Capitulo 6

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"Tan insensible como una piedra"

-Como que, qué hago aquí - le respondió Justin con indiferencia. - Esta es mi Casa - Jane se lamento de escuchar aquellas palabras. Definitivamente, ese no era su dia.

**************
Justin busco en su agenda el numero de Tomas, quien había sido el encargado de comprar su nueva casa. La sorpresa, de encontrar a aquella loca chica allí, no fue exactamente de su agrado. Tomo el teléfono y le marco.

-Entonces, ¿Todo está Arreglado? - Justin suspiro con cierto aire de preocupación.

-¡Por supuesto! - Le respondió el chico del otro lado de la Linea - La casa fue comprada y todos los papeles están en orden.

-¿No hay de que preocuparse? ¿La casa me pertenece ahora?

-Seguro - dijo el chico - la casa es tuya ahora - Justin colgó el Telefono y giro su vista hacia La chica castaña sentada en el sofá ubicado en la sala. Si, La había hecho pasar después de que ella, con palabras amables, le explico la extraña situación del robo de su casa.
Se acerco hacia donde se encontraba y luego con cierta seriedad se sentó en frente de ella. A pesar de tenerlo en frente, ella no habia sido capaz de mirarle.

-No creo que haya más que decir sobre esta casa - Jane volteo a verlo. El no parecía muy feliz - Ahora es mía.

-Pero ya te lo he dicho - replico ella - no quiero venderla. Por supuesto me siento mal por este problema, pero de todos modos no puedo dejar que me roben la casa de este modo.

-No quiero escuchar eso - Dijo Justin con molestia - Pague mucho dinero por este lugar.

-Lo que te estoy diciendo - lo miro con quedo - es que te devolveré el dinero.... Pronto.

-¿Pronto? - repitió el - ¿Qué? ¿Acaso pretendes que te regrese la casa sin darme un centavo? - Jane trago saliva y busco en el bolsillo de su bolso de mano una memoria pequeña, La miro por un corto tiempo y luego la coloco encima de la mesa en medio de ellos dos.

-Esto - le dijo con un suspiro - Tómalo - Justin, tentado por la curiosidad miro la pequeña memoria color blanco

-¿Qué es?

-Escribo Novelas en internet - se explico, Justin la miro aun mas extrañado - No es mucho, pero, ahora mismo no tengo más. Esta es mi ultima novela, lo último que escribí. Te doy los derechos de publicación y si no es suficiente para ti, te daré el resto más adelante. -
El no se tomo el tiempo de por lo menos considerarlo ¿Por qué lo haría? ¿Acaso no era un hombre bastante ocupado? Justin sabia que en ese momento la tenía en sus manos y vaya que el destino era amable con él ya que el golpe de la última vez que se vieron, a él aun no se le olvidaba. Jane sintió su frio silencio y supo que nada de lo que había dicho, iba a funcionar con el

- Esta casa... - comento ahora sus ojos se parecían perdidos en ella misma, quizás, perdidos en lo más profundo de sus pensamientos. - Esta casa la diseño y construyo mi padre fallecido - Justin volvió a mirarla aun con esa seriedad que se tornaba característica en el cada vez que estaba cerca a ella - No es solo una casa ¿Entiendes? es una parte de mí, no puedo perderla así de fácil y Sé que parece ridículo que yo esté aquí diciéndote todas estas cosas, pero si pudieras leer mi novela y luego decidir qué hacer quizás algún día seas bendecido por Dios... -
Lucio pensativo en ese momento cuando la miro. Pero Luego de unos minutos dio un respiro y sin pensar reconsiderarlo decidió echarla fuera de la que ahora era su casa.

-¡Espera Por favor! - Pidió Jane parada en frente de la puerta pero este se la cerró en la cara. - ¡Si tan solo pudieras pensarlo un poco por favor! - toco la puerta desesperada esperando ver que se abriera otra vez e intentar convencerle pero no sucedió hasta 5 minutos después. Justin le abrió la puerta, Pero no para ayudarla, ni mucho menos, con una falsa e irónica sonrisa en sus labios le tiro la maleta junto con su bolso de mano fuera de la casa, estos cayeron a un lado de ella sobre el suelo. Si, Justin solo le abrió para sacar afuera lo que había olvidado de ella dentro.
- Insensible egoísta - pensó Jane sorprendida ante su falta de humanidad, lo miro, pero fue por tan solo unos segundos ya que de la misma en que abrió la puerta, la cerro. El era sin duda un hombre sin corazón.

Amor por accidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora