?- Preguntó entonces Cora evitando contestar.

-Claro- Soltó Zelena para evitar la tensión que se había instaurado entre todos.

Los cinco pasaron a la mesa, Henry presidía la mesa a su derecha estaba Cora y a su izquierda Zelena, al lado de esta estaban Emma y Regina. La tensión era más que evidente, sobre todo por parte de Cora que a pesar de adorar a sus hijas tenía ciertas reticencias con lo que respecta a las parejas de estas.

-¿Cómo van las empresas, Regina?- Preguntó Henry intentando alejar un poco la presión.

-Muy bien, papa, te paso las cuentas todos los meses.- Contestó ella en tono de broma.

-Es cierto.- Dijo él con una gran sonrisa en su cara.- Dejemos la tensión para otro momento, por favor, no queremos asustar a Emma tan pronto.- Bromeó él mirando a la rubia que sonrió sin poder evitarlo.

-Tranquilo, señor Mills, no soy fácil de asustar.- Contestó ella.

-Henry por favor, señor Mills me hace parecer más viejo de lo que soy.- Bromeó de nuevo.

-Está bien, Henry.- Dijo ella mirando a Regina.

Nadie dijo nada más pues por suerte aparecieron varios empleados dejando los platos delante de cada uno de ellos. Emma se quedó boquiabierta, el plato era espectacular, se trataba de una lubina a la naranja que parecía apetitosa. Regina estaba acostumbrada a ese plato pues era el preferido de su madre y no pudo evitar sonreír al ver que lo preparaba para una ocasión tan importante. Sabía que Cora no sería fácil de camelar pero ese pequeño gesto hizo que se sintiese más ligera, no sabía cómo acabaría la comida pero tenía todas las esperanzas puestas.

-Tiene una pinta exquisita.- Dijo Emma mirando a Cora que tan sólo asintió ligeramente.

-¿Pescado? ¿En serio?- Preguntó Zelena mirando su plato con un poco de asco.

-Eres insufrible.- Dijo entonces Cora.- Traedle otra cosa.- Les dijo a sus empleados que retiraron en ese momento el plato.

-¿No te gusta?- Preguntó Emma que estaba a su lado.

-No.- Contestó sin más pero mostrando una sonrisa inocente.

-Cuando era pequeña engañaba a Regina para que se comiese su parte.- Contó entonces Henry haciendo que Emma soltase una carcajada.

-No me engañaba.- Contestó Regina haciéndose la ofendida.

-Claro que lo hacía.- Aseguró entonces la pelirroja.- Era muy inocente a pesar de ser la mayor de las dos.

-El problema es que tú has sido demasiado espabilada siempre.- Habló Cora mirando a su hija dedicándole esa gran indirecta.

-Sois tan distintas.- Dijo Emma mirando a Zelena y después a Regina.

-Eso es cierto.- Dijo Henry.- A veces parecía que no eran hermanas pero luego te dabas cuenta de que se compenetraban perfectamente. Regina aportaba el lado racional y la sensatez mientras que Zelena era... bueno es la alocada y pasional.

-Supongo que me hubiese gustado tener algún hermano.- Habló más por instinto que otra cosa.

-¿Eres hija única?- Preguntó entonces Cora.

-Soy huérfana, realmente no sé si tengo hermanos pues ni siquiera conozco a mis padres.- Contestó Emma con toda sinceridad.

-No debe haber tenido una vida fácil.- Dijo entonces Henry mirando a la rubia.

-Todo lo que he vivido me ha hecho llegar hasta aquí así que ha merecido la pena.- Dijo cogiendo la mano de Regina sobre la mesa.

-¿No tiene familia?- Preguntó de nuevo Cora que parecía bastante contrariada por las palabras de la rubia.

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