Prólogo

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La mutación que cambió los aspectos físicos y le dio habilidades a la mayoría nos cambió la vida. Sobre todo, a mí. Soy Takara Tao. Una chica que, en sus épocas de estudiante de secundaria común, tuvo curiosidad sobre un villano. Un tal Ikuto Miyaki. Decían que era un mal sujeto. Que ni siquiera acabó su secundaria. Y podría acabar con Japón cuando quisiera. Tantos rumores se debían comprobar y, si bien no era la indicada para hacerlo, ¿qué era lo peor que podía pasar?

Estaba en la sala "viendo" las noticias del mediodía. Pero realmente escuchaba música en los audífonos sutilmente ocultos en mi cabello gris. Todos en la escuela hablaban de un tal " Iert" . Yo no sabía quién era. Y quería averiguarlo, —Hija, el almuerzo está listo. Organiza la mesa, por favor —me levanté con resignación y fui a la cocina a sacar platos y vasos. Mientras mi padre leía el periódico que compraba cada mañana.

—Masuyo, ¿te enteraste de la nueva catástrofe?

—El caos desde que existen los villanos y héroes es cosa de todos los días. ¿Qué pasó esta vez?

Papá aclaró su garganta y templó el periódico, —Ikuto Miyaki, más conocido como Iert. Ha vuelto a actuar —ese nombre llamó mi atención enseguida por lo que me quedé a escuchar—. Esta vez, atentó contra la vida de 5 civiles en un callejón de la ciudad. Con su sangre escribió en las paredes: "Don't try to stop me. I'll be the worst villain you have to deal with in your life" —poco sé de inglés, así que esperaba que lo tradujeran en ese artículo—. Que traduce: No intenten detenerme, seré el peor villano con el que tendrán que lidiar en sus vidas... Esto solo denota la locura extrema del chico. Que solo con 16 años ha logrado atemorizar a todo el país con sus atroces actos.

—Hay que tener mucho cuidado. Como ven, esos villanos en cualquier momento atacan al más indefenso —mamá siempre ha creído eso. Que todos los villanos son maniáticos psicópatas que al que miran, matan. Algo ilógico, sabiendo lo que sé ahora.

Así que era un villano. Con razón tanto alboroto con él en la escuela. Dudaba que las palabras de mamá fueran del todo ciertas; mejor empezaba a investigar sobre él.

Luego de comer, decidí buscar en línea: —Veamos qué razones tienes para ser villano, Ikuto Miyaki. —decidida, presioné el botón de buscar. Solo esperaba que arrojara algo de información.

Ikuto Miyaki

Recibí una notificación en mi teléfono con un sonido en particular. Uno que conocía mejor que nadie. Indicaba que alguien buscó de mí en línea, —Hace mucho no me ocurre esto. Es como si estuviera perdiendo popularidad. Es un gusto volver a recibir esta noticia —qué conveniente estar en el sótano en ese momento. El único lugar donde me sentía vivo—. Por desgracia, debo mantener mi información muy oculta. Y menos mal que no hay mucho de eso en internet; veamos de quién se trata.

Me senté con rudeza al frente de mi escritorio, digité la clave y comencé a presionar muchos caracteres. Al cabo de un rato, se abrió una pestaña con la hora, fecha, nombres y otros datos de quienes buscaron sobre mí. Sin duda infravaloran el poder de una dirección IP, solo me fijé en la más reciente, —Así que, Takara Tao, eres la nueva curiosa que buscaba saber quién soy hace... ¿¡En este momento!? —con solo ver el tiempo que llevaba en ese proceso no pude evitar sorprenderme—. Llevas media hora leyendo y leyendo noticias de lo que hago. El que crucemos horario me genera más curiosidad sobre ti, linda.

Aflojé mi corbata con rapidez y seguí observando los datos que me arrojaba. Su ficha de información era muy interesante como para dejarla pasar. Era una estudiante común; no querer hacerse el héroe es cada vez más raro. Tiene un hermoso cabello gris y ojos cafés. Tiene una altura promedio y, —Tenemos la misma edad. Teniendo en cuenta todo lo que he visto y cuánto te has esmerado por saber de mí, sería conveniente conocerte. No soy de los que se conforman con fotos.

No es lo mismo imaginar que ver, Takara-san...

No pude sacármela de la cabeza. Es que, desde el inicio, me cautivó. Ni siquiera la había visto en persona, pero tenía muchas dudas. ¿Qué la llevó a buscar de mí, a demorarse tanto leyendo unos simples artículos? Y, sobre todo, ¿cómo nunca nadie se fijó en ella? No había rastros de relaciones amorosas. Y, para ser una chica tan atractiva en todo sentido a mis ojos, era algo muy raro. Ya era hora de mandarte mi solicitud de amistad.

Muñeca.

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¡Hola a todos!

Volver a escribir esta historia es un reto y un privilegio, como de seguro notaron hay cambios de nombres y en general del mundo en el que todo ocurren.

Espero lo disfruten con todo y cambios.

Nos vemos ^^

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