𝗲𝘅𝘁𝗿𝗮 𝗱𝗼𝘀

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El inicio de todo

Cansado, eso es lo que estaba, no entendía la gran "maravilla" (nótese el sarcasmo) de ver demasiadas manos alzadas al mismo tiempo, en la espera de ser seleccionadas para hablar.

Joder, sí, los malditos cerebritos de la clase, su presencia siempre notada solo gracias a su gran inteligencia y habilidad para exponer de manera fácil en clase.

Esperó impaciente a que el timbre sonara, pero este parecía querer ir más lento que de costumbre, ¿de verdad tenía que aguantar vivir todo eso a la vez?

El irritante sonido se hizo escuchar y junto con sus cosas, salió del salón con destino a la cafetería, donde sus amigos lo estarían esperando.

Otro inicio de clases y otros niños nerd a quien molestar, algo bastante común en su grupo, donde recién era un integrante nuevo.

Podría pasar por el baño, a la biblioteca por unos libros, a la cafetería para ir a bromear con sus amigos o... ir a saludar a esa dulce criatura que se encontraba debajo de un árbol leyendo una revista o algo parecido.

Escogió —por supuesto— la última opción y había llegado su hora de conquistar, acomodó de manera correcta su uniforme y se dirigió con una gran sonrisa, al lindo chico de rizos color chocolate.

—¿Llevas mucho tiempo acá? —Aplicó la estrategia de comenzar tranquilo.

El chico bonito levantó la vista de la página que leía y sus ojos enfocaron al castaño frente a él. —No mucho, unos diez minutos tal vez ¿por qué?

—¿Estás muy entretenido? ¿O prefieres saltarte un poco el aburrimiento y venir conmigo por una malteada? —Se agachó a su altura y le apartó suavemente la revista de las manos para luego acomodarla a un lado —¿Qué me dices, bonito?

El ojiverde sonrió por lo que le dijo el castaño y se levantó de su lugar cuando el mismo le había ofrecido la mano. Suspiró, pero aún así, asintió con la cabeza mostrando una respuesta positiva a su oferta. Ese chico llamaba mucho la atención —Me gustaría, sí, pero tengo clases en unos... —miró la pantalla de su celular —veinte minutos.

Louis mordió su labio y miró a detalle al chico frente a él. Bonito rostro, ojos verdes brillantes con mirada inocente, labios llamativos, cabello perfectamente despeinado. Definitivamente como le gustaban los chicos.

—Okey, negociemos, ¿Qué tal si vamos, te compro una malteada lo más rápido posible, te traigo de regreso y a cambio de eso, me das tu número? ¿Qué tal suena eso, bonito? ¿está bien para ti?

El rizado fingió pensarlo unos momentos pero al final terminó aceptando.

Louis enseñó una sonrisa triunfal y se acercó un poco más al ojiverde. —¿Puedo saber tu nombre? Seguro que es hermoso, casi como tú.

El castaño pudo apreciar como las mejillas del menor se sonrojaban un poco, casi sin notarse. Quedó maravillado con ello.

—Harry Styles, un gusto —estiró su mano esperando estrecharla con la del mayor.

—Louis Tomlinson, a tus órdenes, para lo que necesites y quieras —tomó la mano ofrecida y se atrevió a depositar un beso en ella como todo un caballero.

Harry le sonrió un poco más con confianza, pero cuando iba a bajar ya su mano, el contrario se negó a soltarla y lo jaló a su lado para empezar a caminar. 

Harry no le vio el problema, por lo que solo se dejó guiar. Tenía una inmensa suerte, primer día y ya iba acompañado de un chico guapo en busca de una malteada para él. Sonrió ante la idea.

Al llegar al establecimiento, Louis frunció el ceño al notar la enorme fila de chicos de su mismo instituto en espera para poder ordenar.

