"El ser humano es una entidad compleja"
El mundo de las finanzas en Corea, un mundo llevado en el corazón de Gangnam, donde hombres en traje juegan un enorme juego de ruleta con millones de dólares cada día.
"El ángel que alguna vez conociste puede...
I wanna watch the world burn I got the gasoline I wanna watch the world burn And everyone get mean
I wanna watch the world burn I got the gasoline I wanna watch the world burn And everyone get mean
-Mean Girls The Musical, World Burn
El poder que siento ahora es el que tenía Regina George al empezar el desvergue bro.
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Los invitados cuchicheaban, platicaban o reían entre ellos. Todos en sus asientos, perfectamente arreglados con sus vestidos de lujosas marcas, su bellas joyas adornando su tocado, todos siendo Perfectos para todo el acto que estaba por empezar.
Seokjin acomodo un poco la falda de su vestido rosado, ignorando por completo a Namjoon que parecía nervioso, paseando sus dedos por su cabello y mirando a su alrededor de vez en cuando.
Taehyung estaba acomodado en el lugar de las damas y caballeros de honor. Sintiendo todas las miradas de los asistentes sobre su persona.
Se sentía tan vulnerable allí, como si todos pudieran leer a travez de él y saber todo lo que hizo. Sentía ganas de correr y huir del lugar.
Jungkook se mantenía al otro lado del altar, sin querer levantar sospechas, mirando con desprecio a su primo, quien miraba su reloj, algo harto de esperar para empezar aquella estupidez.
Hye-Jin mantenía su mirada clavada en Namjoon, bufando al verlo tan desesperado, seguramente por Seokjin. Se acomodo al lado de Taehyung, su vestido rojo a juego con los ramos de flores que les hacían sostener a ambos.
Beomgyu miraba toda la boda, en la primera fila del lado de los Park. Hoseok sentado a su lado, y Taehyun sintiendo ganas de vomitar por tener que haber asistido a aquel lugar.
De todas maneras se lo había prometido a Beomgyu... quería al menos poder cumplir eso y... buscar un momento durante la noche para explicarse.
"Todo está en orden" dijo Yuna, quien miraba por el entrecejo de la puerta que daba la entrada hacia el altar. "¿Todo bien señor Park?"
Jimin acomodo el velo que la chica le había ayudado a colocarse antes de entrar, el encaje de la tela casi transparente cubriendo su rostro y parte de su espalda, contrastando con su bello traje blanco.
Jimin miró a su asistente, tratando de mantener una expresión tranquila.
"¿Ya es hora?"
"Bueno, si" la chica le sonrió, tendiéndole el ramo "Pero... ¿Necesita un momento más? ¿Algo de agua o aire?"
"No, no" Jimin tomó el ramo, mirando los claveles, jazmines y rosas blancas.