Beru

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Beru se consideraba la sombra mas leal de su rey, aquella lealtad por ende hacia la protección de la familia Sung como un factor de vital importancia para la felicidad de su señor.

Aunque Beru prefería pelear a lado de su rey por lo que se encontró realmente emocionado por la mazmorra de aquel día, pelear a lado de su señor siempre era un deleite y honor.

—Una ruptura de mazmorra causo la evacuación de emergencia de un complejo residencial, no se reportan heridos...

—Beru, quédate hoy con Jin Ah, lleva diez soldados contigo, igual dejare a los altos Orcos bajo tu mando —ordeno.

—Pero mi señor...

—Limpiare la mazmorra con Igris —interrumpió— solo por hoy quédate con mi hermana.

Asintió comprensivo pero poco conforme.

Tal vez si el televisor no hubiera dado aquellas noticias por la mañana en ese momento se encontraría peleando junto a su señor en vez de escuchar las aburridas clases de la hermana de su rey. Pero si tenia que quedarse atrás, al menos haría un informe detallado para su señor sobre como podían mejorar la seguridad de su hermana, empezando por aquel vergonzoso transporte publico que tenia que usar, la hermana de su rey tenia que ser tratada como una dama del mas noble linaje, no podía dejarla que continuara en un transporte de gente común.

Con una lista de quejas lista para ser informadas, Beru detuvo sus pensamientos para concentrarse en la perturbación de mana cercana... como era de esperarse, su rey había tenido la absoluta razón en dejarlo a cargo de la protección de su hermana. Beru demostraría a su rey que era digno de su confianza.

Seria bastante fácil tomar a la hermana de su rey y transportarla lejos, pero en el proceso se arriesgaba a darle tal susto que pudiera ocasionarle traumas y no creía que fuera conveniente tomar a una dama de forma tan poco decorosa. Su señor no le había prohibido aparecer frente a otros humanos, pero sabia que no era lo que tenia en mente cuando lo dejo a cargo de Sung Jin Ah.

Al percibir los primeros signos de sangre decidió que tendría que arriesgarse a la ira de su señor y aparecer frente a la clase llena de humanos.

—Mi señora —Beru apareció frente a Jin Ah postrado sobre una rodilla— su hermano encomendó su protección, debemos salir pronto de aquí.

Trato de sonar lo mas tranquilo posible para asegurarle que no tenia motivaciones de herirla, pero indudablemente su aparición causo el desconcierto, seguido por gritos de horror.

—¿Q-que? — fue lo único que logro articular la hermana de su señor.

Una de las hormigas encomendadas por Beru tapo la salida de aquellos que intentaban salir, sus gritos ya habían expuesto la ubicación de la hermana de su señor. Trono sus tenazas con enojo, los compañeros de clase eran unos ineptos, poco adecuados para seguir estudiando junto a una dama de tan noble linaje.

—¡Silencio! —rugió Beru iracundo— ¡Tú! —señalo a la profesora— escucha claro humana, una mazmorra acaba de romperse dentro de este edificio, y no pienso exponer a la hermana de mi rey por unos simples humanos, mantenlos callados.

Beru nuevamente se postro frente a Jin-Ah.

—Mi señora, deme su mano, la escoltare fuera de este lugar.

—¿M-mi hermano te mando? —pregunto temblorosa.

—Mi rey siempre la mantiene segura —confirmo con una sutil reverencia—. Mi señora —insistió una vez mas— debemos irnos antes de que los orcos lleguen a usted.

—¡¿ORCOS?! —escucho la exclamación de un humano

—¡V-vamos a morir!

Beru estaba impacientándose, por supuesto que había detectado que eran orcos tan pronto habían salido de la mazmorra, no tenia duda de que podía vencerlos, pero su deber no era ir a la pelea, debía asegurar a la hermana de su rey.

Supervisor {Finalizado}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora