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Narrador Omnisciente.

Keddash había invitado a Carre a una joda, según él pará olvidar las penas con su fallido amor.

Rodri apenas llegó a ma joda que era en un boliche, fue directamente a la barra, le chupaba un huevo que se notará qué la estaba pasando mal y pedía trago tras trago, tras trago.

Keddash por otra parte vigilaba a su amigo de lejos, sabía qué Rodri era de esos qué sé desconocían cuándo sé ponían mal y tomaba, obviamente no quería pelearse con su amigo.

Keddash se descuidó tres segundos, Rodrigo ya no estaba en la barra, no estaba en la pista de baile, no estab en el baño NO ESTABA. Lo primero que penso Keddash fue "tiene las llaves del auto, se va a querer ir".

Y efectivamente, Rodrigo estaba manejando en malas condiciones, muy malas, estaba más que simplemente ebrio, apenas podía mantener los ojos abiertos o siquiera podía caminar.

Sin pensarlo Carre se dirigió a el barrio de Camila sin previo aviso.

Al llegar, intentó entrar pero el guardia que estaba en la puerta, para la suerte de Carrera los chicos ya se habían ido y Camila estaba en casa.

Llamaron a la casa y consultaron.

Narra Cami.

-Hola, disculpe las molestias a éstas horas, pero ahí un auto afuera acá qué dice qué va para su casa señorita.- habló con propiedad el guardia.

-¿Como se llama?.

-Dice que se llama Carrera- comunicó.

-Si lo conozco, déjalo pasar Cacho- le dije.

-No puedo dejarlo pasar tampoco señorita, esta borracho y no apto para conducir.

-Bueno Cacho, ya voy para allá. No dejes qué sé vaya- le dije.

Me puse la campera y las zapatillas, agarré las llaves y fui corriendo hasta la entrada, que no quedaba nada cerca.

Al llegar me encontré con una situación bastante complicada, carrera quería irse.

-¡Rodrigo!- lo llamé.

Este me miró y se calmó.

-Cami~- dijo con una sonrisa triste.- amor te extrañe mucho~- dijo.

-¿Tu pareja?-preguntó Cacho, él guardia.

-Am, amigo- dije yo.

Hice que Rodri se pasará al asiento del copiloto.

-Cami... ¿por qué me hiciste esto?- decía como si estuviera llorando.- ¿Por qué?.

Me mantuve en silencio, era mejor que habláramos en casa, más tranquilos.
...

Llegamos a casa, ayudé a que bajara, estaba muy borracho tanto así que no podia mantenerse solo de pie.

Entramos a casa, por suerte no había nadie por qué lo más probable era que se enojaran por venir así.

-Vamos a mi pieza, así si vienen no te ven asi- le dije.

Subimos a cuestas las escaleras, pero lo hicimos, cuándo llegamos a la pieza este se sentó en la punta de la cama.

-¿Vos estas loco?- le dije- ¿Como mierda vas a manejar en este estado? ¿Y si te pasaba algo?.

-Y si no te importa- dijo el.- Si me muero capaz qué hasta sos más feliz.

-Rodrigo...- dije al verlo llorar.- ¿Que te pasa?.

-¿Me estas preguntando de verdad?- dijo el incrédulo, asentí- Me pasa esto.

Sin tiempo de reaccionar Rodrigo me agarró del brazo, y me empujó contra la cama poniéndose arriba de mi.

-Te amo Cami... te amo más qué a cualquiera- dijo el llorando apoyandoce en mi pecho- No me dejes... elegime a mí... porfavor...- pidió entré sollozos.- Siempre fuiste vos... desde qué te conocí solamente vos estabas en mi mente, en mí corazón... en todo.

-Carre...- musite sorprendida.

Si siempre había sido yo... fui una estúpida, lo lastimé y me lastimé a mi, y probablemente ahora iba a lastimar a Bauti.

-Yo.. yo quiero a Bauti- dije a Carre.

-Si.. me doy cuenta- río incrédulo.

-Pero... a vos te amo- le dije- yo igual te amo más que a nada Rodri... nunca te lo dije por qué no se si iba a arruinar nuestra amistad... pero parece que igual te lastimé... y te pido perdón por eso.- le dije empezando a llorar- yo jamas quise que estuvieses así... nunca.

Este me miró fijamente, y no hizo más que besarme, pensé que iba a ser brusco en el acto, ya que estaba alcoholizado, pero nada que ver, era muy suave y tierno. Mi corazón latía a mil, y por más que estuviera haciendo algo malo... me sentía feliz, tanto que sentía que mi corazón iba a explotar.

-Te amo Cami...- me dijo uniendo nuestras bocas nuevamente- Elegíme a mi... por favor.

-Siempre...- le respondí.

El no hizo más que acostarse en mi pecho abrazándome fuertemente, como si me fuera a ir y simplemente se durmió.

-Que estúpida que soy...- me dije a mi misma.

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Carrera durmiendo cuando pudo haber echo cochinadas:

Carrera durmiendo cuando pudo haber echo cochinadas:

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𝓒𝓪𝓻𝓻𝓮𝓻𝓪 𝔂 𝓿𝓸𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora