Un pequeño Omega de cabellera celeste se encontraba comiendo alegremente su helado, recientemente acaban de terminar un pequeño entrenamiento y había terminado agotado.
Al rededor de él se encontraba todo el equipo de basquetbol y algunos integrantes del grupo de porristas. Todos charlaban de diversos temas; desde cosas de clases hasta diversas tiendas de ropas.
Sus pesitos se movían de una lado a otro. Al estar sentado en la mesa se le hacía más fácil columpiar estos.
Taehyung no pudo aguantar la risa al ver que uno de los alfas del grupo de basquetbol se estaba probando los zapatos de su amigo.
- Díez dólares a qué no da ni tres pasos cuando ya está en el suelo- dijo unos de los tantos alfas que se encontraban en la mesa.
El peli-celeste estaba preocupado por el golpe que se llevaría el alfa si se doblaba el pies y se caía. Los zapatos que esté se estaba poniendo deseguro medían unos 15cm de altura.
- Yo apuesto a veinte a qué no se puede ni poner de pies sin doblar los pies.
El alfa gruño y volteó ver al rubio quien estaba bebiendo un jugo de naranja tranquilamente.
- Cállate Jeon, te apueste que tú tampoco sabes caminar con estás animalas puestas.
El dueño de los zapatos le soltó un golpe en la cabeza sin importarle que el otro fuera alfa o más grande que el, total sabía que este no le podía regresar el golpe.
-Animal tú.
Taehyung observó como el rubio buscaba a quitarles sus zapatos.
-Ni se te ocurra quitarme mis zapatos, Jeon-. El Omega sabía que de nada me servía decirle que no, Jeon era tan competitivo que le valía madres partice la cara con tal de ganar.
Los piesitos de Taehyung quedaron expuestos cuándo el rubio le quito los zapatos.
-Si te pegas un madrazo yo te doy otro por pendejo.
Haciendo oídos sordos Jungkook se colocó los zapatos de color celeste después de batallar un poquito con estos. Su pies se sentía incómodo, los zapatos eran muy pequeños para su pata.
Los dos alfas se pusieron de pies casi al mismo tiempo, las piernas de estos parecían fideos tratando de mantener el equilibrio para no caerse.
Y como si de pasarela se tratase los dos chicos comenzaron a desfilar, se supone que tenían que llegar de una esquina de la mesa hasta la otra.
Cuando ya iban por la mitad el alfa que portaba los zapatos de color rosado termino con el pies doblado y cayéndose de una.
Jungkook comenzó a dar brincos al ver que el había ganado, pobre idiota, se había olvidado que aún tenía los tacones de aguja y se terminó doblando el pies por caer mal.
- Si mis zapatos tienen algún rasguño o están flojos, Jeon, te los cobro.
Todos comenzaron a reírse. Para ninguno era extraño que el capitán de porristas amaba sus zapatos, los quería más que cualquier cosa en la vida.
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