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Jungkook se había rendido después de los quince minutos en los que había estado intentando acceder al portal, así que siguió las indicaciones de Hoseok acerca de que tal vez el sistema estaba saturado y más tarde podría revisar. Lo que hizo fue sentirse ansioso, mientras tomaba café y miraba el noticiero, esperaba por Hoseok que había decidido hacer el desayuno, no cocinaba muy bien, pero algo haría.

—¿Cuándo regresará Jimin hyung?— Jungkook se había puesto de pie para dirigirse hasta la cocina y sentarse en el comedor, observando la espalda de Hoseok moverse de un lado a otro.

—Ah...—Hoseok en realidad no sabía cuándo, la maestra sólo le había dicho que pronto, sin ningún anticipo de fecha y eso lo tenía desesperado, ¿Sería como una sorpresa? Mentiría si no dijera que estaba pensando en todas la posibilidades, su cumpleaños estaba cerca, ¿Estaría para acompañarlo?— No lo sé, la maestra no me dijo exactamente, sólo pronto...

—Me alegra mucho que lo volveremos a ver— opinó Jungkook quedando un poco pensativo, mirando hacia su café. Hoseok se acercó hasta él y dejó su desayuno servido en la mesa. Asintió, no podía estar más de acuerdo, aún cuando se sentía culpable de admitirlo con Jungkook— Supongo que a ti también te alegra mucho, ¿No?

Jungkook observaba atentamente hacia su plato de comida, no había gran particularidad en su desayuno, pero estaba intentando persuadir su mirada hacia cualquier otro lado que no fueran los ojos de Hoseok. Tenía muchos nuevos pensamientos encontrados, todos a causa del regreso de Jimin. Sin embargo, eso no lo hacía borrar su sonrisa y verse tan amable, Hoseok incluso se confundía.

—Sí, lo estoy—confesó sincero. Se encogió de hombros y sorbió de su café, tomó asiento frente a él; con su plato, mirándolo ocasionalmente. No podía mentir, porque Jungkook lo descubriría, además, no había necesidad de hacerlo, Jungkook era tan consiente de todo, tanto que lo desconocía. Al igual que él, ambos lo eran, a su manera.

—Me imagino...—murmuró, y pareció querer decir algo más, pero no encontró la manera de hacerlo— Hoseok, yo...— Jungkook no sabía si debía seguir hablando, si debía arriesgarse a entrar a un territorio peligroso, demasiado para él, pero tenía la necesidad, porque una insistente angustia estaba atacándolo —Bueno, nosotros, una vez...— Jungkook tomó aire, sintiendo sus mejillas calentarse— Lo que pasó entre nosotros, yo sólo quería saber...

Hoseok entonces se removió incómodo en su silla, por mucho tiempo había estado evitándose eso. Hablar sobre los sentimientos de Jungkook hacía él. Porque vaya que estaba siendo un patán.

Después de que Jungkook le confesará su amor entre besos y suspiros, después de haberle predispuesto todas sus primeras experiencias sin duda alguna de antemano, confiándole absolutamente todo, Hoseok hizo como si nada hubiese sucedido, porque se asustó tanto cuando Jungkook le había susurrado esa frase que amenazaba con atarlos, un “Te amo” que heló la sangre de Hoseok, porque no quería que Jungkook lo amará de esa manera.

Había correspondido los besos de Jungkook, lo había acariciado y abrazado de la misma forma en la que él lo hizo, lo conoció y lo contempló como hombre y no como un mejor amigo, cruzó esa línea, ese delgado límite que separa los peligros de los desastres, hizo con Jungkook una caja de ilusiones, y Jungkook se permitió alimentar cada una de ellas. Pero Hoseok no sabía entonces, lo mucho que se arrepentiría a la mañana siguiente, cuando lo viera dormido entre sus brazos, y lo primero que pensará fuera en Jimin.

Recordó que el aún quería ser su novio, que se había esforzado porque aún creía que podía serlo a su regresó, trajo a su mente todo lo que algunas vez imaginó podría hacer con Jimin, como abrazarlo, así como tenía a Jungkook envuelto, besarlo en los labios durante tanto tiempo que su aire se escapará casi por completo, aprenderse su cuerpo de memoria, así como había hecho con a Jungkook; le hizo a Jungkook todo lo que quería hacerle a Jimin, sin darse cuenta de ello.

❥ Crecer → [Hopemin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora