Chapter Único

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Disclaimer: Los personajes de Harry Potter no son míos, son propiedad de J.K. Rowling. La historia tampoco me pertenece, es de mrsProbie y fue beteada por Julietta Regneey.

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Hermione miró el reloj por cuarta vez. La anticipación por su cita de las dos la volvía loca. Durante semanas, Pansy Parkinson había estado viniendo regularmente y sus discusiones siempre eran muy productivas.

Ella estaba apretando sus muslos con anticipación cuando llamaron a la puerta.

«Estás retrasada en dos minutos; Parkinson eres una perra».

—Adelante —ordenó.

Parkinson prácticamente se deslizó dentro de la habitación, cerrando la puerta detrás de ella antes de sentarse con gracia en la silla frente al escritorio de Hermione.

—Entonces, Granger, ¿ya superaste a tu ex novio? —su voz era fría, pero sus ojos color café oscuro ardían. Sus cejas se arquearon perfectamente mientras esperaba una respuesta.

—Podríamos hablar de otra cosa —dijo Hermione brevemente, negándose a ser la primera en romper el contacto visual.

—Así que eso es un no —murmuró Parkinson. Se deslizó hacia abajo en la silla y comenzó a examinarse minuciosamente las uñas. Las llevaba bastante cortas. Hermione se estremeció—. ¿Has encontrado una poción que haga que tu cabello sea menos ofensivo a la vista? Puedo preguntarle a Blaise qué usa para su perro.

Hermione sabía que Parkinson estaba tratando de enojarla, y le funcionaba todo el tiempo. Se levantó abruptamente de su propio asiento y cruzó la pequeña habitación hacia el juego de té que guardaba en un antiguo armario. Lanzó un hechizo rápido y se dedicó a preparar una taza de té.

—Si me odias tanto —comenzó suavemente, con voz ronca—, ¿por qué sigues regresando por más?

No hubo respuesta inmediata y volvió a su té, agregando un solo terrón de azúcar. Podía escuchar a Parkinson moverse detrás de ella, se preguntó si finalmente habría asustado a la otra mujer, o si ella se iba a ir.

Luego sintió una cálida respiración en su oreja.

—Te ves hermosa cuando estás molesta —se contuvo de estremecerse, aunque apenas. En cambio, dejó la cuchara, su mano temblaba solo un poco y se volvió hacia su torturadora, la mujer más bella que había visto en su vida.

—¿Esa frase alguna vez funciona?

—Funciona contigo —dijo Parkinson con una sonrisa.

Eso fue todo, la brecha entre ellas se cerró, sus labios se conectaron y la temperatura subió. Pansy, "Parkinson", la empujó por las caderas contra el armario y Hermione se apartó de sus labios.

—Ten cuidado, derramarás el...

—Está bien, Granger —dijo brevemente, e inmediatamente se retiró. Sin embargo, las guio lejos del armario, llevando a Hermione a su propio escritorio, apoyando su trasero contra este. Las manos de Pansy revolotearon sobre su espalda, jugueteando con los tirantes de su sujetador y luego por sus costados, bailando sobre el dobladillo de su blusa, pero sin pasar por debajo.

Finalmente, Hermione tuvo suficiente y se quitó la blusa por encima de su cabeza, arrojándola lejos en el suelo. Cuando Pansy puso las manos sobre sus pechos. Estaba contenta de haberse puesto el sujetador rosa; a Pansy parecía gustarle esta prenda íntima. Estaba arrastrando los pulgares sobre sus pechos, haciendo que Hermione saltara cada vez que le rozaba un pezón. Hermione casi podía sentir a la otra mujer sonriendo contra su boca. Definitivamente podía sentir como se mojaba con anticipación y que su respiración era cálida e irregular.

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