La policía estaba más que alterada; una estudiante había sido asesinada a plena luz del día (aparentemente) y horas antes de ser encontrada como decoración y sus compañeros de clase habían comido parte de ella.
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–Buenos días–Saludó JooHyun al entrar al aula, y apesar de no recibir una respuesta se sentó en una mesa que al parecer estaba limpia para ella.
Era sábado pero SeulGi había mencionado que solían reunirse y hacer unas cuantas cosas para vender, por supuesto, podía ir si lo deseaba. Y lo hizo, no tenía tanto que hacer en su departamento; miró a la mesa que estaba siendo ocupada por la contraria, en cambio al día anterior, tenía su cabello recogido en una coleta.
–¿Quieres probar algo?–SeulGi volteó sus ojos en dirección a la chica pero aún batiendo los ingredientes dentro del molde. Suspiró al ver la mochila de la chica llena de libros– Olvídalo, parece que tienes mucho por hacer.
JooHyun negó con la cabeza.– No es mucho, pero tampoco quiero arruinar lo que sea que hagas.
No hubo respuesta, simplemente continuó batiendo mientras miraba la puerta, Yerim ya se había tardado en llegar. No podría creer que la dejara sola por tres días y uno de ellos de venta.
La castaña aún no podía dejar de mirar; la forma en la que movía sus manos con agilidad, su ceño fruncido y sus labios levantándose con molestia. Era atractiva y fácilmente podría resaltar entre los demás ¿Por qué la odiaban? ¿Envidia? Pum, la tinta roja de su lapicero había caído sobre su cuaderno y su mano, la había apretado con fuerza.
–Toma–Ofreció SeulGi un pedazo de tela en segundos, la estaba mirando, ¿Era eso posible? En ese breve tiempo nunca había girado sus ojos, al menos para la vista de JooHyun.
–Gracias—Tomó entre sus manos el pedazo que rápidamente se manchó, sabía que no podría quitar la tinta de su mano y tomaría algunos días quitar las manchas de sus dedos.
–¿Eres alérgica a algo? Si vas a probar las cosas que hagamos debería saber que no agregar a la lista de compras y evitar sorpresas–JooHyun frunció el ceño tratando de recordar alguna cosa, pero volteó y negó ser alérgica a algo–. Bueno, con eso puedo hacer las compras más tranquila, gracias. –SeulGi sonrió a la contraria y metió por fin la mezcla en pequeños moldes de cupcakes.
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