Capitulo I "MI VIDA"

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Mi nombre es Valentina Willchez, tengo veinticuatro años y les contare mi vida desde el principio o nos perderemos de mucho o quizá de nada.

Soy colombiana y la verdad como latina destaco demasiado por mi belleza, la cual herede de la mujer que me abandono, pero el color de mis ojos es diferente a los de ella, ya que los míos son de un verde jade y los de ella eran de un chocolate intenso, mis ojos me dan un toque exquisito o eso es lo que me dice la mayor parte de las personas que conozco.

No es que mi cuerpo, mi piel o mi rostro sean poco aceptables, de hecho, mi cuerpo tiene curvas, mi piel es blanca y mi rostro es uno angelical pero fuerte, y mi cabello es completamente negro con ondas distinto a le esa mujer ya que el de ella era castaño rizado, de lo demás soy idéntica por fuera, porque por dentro es donde nunca me llegare a parecer en lo absoluto, jamás seré como lo fue ella.

Se preguntarán por que recuerdo como es ella, pues tengo una fotografía ya arrugada, pero se ve la gran belleza que ella logro tener, y su personalidad me la grave en la memoria, guardé todo lo que mas pude de mis cinco años al lado de ella.

Nunca creí en el amor, porque nunca me lo dieron, o lo vi en alguien, ya que fui el producto de una noche de lujuria, entre dos ebrios desconocidos, para que decir que sé quién es mi padre, si la mujer que le toco ser mi madre nunca lo recordó, esa misma mujer que me dejaba días enteros sola, ella fue mala madre, nunca le importe.

Yo sí puedo decir que es dormir sin comer un día entero, porque a veces no podía pedir comida a los vecinos, ya que ella me golpeaba hasta perder la conciencia y me encerraba en el cuarto que teníamos en alquiler, hasta que un día, llego muy noche y empezó a empacar toda la ropa en dos bolsas plásticas, una con la de ella y otra con la mía, llegamos a una estación de buses luego de caminar un gran trayecto, y me abandono sin ningún reparo cuando tenía cinco años, su única excusa fue:

-"Valentina no voy mantenerte más, el dinero que gano es muy poco, incluso para mí lo es, tan pronto pueda te buscaré, espero pases de esta noche e intenta no ser como yo." – Esto me lo decía sin mirarme, mientras prendía un cigarrillo, luego dio media vuelta y se fue, dejándome sola y en esa estación de autobús. Luego de unas horas sola en la estación, un policía me encontró.

Y es el momento en que aun la sigo esperando, pero con la diferencia de que no la recibiré con los brazos abiertos, sino para decirle que ¡cuando necesite de ella un abrazo, un te quiero, ella no estuvo, para mí ella para mi está muerta, como yo para ella.

Crecí en un orfanato a las afueras de Bogotá, mi ciudad natal. En el cual conocí la envida, el odio y la mentira desde muy pequeña, todo esto gracias a que no me juntaba con los de más niños y me trataban como un bicho raro, yo nunca me sentí bien en el orfanato, rodeada de niños chillones y con esperanzas de ser adoptados, sabiendo que a los primeros que adoptarían serian a los bebes, y no lo niego yo también, muy en el fondo tuve esperanzas de que una familia me acogiera en ella, pero nunca paso.

El orfanato tenía unas instalaciones de los años treinta, si, era viejo el lugar y por ende tenebroso, las puertas rechinaban por las noches, las habitaciones eran húmedas y oscuras, los camarotes de metal y los colchones eran viejos, ni hablar de las cobijas, pero a fin de cuentas eso no era lo peor, ya que más grande, a la edad de siete años nos ponían a lavar los baños, los cuartos, todo lo referente a la cocina (cocinar, lavar trastos, etc.) y teníamos que lavar la ropa de los más pequeños y cuidar e ellos; se preguntaran ¿qué era lo que entonces hacían los encargados del orfanato?, pues nada solo supervisaban que estuviéramos realizando nuestras labores bien y esperaban que el dinero del estado llegara para hacer un pequeño mercado y todo lo demás lo repartían entre ellos, si, eran unos explotadores de infantes además de corruptos.

Escudo de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora