Milky Bar VI.

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"¿Has tenido padres maravillosos?"

Dedicado a mis Patroners.

Disfruten.

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Chubbo despertó de su siesta completamente repuesto; había estado jugando con sus papis durante una gran parte del medio día y ahora que podía sostener su cuerpo sentado y jugar con sus coloridos y suaves juguetes, su mundo se había expandido. Su papá le había enseñado una habitación enorme con muchos de ellos, todos completamente diferentes, ninguno se repetía y eso le encantaba, era de sus cosas favoritas en el mundo, sólo después del aroma reconfortante de sus padres.

La dulzura siempre invadió sus fosas nasales al despertar, no importaba la hora del día, su hogar siempre olía exquisitamente y hacía que su pancita se llenará de una sensación extraña y agradable. Parecida a la que sentía cuando cualquiera de sus dos papis lo sostenía entre sus brazos, claro que había otros olores agradables, como el de sus abuelos y tíos, pero nada se comparaba con el aroma de sus dos personas favoritas en el mundo.

Por eso se había esforzado por ser un buen niño; conocía ya las variantes en los aromas de sus padres, podía notar el cansancio, el estrés y algunos otros sentimientos que sus papis no expresaban, pero que matizaban sus aromas naturales. Sabía por ejemplo que sus padres olían menos agradable cuando él lloraba, por lo cual había dejado de hacerlo cuando no era expresamente necesario, esperaba pacientemente a que lo atendieran, cosa que no tardaban en hacer, los dos estaban bastante atentos con él y sus necesidades.

Ahora mismo estaba muy entretenido viendo el techo de su pequeña cuna; adornada con figuras color pastel de animalitos que su padre había nombrado, pero que él no recordaba, de hecho en su cabeza había pocos nombres, papi y papá eran dos palabras que recordaba perfectamente, aun no podía vocalizarlas, pero era capaz de diferenciarlos sin problemas. Papi olía más dulce, más suave y cremoso, mientras papá olía un poco más fuerte, más especiado, como esa esencia que se filtraba por las ventanas cuando el cielo sonaba sobre sus cabezas y esa cosa sin color caía sobre los muros transparentes, como el material que conformaba las barreras de su nido.

Eran esencias reconfortantes que lo hacían sentirse seguro incluso cuando la luz se iba y él no podía ver nada, solo escuchar la respiración acompasada de sus padres y oler su aroma reconfortante, si, Chubbo no sabía muchas cosas, pero lo que conocía le era suficiente, sabía que era querido y eso le bastaba a su pequeño mundo. Justo ahora escuchaba la voz tranquila de sus padres, una cosa que también era capaz de diferenciar, su papi tenía un tono de voz dulce y suave, su papá tenía un tono algo más profundo y aterciopelado, ambas voces lo tranquilizaban, aunque no comprendiera que decían en ocasiones.

De hecho, era lo suficientemente consciente, como para saber que no debía interrumpirlos, pues no tenía hambre, sed, calor o frío, tampoco estaba sucio, no sentía ninguna incomodidad, por lo que se quedó ahí, mirando las figuras sobre su cabeza y moviendo sus piernitas y manitas con avidez, tratando de captar más de esas preciosas voces. - ¿Estás seguro de esto mi amor? Puedo cancelar... ir otro día. - Dijo la voz suave de su papi, su tono era el mismo que usaba cuando algo le hacía sentir mal y lloraba, por lo que entendió que estaba preocupado.

-Joaco, amor, ya te dije que sí, puedes irte tranquilo, Chubbo y yo nos quedaremos aquí viendo la tele, tendremos un maratón de anime, pediremos comida y tal vez componga algo nuevo en mi estudio mientras él juega en su corralito, no hay nada por lo que debas preocuparte. - La voz de su papá resonó esta vez, con el mismo tono que usaba cuando le enseñaba palabras, colores o veía que hacía algo incorrecto, era un tono dulce, lleno de amor y paciencia.

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⏰ Última actualización: Jul 31, 2021 ⏰

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