XII.

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Una de las noches, Harry se metió en la cama de Louis sigilosamente para que nadie más que el oji-azul se enterara y lo reconforto toda la noche con su dolor en la pierna. Acarició su cara, su cabello y aguanto la risa que le provocaba Louis con sus bromas. También esa noche Harry pudo probar más de los dulces labios de Louis, dándole una apacible y cálida noche. Louis estaba apoyado en el pecho de Harry, y podía sentir el corazón del rizado latir tranquila y de una forma tan pacifica que volvió a asustarse, no quería ni podía perderlo. Subió su cabeza y en los oídos del rizado susurró: Una bala en el pecho dolería menos que perderte, Hazz.

War. (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora