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Felix agradecía que fuera sábado.

Aunque no se enteró de eso hasta después de caerse de la cama. Se había levantando abruptamente, tratando de saltar de la cama, pensando que estaba llegando tarde a clases. Al estirar su brazo hacia su escritorio para tomar su celular, soltó varias maldiciones al leer que día era. "Sábado, genial."

Apoyo el teléfono en su escritorio otra vez, se levantó sin muchas ganas del piso y comenzó a estirarse. Junto un poco de voluntad y comenzó a hacer cama, dando vuelta el colchón, acomodando sus sábanas y arreglando sus almohadas para que queden bien esponjosas. Satisfecho con su trabajo, se dirigió hacía el baño.

Se duchó para poder despabilarse, pasando ahí un rato largo. Al salir de la ducha, cepilló sus dientes y después se secó el pelo con un secador que tenía guardado. Disfrutó del aire caliente del aparato que chocaba contra su nuca, haciéndolo sentir relajado. Cinco minutos después salió del baño con una toalla enrollada en su cintura y se dirigió a su armario.Se decidió por una remera negra y un pantalón holgado del mismo color, las dos prendas estaban medio gastadas y su color se estaba borrando de a poco pero a el no le importó, al fin al cabo no tenía planeado de salir de su casa.

Bajó las escaleras a paso lento y se dirigió a la cocina. El reloj que se encontraba colgado en la pared le indicaba que eran la una de la tarde y su estómago se lo confirmó. Decidió de mala gana saltarse del desayuno y se dirigió a una de las alacenas, sacando un paquete de ramen instantáneo de esta. Al calentarse el agua, la vertió dentro del recipiente de plástico y espero pacientemente que se cocinaran. Después de comer, tiró el recipiente en el tacho y comenzó a preguntarse qué podía hacer de su vida.

Tanteo en el bolsillo de su pantalón en busca de teléfono, obviamente no encontrándolo. Felix a veces llegaba al punto de frustrar a sus amigos siempre que se trataba de su celular, jamás respondía los mensajes ni las llamadas, tenía un teléfono viejo que le pertenecía a su madre, si bien podía escuchar música y tener alguna que otra aplicación, su teléfono no tenía la suficiente memoria para tener las mismas que sus amigos aunque a él no le molestaba, pero a sus amigos sí. Aun así, pesar de las miles de quejas y las peleas, se acostumbraron a que el chico fuera así, gracias a eso ya no lo molestaban tanto. Lo que sus amigos no sabían era que Felix simplemente odiaba ese aparato, no porque no supiera como usarlo o porque era viejo, sino por los recuerdos dolorosos que le traía.

Jamás supo por qué no se deshizo de ese teléfono, por qué no lo rompió contra alguna pared o algo de eso, pero la verdad es que no podía.Sabía que el mensaje seguía ahí, en la bandeja de mensajes que jamás pudo borrar, que lo atormentaban y le recordaba noches de llanto.

"Yongbok ah, es papá, no debería decirte esto por aquí pero no quiero que te enteres por alguien más. Estoy en en hospital. Tu mamá... ella tuvo un accidente, un idiota cruzó en luz roja y ella tuvo que esquivarlo y.. y.. Yongbok ah, Ella acaba de dejarnos, para siempre.."

Ese día estaba feliz, había sacado buenas notas en sus exámenes y había escrito un poema y quería que su mamá lo felicitara y se sintiera feliz por él. Estaba en su clase de historia cuando ese mensaje llegó, no había querido mirar el celular por miedo a que su profesor se lo sacase pero al ver que era de su padre no dudo en abrirlo. Se arrepintió en el momento. Lo primero que pensó es que era una broma de mal gusto de parte de su padre, pero él sabía que su padre no hacía bromas y la realidad le cayó como un balde de agua helada. No supo como sentirse en ese momento, sentía que no respiraba y no podía siquiera pestañear, seguro se habrá quedado quieto mirando su celular por al menos cinco minutos ya que su profesor le gritó por tenerlo en la mano, acercándose a él. Cuando el profesor llegó a su pupitre estirando su mano, esperando impaciente que el le diera su teléfono, Felix se quebró. Primero lloró en silencio mientras temblaba, después un poco más fuerte y después se quebró totalmente. La cara de su profesor cambio de enojo a preocupación, preguntándole qué le pasaba y si necesitaba retirarse.Jeongin y Seungmin habían tardado dos segundos en pararse a su lado, se agacharon como pudieron y lo abrazaron, sin pensarlo dos veces el menor de los tres agarró su celular y leyó el mensaje. Si bien Jeongin era de tez pálida, podría jurar que palideció mucho más. Lo abrazó con mucha más fuerza y le informo al profesor lo que pasaba en un susurro, Jeongin estaba a punto de llorar y Seungmin al escucharlos, también. El profesor lo miró con lastima y actuó rápido. Dejó que sus amigos lo acompañaran y los llevo a la sala de profesores. Al entrar le pidió a una profesora que cuidara su curso ya que había surgido una situación.El viaje al hospital fue silencioso, doloroso, cargado de un llanto silencioso y un Felix destrozado.

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⏰ Última actualización: Aug 01, 2021 ⏰

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𝖽𝖾𝗌𝗍𝗂𝗇𝗒. -𝗵𝘆𝘂𝗻𝗹𝗶𝘅, 𝗮𝗱𝗮𝗽𝘁𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora