𝗢𝗡𝗘 𝗦𝗛𝗢𝗧𝗦 - 𝗞𝗮𝘆𝗻𝗲𝗮

❝𝗗𝗘𝗔𝗟𝗘𝗥❞

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𝗢𝗠𝗡𝗜𝗦𝗖𝗜𝗘𝗡𝗧𝗘:

—Eu Gasty.— susurró Joaquin a su compañero de banco.

—Decime.— habló aún con la mirada puesta en el pizarrón, terminando de copiar lo que ahí estaba escrito.

—Vos no tenes más de esas que me diste en la joda?—

—Qué cosas?— se giró confundido a ver a su amigo —Ah las pasti!—

—Shhh! sí, pero callate pelotudo.— le pegó un manotazo en la nuca, Joa no quería que todos se enteraran de lo que hablaban ya que era muy probable que el chisme llegue a su madre y eso significaría comerse el castigo de su vida.

—Agh! no era necesaria la violencia.— se quejó Gastón.

—Creeme si que lo era. Pero dale tenes o no?—

—No amigo en esa joda se me fueron todas.—

El rubio bufó cruzándose de brazos y volviendo su mirada hacia adelante. Últimamente la venía pasando muy mal, su mente no lo dejaba dormir más de una hora diaria, su cuerpo ya no tenía fuerza para nada, parecía muerto en vida, y estas pocas pastillas que amablemente le había regalado su mejor amigo eran lo único que lo mantenía activo.

—Bueno y sabés al menos dónde conseguir?—

—Sí, las vende un pibe del otro curso, cómo era que se llamaba.— pausó tratando de hacer memoria —Dah! no tengo idea, pero es este de trenzas, medio morocho, el que siempre se llevan a dirección.—

—Mmm Ivo?—

—Ese mismo! si querés más deberías ir a pedirle.—

Joaquin se quedo pensando, con aquel chico no se llevaban mal, les tocaba compartir una clase por lo cual ya habían interactuado antes. Aunque ahora la situación era diferente, el rubio jamás había comprado drogas por si mismo, le generaba cierto miedo el tener que enfrentar esa situación, pero lo necesitaba, o eso creía él, drogarse era mucho más fácil que tratar de solucionar sus problemas, más siendo adolescente. Prefería refugiarse en una colorida pastilla que le entregara energía a seguir pareciendo un zombie.

El sonido de la campana que anunciaba el termino de la clase lo saco de sus pensamientos, ya estaba decidido que iría a buscar a Ivo. De su mochila sacó un par de billetes que creyó eran suficientes y salió del salón no sin antes avisarle a Gasty lo que haría.

Dio una ojeada rápida al patio desde las ventanas del segundo piso, no lo vio en ningún lugar por lo que supuso que seguía en su salón. Bajó las escaleras y ahí mismo lo encontró hablando tranquilamente con otro pibe.

—Ejem, Ivo podemos hablar?— dijo tocando su hombro para captar su atención.

—Dale.— respondió simple.

Se movieron un poco hacia un rincón, Joaquin tragó fuerte tratando de bajar el nudo que se había formado en su garganta mientras Ivo lo analizaba de arriba a abajo, a este último le parecía extraño que el otro quiera hablar con él.

—Bueno por lo que me dijo Gasty, vos vendes pasti...— comenzó a hablar, pero fue callado por un piquito del contrario.

Joa quedo mudo como estatua, no entendía para nada el actuar del trenzudo.

—Usted si que no pierde el tiempo Serue, son novios?— una tercera voz entro al plano desconcertando aún más al ojiverde.

—Pronto lo será, vení lindo.—

El morocho se llevo de la mano a Joaquin, salieron por el patio hasta llegar a un lugar completamente apartado de la visión de todos.

—Que mierda fue eso.—

—Uf si perdón, pasa que esa preceptora me tiene colgando de un hilo, literal esta viendo hasta el más mínimo detalle de mi vida desde que alguien le fue con que soy dealer.— rodó los ojos —Es mejor que crea que tenemos algo antes de que se de cuenta que me querés comprar, aparte vos sos gil como se te ocurre llegar así a preguntar en medio del pasillo.—

—Bueno, supongo que tenes razón, perdón por eso.—

—No importa ya fue, cuantas querés?—

—Todas las que me alcancen con esto.— sacó de su bolsillo trasero el dinero mostrándoselo a Serue.

—Okey, mirá no te tenia así a vos eh, aunque esto explica porque en clase movias los ojos como loco.— rió pasandole una tableta entera y recibiendo el dinero.

—Bue, pensé que nadie se daba cuenta de mi presencia.— se rascó la nuca un poco nervioso.

—Yo siempre me doy cuenta de tu presencia, pero vos andás re desconectado del mundo.—

A Joaquin se le revolvía el estomago de solo pensar que Ivo le prestaba atención, además sentir su mirada coqueta encima lo empeoraba.

—Allá anda esa hija de puta otra vez.—

Ivo sin siquiera darle tiempo al rubio de mirar hacia donde observaba atentamente la preceptora a la pareja, lo tomó por la cintura y se acercó a su oreja.

—Recordá no llegar tan drogado a clase y que nadie te vea las pasti, no queremos problemas, y cualquier cosa vos no sabes nada, okey?—

El más alto solo asintió, su sistema nervioso entró en crisis desde que escucho la ronca voz del morocho en su oído.

—Me voy, nos vemos espero que pronto lindo.— beso su comisura y se alejó sonriente.

—Que onda prece!— lo último que vio de Ivo antes de que se esfumara junto a la señora de mayor edad.

Joaquin no sabia que fue todo lo que pasó, pero sonaba al inicio de algo bueno.

fin
 

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q onda acá andamosss