Harry mordió su labio algo decepcionado y miró de nuevo la pantalla de su celular. —Louis — habló para captar la atención del mayor -cosa que consiguió- — sólo quedan diez minutos para mi hora de entrada, la fila es muy larga y estoy seguro que no llegaré a tiempo, es mejor que volvamos.

Louis negó varias veces con la cabeza, no iba a perder la oportunidad con ese lindo chico y de obtener su número —Te dije que te compraría una malteada y eso es lo que voy a hacer.

Harry iba a decirle que lo dejaran para otro momento, pero justo en ese instante, miró a Louis dirigirse hasta los chicos que estaban esperando su turno.

—Son los jodidos nerds —murmuró una vez que reconoció a cada uno —Oye, ¿Podrías quitarte? En serio necesito comprar, no tengo mucho tiempo.

El aludido miró a ambos lados sin saber qué hacer o qué decir, por lo que solamente asintió con miedo y se apartó de la fila.

Louis sonrió con triunfo al conseguir lo que quería y volteó para indicarle a Harry que podrían seguir con su plan inicial.

Harry se acercaría, le compraría su muy esperada malteada, obtendría su número y todo saldría excelentemente bien.

Bueno, al menos eso es lo que creyó.

Harry tenía una expresión indescifrable, estaba entre indignado, molesto y... ¿Decepcionado? Todo se pudo leer en su rostro.

—¿Lindo? —Louis llamó al no percibir respuesta alguna.

—Ya no me llames así, ¿era necesario hacer eso?

Y ahí comenzó todo.

—¿Te refieres a apartar al nerd de mi camino para poder consentirte? Sí, eso es lo que hice exactamente, ahora, ¿podrías venir hasta acá?

El menor soltó un bufido e hizo lo que el mayor le pidió, claro, pero por otro motivo.

Harry sonrió cuando estuvo frente a el castaño y colocó una de sus manos sobre el pecho de Louis. Le acarició un poco con sus dedos y miró directamente a sus ojos.

Louis también le sonrió y cuando iba a hacer el atrevimiento de poner una mano sobre su cadera, sintió que el menor presionaba con un poco de fuerza sobre el área, pero la suficiente para mandar su cuerpo hacia atrás.

Retrocedió unos pasos confuso y cuando el menor retiró su mano del lugar de su pecho, llevó su propia diestra a la zona.

—Puedes volver a tu lugar, Ashton. —le habló al chico que había sido injustamente apartado de su puesto.

El nombrado le hizo una reverencia como agradecimiento y acató su orden aún con un poco de miedo.

—¿Harry? ¿Qué estás...?

—¿Qué? ¿creías que te iba a seguir la corriente? ¿Eres un abusador acaso? ¿Qué fue eso?

—Y-yo, lo hice por ti y él es un nerd, no tiene importancia.

Harry miró a otro lado, sin poder creer lo que sus oídos escuchaban. Suspiró y volvió a mirar hacia el frente.

—¿Entonces yo no tengo importancia?

—Hey, no, bonito, dije que los nerds no tenían importancia, tú...—

—Yo también soy un nerd, entonces repito, ¿no tengo importancia?

—¿Qué? ¿Qué cosas dices? Tú no te pareces a ellos. Eres mil veces más lindo, no puedes-

—¿Te dejas guiar mucho por las apariencias, verdad? —Harry negó con la cabeza, sus ganas de irse de ahí cada vez aumentaban más. —Me voy ya, el plan queda cancelado —se alejó mientras sacaba unos anteojos de su mochila y se los colocaba.

Louis miró con la boca ligeramente abierta como el menor salía del lugar, era el primer nerd (si podía llamarlo así) que se atrevía a contestarle ¿Lo peor? Había quedado completamente fascinado con ello.

Tal vez ese chico si valía la pena, tanto que no le importaba si había quedado en ridículo por él.

¡𝗵𝗮𝗿𝗿𝘆, 𝘀𝗮𝗹 𝗰𝗼𝗻𝗺𝗶𝗴𝗼!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora