Cap 01

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             "Bienvenidos a Dobreva"
                            

Klara Robinson
Árboles, prado, sol, y mucho aire, aunque estas imágenes desaparecen de mi cabeza y son remplazadas por unas casi idénticas, lo único que se mantiene en el paisaje es el predominante color verde mezclado a la perfección con el tono azul del cielo.

-Klara Yveth Robinson me estas escuchando- y el paraíso salió de mí zona visual para enfocarse
esta vez en el rostro de mi madre

-si?- respondí al instante volteándome para dedicarle la debida atención

-que tiene de interesante la ventanilla del taxi?- pregunto chistosa

-no veía la ventanilla sino el paisaje, pero si te interesa saber faltan solo unos minutos para llegar a
Dobreva- dije observando el reloj de mi muñeca

-hogar dulce hogar- dijo mirándome

Dobreva es donde crecí, un pequeño pueblo a las afueras de Florida, mi hogar prácticamente de toda la vida, fue mi salvación y a la vez mi perdición, conozco la ciudad desde los 8 años, y a pesar de que se de memoria todas sus calles no he pisado ninguna en 3 meses, ¿Por qué?, la versión para todo el público es que estaba en casa de mis abuelos, y la versión privada, no tiene mucha
explicación, sino un nombre “Wesley Hospital Center”, todos tenían una imagen diferente del hospital, para algunos era una casa de locos, para otros un centro de rehabilitación para mí, mi salvación y mi refugio de la abrumadora realidad además mi escape para dejar de ser al menos
por un momento Klara Robinson la hija perfecta, la novia perfecta, la amiga perfecta, y la verdad es que la perfección solo existe en los cielos.

-¿estas emocionada, verdad?- interrogo mi madre sacándome de mis pensamientos

-la verdad es que bastante, tengo muchas ganas de ver a Adrian, a Aimee, a Is…- termine por mi
antes de pronunciar el nombre de quien hubiera sido la causa de mi ida

-está bien decir su nombre en voz alta Klara- me dijo comprensivamente

-Isaac...- decir su nombre en voz alta revivía los sentimientos que creo haber dejado atrás

-no te preocupes cariño, con el tiempo ese nombre no significara nada para ti- comento seriamente observándome, a veces mama podría ser tan fría.

Sé que ella más que nadie culpaba a Isaac de mis cortas vacaciones en el centro de Wesley pero la verdad es que por más que buscara un culpable, la responsable era yo.

-señoritas acabamos de llegar a Dobreva- comento el taxista mirando por el retrovisor

-gracias por avisarnos sería tan amable de llevarnos esta dirección- entrego la dirección al taxista y
en menos de 2 minutos estábamos en la calle Halder, o como otros la llamaban la avenida principal.

-estas segura de que no hay nadie por el vecindario - pregunte a mi madre preocupada, la verdad no quería que nadie supiera de mi llegada, en especial los Clarke, les debía muchas explicaciones a
Isaac y a su madre

-totalmente Klara, los Cardeen están trabajando a estas horas, Adrian y su familia están de viaje y no vuelven hasta mañana y como sabes Isaac debe estar durmiendo

-como un bebe- dije y no pude evitar sonreír, recordando las veces que dormimos juntos, pero al ver la mirada temerosa de mi madre me corregí al instante- es decir son las 7 de la mañana, nadie despierta a esta hora

-bueno como digas, ayúdame a bajar el equipaje- comentó mientras abría la puerta del carro

Al bajar del taxi mis ojos recorrieron lo que sería una vez más mi hogar, la avenida principal de Droveba era más que hermosa, las casas de esta zona eran las más acomodadas de todo el pueblo, principal mente esta calle, mi casa quedaba en el centro, frente a ella, vivían los Cardeen, a mi
lado los Forks, a mi diestra una casa en venta desde que tengo memoria, y en la esquina los Clarke. La calle estaba en total tranquilidad, lo cual era normal en vacaciones, y días feriados, ayude a mi madre a cargar las maletas hasta el jardín de la casa donde me esperaba ansiosamente el señor Fred Robinson, mi padre, mi emoción y felicidad no se pudieron expresar con palabras, sino con el
más fuerte abrazo que he dado en mi vida.

From The ShadowsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora